Día 4: Confesiones/ El sabor de tu boca

326 44 17
                                    

A veces cuando planeas una cosa, te sale otra completamente diferente

Bien le había advertido Takemichi que no se fiara de los consejos de Chifuyu bajo ninguna circunstancia. También, que no acatara sus planes al pie de la letra porque siempre eran increíblemente estúpidos, pero Hakkai estaba desesperado y enamorado. Dos adjetivos que al mezclarse lo llevaron a tomar decisiones equivocadas, como el dejarse guiar ciegamente por Matsuno para declararle su amor a Mitsuya.

Así que ahí estaba él, con un pequeño ramo de tulipanes destrozados a mordidas por un perro agresivo en una mano, y en la otra, una carta de amor escrita con su puño y letra (porque Chifuyu dijo que así era como debía hacerse), mojada por culpa de un conductor idiota que lo salpicó con agua de un charco de camino a casa de Mitsuya. Su situación era terrible. Crítica. Y la gente que transitaba las calles no dejaba de verlo como a un pobre fracasado al que de seguro acababan de rechazar.

Lo cierto era que ni siquiera había tenido la oportunidad de llegar a su destino, pues al ver que sus herramientas de conquista (nombre que Chifuyu les asignó) estaban arruinadas, no le quedó más opción que regresar sobre sus pasos y olvidarse de hacer su declaración a la antigua. En este punto ya tenía claro que debió recurrir a Yuzuha en primera instancia. Después de todo ella era una chica y, por lo tanto, resultaba evidente que ella sabría más de amores que un rubio adicto al manga shojo que jamás en su vida había conseguido una novia. O al menos una cita en toda regla.

Como quiera, lo hecho, hecho estaba. Hakkai guardó la carta en su bolsillo derecho y procedió a aflojarse la corbata del ajustado traje formal que había usado para la ocasión. A él no le gustaba vestirse de esa manera, pero fue otra de las locuras sacadas de la cabeza de Chifuyu. No quería ni recordar la cantidad de tiempo que perdió entre plancharlo, ponérselo y arreglárselas para atarse la corbata. Todo el proceso había sido un verdadero martirio, lo peor fue que no tuvo ningún sentido el haberlo soportado. Al final su traje estaba medio húmedo, y la tinta de la carta regada por culpa de ese mismo inconveniente.

Hakkai anduvo un rato más antes de detenerse en una heladería del centro para refrescarse, ahí se encontró con un bote de basura justo en la entrada y pensó que lo mejor era deshacerse de las flores a ir cargando con ellas hasta su casa. De todas formas, no servían ni para ponerlas en un florero o dárselas a Yuzuha.

Estaba a punto de arrojarlas al interior del bote cuando alguien lo detuvo del brazo.

—¿Qué crees que haces?

Los ojos de Hakkai distinguieron y reconocieron aquella mano que se aferraba a él. Por si creía que su día no podía resultar peor, el destino le escupía una vez más directo al rostro.

—¿Taka-chan? —habló ligeramente contrariado. Él pensaba que se encontraría en su casa haciéndose cargo de la alimentación de sus hermanas o algo por el estilo, pero no. Mitsuya estaba ahí, vestido de manera casual junto a Draken, quien lo saludó con un cabeceo—. Uh, qué sorpresa verlos —agregó. Su mirada intercalándose entre uno y otro—. ¿Qué están haciendo por aquí... juntos?

La última parte de su pregunta fue más un impulso producto de los celos y su imaginación desmedida. Draken le caía de maravilla, simplemente sus inseguridades siempre lo habían orillado a compararse con él y llegar a conclusiones desalentadoras, como que Draken tendría más oportunidad de salir con Mitsuya que él, que era más atractivo, fuerte, etc. Aunque volviendo al tema, solo esperaba que ninguno de ellos hubiera puesto demasiada atención en su tono casi recriminatorio.

—Hace calor y queríamos algo frío —respondió Draken con simpleza, luego se llevó su paleta de mora azul a la boca.

—¿Tú qué haces aquí, Hakkai? —intervino Mitsuya esta vez, arqueando una ceja y muy interesado en el ramo maltrecho de tulipanes que él pretendía tirar—. Te llamé por la mañana y como no respondiste pensé que estabas ocupado, ahora veo que sí. ¿La cita no salió cómo esperabas?

El significado del amor | Mitsukkai Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora