Capítulo 3

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Advertencia: se tocará el tema de los ataques de ansiedad.

***

Al día siguiente, cuando despierto, Kev se encuentra a mi lado. Me levanto despacio, sin despertarlo, y salgo de la habitación. Camino hasta la cocina en busca de un vaso de agua, por alguna razón, siento demasiada sed. Voy al baño y me doy una ducha rápida, con la esperanza de que al volver a la habitación Kevin ya se encuentre despierto.

Ayer, por la sorpresa, no hice la maleta y debo prepararla antes de viajar. El agua tibia cae sobre mi cabello y luego a todo mi cuerpo, la paz y tranquilidad la absorbo con ansias. Dentro de unas horas empezará mi tortura y necesito llevar todo lo que me pueda mantener sereno.

Vuelvo a mi habitación después de unos veinte largos y pacíficos minutos que atesoraré en lo más profundo de mi ser. Kevin ya no está aquí, aprovecho a alistarme y voy a darle el encuentro. Él está en la cocina, prepara el desayuno, deja los platos en la mesa y va al cuarto a cambiarse.

El desayuno me anima, sus clásicos huevos revueltos con un vaso de jugo surtido y unas tostadas. Lo veo sonreír y le devuelvo la sonrisa, el ambiente es agradable y la conversación pasa por lo bajo. Disfrutamos del silencio y la compañía, como siempre que necesitamos del otro.

Termino de desayunar y él lleva los platos al lavadero para lavarlos, mientras me dirijo a mi cuarto a preparar la maleta. Solo llevo lo esencial, polos manga corta, en Baevil todo el año hace calor, dos pares de zapatillas, unos jeans, ropa interior, dos poleras y, por si acaso, dos polos manga larga.

En el bolso de mano guardo mis auriculares, cargador y mi libro de los temas del examen de admisión. No debería necesitar nada más. Salgo a darle el encuentro a Kev con ambas mochilas, él sujeta una y yo la otra. Cerramos la puerta principal y bajamos las escaleras hasta su auto.

Llamo a mamá durante ese proceso, ella me da el sermón:

"Cuídate, cariño. No pelees con tu padre, escúchalo. Trata de que el mes sea llevadero para ambos. Salúdame a Mónica. No les pongas difíciles las cosas. Haz tu mejor esfuerzo. Llámame cada que puedas. No confíes en extraños. No salgas a la calle a exponerte. Ten cuidado en la ciudad. No salgas solo..."

Después de asegurarle que trataré de cumplir con sus pedidos, nos despedimos y cortó la llamada. Kevin deja la maleta a mi lado y yo respiro hondo con la esperanza de que sea más fácil el decir adiós. Nos acabamos de reencontrar y debo partir, es injusto, lo sé y lo sabe, pero no puedo negarme.

―Tomaré un taxi―digo cuando está de nuevo parado frente a mí.

―Claro que no―. Niega con la cabeza―. Te llevaré a la terminal.

―No es necesario, Kev.

―Sí lo es―. Desengancha la agarradera de la maleta y la sujeta llevándola hasta la maletera del auto.

―Kev―. Lo sigo―. De verdad esto no es necesario, puedo llegar solo a la terminal.

―Podrías―responde dubitativo―. Pero prefiero llevarte.

―Pero...

―No, no, no―. Deja la maleta en el maletero y lo cierra―. No aceptaré tus objeciones, así que olvídalo.

―Puedo ser muy persistente―. Camino a su lado.

―Vuelca los ojos―. Lo sé, pero no te lo aceptaré―. Abre la puerta del auto y se sienta―. Deberías rendirte.

― ¿No puedo intentarlo una vez más?

―Perderías tiempo―. Miro su celular―. ¿A qué hora deberías estar en la terminal?

Classless [Boyslove] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora