Capitulo 15

4.2K 359 43
                                    

Cuando, aquella noche, Camila bajó las escaleras, vestida con un vestido de raso negro, Lucía le dirigió una sonrisa de aprobación.

—¿Voy bien? —Preguntó Camila al ama de llaves mientras miraba su propio vestido, insegura si había elegido el correcto.

—Lauren no va a ser capaz de resistirse esta noche, Camila —Sonrió Lucía.

—Tú sabes la verdadera razón por la que se casó conmigo, Lucía—Recordó con pesimismo.

—Sí, pero las cosas han cambiado, ¿o no es así? Compartes su cama como una esposa normal. Eso está bien.

—Ella no me ama. Ella me odia por... por lo que le hice a su hermano —Murmuró Camila con la vista en el suelo.

—Pero tú no le hiciste nada a su hermano, ¿verdad, Camila?

—¿Qué quieres decir? —Levantó la mirada, confundida.

—Tal vez hayas engañado a la signora Jauregui, pero a mí no se me engaña tan fácilmente. Me llevó unos pocos días darme cuenta, pero tú no eres la madre de Georgia, ¿verdad? —Lucía sonrió con complicidad.

—¿P... por qué dices eso? —Camila se agarró con fuerza al pasamanos de la escalera.

—No es posible que seas la mujer que sedujo a André.

—¿P... por qué no?

—Porque yo conocí a la mujer por la que tú te estás haciendo pasar—Explicó calmadamente.

—¿Has conocido a Nadia? —Camila se la quedó mirando perpleja.

—Sí—Afirmó con desagrado ante el recuerdo—Fue a la casa para ver a André. Yo me había quedado despierta más tarde de lo normal aquella noche y me acerqué a ella. Era como esperaba; superficial y vanidosa. Para ella, yo sólo era una sirvienta sin nombre. Los primeros días después de que tú llegaras a la casa estaba confundida. Te comportabas como ella, tenías su apariencia e incluso hablabas como ella—La miraba con curiosidad y complicidad—Tuve mis sospechas cuando recibiste aquella llamada telefónica; aquella voz era muy parecida a la tuya. Entonces comprendí lo que pasaba—Hablaba con un tono de misterio—Yo tengo hijos gemelos y cuando eran pequeños solían hacerse pasar el uno por el otro.

—¿Se lo has dicho a Lauren? —Camila tragó saliva.

—No. Pensé que eso te lo dejaría a ti—Camila se mordió el labio, insegura—Se lo tienes que decir, lo sabes —Recordó Lucía con una mirada y tono de voz que usaría una madre con su hijo.

—Lo sé —Murmuró mirando con angustia al ama de llaves—Pero no sé cómo hacerlo. Ha pasado por tanto últimamente... que no quería hacerle más daño. Me siento tan culpable.

—La que se tendría que sentir culpable es Nadia, no tú. Me imagino que te dejó a Georgia, ¿no es así? —Concluso.

—Sí. Créeme, es lo que ha hecho siempre —Camila suspiró—Nuestra madre era exactamente igual: inquieta, malhumorada, impulsiva e irresponsable.

—Ella lo entenderá —Le aseguró Lucía—Es una buena mujer, Camila. Será buena contigo una vez que sepa quién eres realmente.

Camila deseó ser tan optimista como ella. No veía a Lauren tomándose la noticia tan bien.

—Deséame suerte, Lucía —Pidió Camila sonriéndole tímidamente cuando oyó que Lauren se aproximaba.

—Simplemente sé cómo tú eres —Le recomendó Lucía—Eso es todo lo que tienes que hacer.

----

La cena se celebró en un pequeño, pero elegante restaurante. A Camila nunca antes le había apetecido menos tratar con gente. Permaneció al lado de Lauren, tomándola por el brazo y sonriendo a todos los que le presentaron.

Soy otra mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora