Soy otra mujer

Capitulo 7

No hacía mucho rato que Camila había acostado a Georgia, cuando llamaron a la puerta. Intuyó que era Lauren por la manera en que se le erizó la piel.

-Deberías haber llamado para avisar que venías. Acabo de acostar a Georgia y no quiero que se despierte -Le recriminó a Lauren cuando abrió la puerta.

-No he venido a ver a Georgia -Dijo ella, cerrando la puerta tras de sí.

-¿Pa... para qué quieres verme? -Preguntó Camila, tratando de sostener la fija mirada de Lauren.

-¿Dónde has estado hoy? -le interrogó Lauren con falsa calma, pero su postura tensa la delataba.

-Um... ¿por qué me lo preguntas?

-Te llamé muchas veces, pero no contestaste.

-Me está permitido salir, ¿no? -Gruñó Camila mirándola con dureza-¿O ser una prisionera es otra de tus condiciones?

-No, pero preferiría que me mantuvieras informada de dónde vais a estar Georgia y tú por si acaso tengo que ponerme en contacto contigo. ¿Tienes un teléfono móvil?

-Sí, pero como despierta a Georgia, no lo llevo mucho conmigo -Contestó Camila encogiéndose de hombros, despreocupada.

-Hay otra cosa que me gustaría tratar contigo -Dijo Lauren, sacando del bolsillo de su abrigo la revista que Allyson le había enseñado a Camila aquel mismo día por la mañana.

-Supongo que ya la habrás visto -Sugirió Lauren con dureza.

-Sí.

-¿Y...?

-De eso hace más de una semana. Además de que ya sabes que esas revistas exageran las cosas-Se excusó inútilmente, no tenía otra escusa en su cabeza que no fuera "Esa no soy yo, es mi hermana gemela, madre biológica de Georgia, por cierto".

-¿Te acostaste con esos hombres?

-No -Contestó Camila firmemente, aunque se le estaba revolviendo el estómago.

-Mentirosa -Denunció la mujer con ira.

-No estoy mintiendo -Manifestó tranquilamente, solamente trataba de mantener el rostro calmado, si delataba una pizca de miedo, se le escaparía la verdad.

-Te voy a preguntar de nuevo dónde has estado hoy y espero que me digas la verdad -Ordenó Lauren, cerrando los puños.

-Fui a la biblioteca.

-¿A la biblioteca?

-Sí, es ese lugar tan aburrido lleno de libros, en donde tienes que estar callado todo el tiempo. Pensé que podía ir a ver cómo era, ya sabes, para culturizarme un poco -Contestó Camila con una abierta ironía.

-¿Estuviste allí durante todo el día? -Lauren parecía escéptica.

-Durante bastante tiempo -Afirmó Camila asintiendo-¿Y tú que has estado haciendo hoy?

-He estado trabajando.

-Oh, ¿de verdad? -Camila la miró con el mismo escepticismo-¿Puedes demostrarlo?

-Yo no tengo que probar nada ante ti -Dictó Lauren frunciendo el ceño.

-Ni yo ante ti -Le dijo Camila.

-Camila, si me entero de que me estás mintiendo, vas a sentirlo mucho.

-No tengo que contestarte hasta que no estemos casadas -Soltó Camila con rabia, odiaba ese momento-Y ni siquiera entonces voy a aguantar que me mandes como si yo no pudiera pensar por mí misma. Si has terminado de decir todo lo que querías, creo que te debes marchar-Con tanta furia que cabía en ella, señaló la puerta.