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El día que nos conocimos...
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Aquel era un día lluvioso, las baldosas resbaladizas, los parques cerrados y el aire frío del ambiente, todo era sinónimo de una cosa: Se acercaba el invierno. Y fue por esas épocas que tomó la valentía de visitar a la Señora Bikini y regresarle su audífono traductor que, según investigó, le pertenecía a la Corporación capsula.
Maletas en mano y gorro en su cabeza, Margarita estaba lista para volver a su rumbo: Una nueva aventura le esperaba. Estar en Japón fue entretenido y conoció muchas personas, pero como siempre, su cuerpo no podía quedarse quieto.
—Próxima parada: Corporación capsula y luego, ¡Korea!—exclamó cerrando el departamento con llave.
La casera estuvo triste de su partida, fue la primera inquilina que le pagaba puntualmente y ahora iba a perderla. —¿Por qué necesitas viajar? Pensaba que ésta sería tú ultima parada.
—Yo también pensaba eso, pero ya manejo bien el idioma y creo que mis días aquí han terminado —respondió Margarita ante la tristeza de la anciana. La pobre casera no tuvo de otra que asentir y despedirse tristemente.
Margarita continuó su camino y se despedía de cada persona que la saludaba, la joven hija del verdulero, el anciano que alimentaba las palomas cada tarde; Los hijos de Doña Cecilia (otra extranjera) y muchas otras personas más que, durante su estadía, fueron amigos, compadres y alegres vecinos de Margarita.
—Disculpe, ¿Aquí es la corporación capsula?—preguntó la castaña esperando que la recibiera la Sra. Bikini y no un robot. Lástima que sus plegarias no fueron escuchadas, puesto que, tal y como predijo, un robot la guió hasta un amplio jardín exterior donde se estaba llevando a cabo un asado.
Una mujer mayor de cabellos rubios le reconoció de inmediato —¡Oh, jojo, Margarita!
—¡Sra. Bikini, es un gusto verla de nuevo! —exclamó Margarita al verla. —Quise venir a devolverle esto antes de irme de viaje.
La rubia mujer tomó el audífono sonriente e inclinó su cabeza al escuchar lo último— ¿Un nuevo viaje? Pensé que te quedarías en Japón. Recuerda que hoy es martes.
—Lo sé, lo sé, pero supongo que mi cuerpo y mi curiosidad necesitan más emoción y cosas nuevas que ver —aclaró la joven que, al terminar, pareció haberle activado alguna idea a la más grande.
—Mmmm, si aventuras necesitas, entonces te tengo la mejor de todas. —su tono de misterio en la voz de Bikini llamó la atención de la menor— ¿Qué te parece conocer las estrellas?
Ante aquella pregunta solo pudo formar una "o" en sus labios de la sorpresa, al igual que un pequeño y azulado Dios Todo Poderoso. —Tal como lo escucha Señor, se está llevando una disputa entre los Universos 6 y 7 en un planeta no habitado en la periferia de ambos Universos.
Zeno-sama estaba incrédulo ante aquello, pero no por la disputa sino por quienes estaban en el público; Allí frente a un acto de barbarie y guerra, se encontraba Margarita, con sus ojos resplandecientes por las luces y sus mejillas sonrosadas por la nueva presión de la atmósfera de aquel planeta.
—Llévame hasta ahí.
Sus guardias, sorprendidos ante su petición, llevaron a Zeno-sama hasta ese lugar y esperaban lo peor: La destrucción de ambos Universos. Sin embargo, Zeno no podía pensar en otra cosa que no fueran los brillantes aros de luz que se reflejaban en los ojos de Margarita.
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Tus ojos brillaban como estrellas.
Fin. Parte 4.
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La Humana que Olía a Otoño. ● [DRAGON BALL SUPER]
Fanfiction•✿•~•✿•~•✿•~•✿•~•✿•~•✿• Cuando Zeno-sama descubre la calidez que rodea a Margarita, decide investigar a qué huele el Otoño. •✿•~•✿•~•✿•~•✿•~•✿•~•✿• Start Date: 17/04/22 Finish Date: