—¡Alton! —Su sonrisa es amplia y muestra un poco sus dientes delanteros—. ¡Cuánto tiempo sin verte! —. Se aleja y me observa de pies a cabeza—. ¡Has crecido mucho! ¡Estás gigante!
—Rio alegre ante su felicidad—. También estoy feliz por verte, Mónica.
La actual esposa de "mi padre" debe tener máximo unos 40 años, pero sigue viéndose como la recuerdo: grandes ojos cafés, cabello castaño con pequeños reflejos y una sonrisa amigable. Siempre carismática, atenta y alegre. Una persona encantadora, vivaz y, a pesar de su edad, energética.
La última vez que la vi fue en la boda, cuando tenía 12 años. Llevaba un vestido blanco largo que resaltaba su esbelta figura. Se veía hermosa y radiante. La sensación agridulce de aquel momento aún la recuerdo en mi boca. Estaba feliz por ella, pero sufría por mi madre. Ese fue el peor día de su vida.
Permanezco con mi sonrisa intacta, sé que si nota mi cambio hará preguntas que no estoy dispuesto a responder. Mi padre sigue en la habitación, siento su mirada clavada en ambos, pero lo ignoro. Mónica me acomoda la ropa, incrédula de mi gran tamaño. Con doce años medía 1.60 cm, ahora estoy rodeando los 1.70 cm, para su sorpresa.
«El tiempo ha pasado volando».
Mónica me toma del brazo y me guía por los pasillos para mostrarme el lugar, lo han renovado en los últimos años según me explica. Veo como "mi padre" suspira, aun con fastidio, y se retira a su habitación. Volteo los ojos, también fastidiado, pero ella aprieta un poco mi brazo para distraerme.
Me cuenta con lujo de detalles como fue la renovación del lugar, al parecer tomó por lo menos unos 6 meses. Cada habitación tiene su baño, a excepción del cuarto principal que cuenta con un guardarropa personalizado y un baño más grande del habitual.
Con la renovación preparó un cuarto de estudios, un despacho para "mi padre", agrandó el comedor y la cocina, colocó un televisor más grande en la sala, habilitó el ático, instaló un cuarto de juegos y 3 habitaciones de invitados. Todo lo creo gracias al arquitecto que trabaja con "mi padre" en su negocio.
La casa cuenta con 2 pisos, en el primero está el comedor, la cocina, la sala, tres habitaciones: el de visitas, el de mi hermana y el mío, y el cuarto de estudios. En el segundo esta la habitación principal, dos cuartos de visitas, el cuarto de juegos y el despacho de mi padre. Por último, esta una escalera en el centro que permite acceder al ático.
Al terminar el tour turístico, ella me guía hasta mi habitación. Bajamos las escaleras a la planta principal, cruzamos la sala principal y el comedor, podíamos haber cruzado por la cocina, pero ella prefería realizar el recorrido más largo. Cruzamos los largos pasillos hasta llegar al final, ahí estaban dos cuartos, uno frente al otro.
La puerta de la habitación de Libby tenía unas flores pintadas en su puerta, mientras que la mía tenía unos pequeños tallados. Ambas llevaban un marco colocado sobre ella con nuestros nombres. Giro y le sonrío a Mónica, ella me mira expectante, ansiosa de mi respuesta.
—Mónica, no tenías que hacerlo.
—Sonríe—. Quiero que te sientas bienvenido en casa.
—Tú siempre me haces sentir bienvenido.
—Su rostro emocionado me demuestra lo feliz que se siente—. Te dejaré para que ordenes tus cosas—. Me da un beso en el cachete—. Espero que te guste como diseñé tu habitación—. Se gira para marcharse por el mismo pasillo por el que llegamos—. Hice mi mejor esfuerzo.
La veo desaparecer por el corredor manteniendo la radiante sonrisa. Respiro hondo, sé que se esforzó, pero Mónica no me conoce tanto para decorar la habitación, menos "mi padre". Suspiro, es innecesario tanto cambio si solo permaneceré un mes aquí, o por lo menos eso espero.
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Classless [Boyslove] [+18]
Lãng mạnAlton le prometió a su padre que cumpliría el trato y dentro de 4 años tendría su ansiada libertad, sin embargo, nunca imaginó que los cambios que da la vida lo pondrían todo en peligro. Segundo libro de la trilogía How do I found my first love? (¿C...