Te amo~

843 51 5
                                    

Entre sollozos contenidos Aoba pedía al rubio que se detuviera. Pero en su deformada visión de las cosas, Trip; solo escuchaba burlas de parte del peliazul.

"No te lo daré nunca... porque, obviamente, es mío."

"Y aunque yo no estuviera, no lograrías que te amara nunca."

"Nunca."

"No te amaría nunca..."

No se podía decir que escuchara lo que quería oír, ni tampoco que hiciese lo contrario. Esa voz sonaba como la del ambarino, pero sus palabras penetraban en su mente de una manera que nunca podría hacerlo Aoba, no por voluntad propia; debido al terror que a través de algún tiempo había desarrollado hacia su captor. Aquella voz... era diferente, no en el buen sentido, claro está. Durante las primeras semanas que el par de rubios le había secuestrado, ninguno de los dos tuvo problema alguno, ni siquiera cuando Aoba intentó usar el Scrap para controlarlos; o por lo menos no virus...

-Sé que nunca te ha gustado jugar con Welter, pero si te niegas a prepararte tú solo y tampoco quieres que yo lo haga, terminarías lastimándote.-pronunció suavemente.- Y no quiero que  te lastimes de ningún modo. virus y yo queremos protegerte porque te amamos, Aoba.

Hipocresía, esa sería la mejor descripción para el talento manipulador que aquel par poseía. El amor de Aoba sería condicionado; y la condición era este que pudiese ofrecerles tanto diversión como placer. Siempre que estos dos elementos continuaran presentes, Trip y Virus no le harían daño a menos que viniese una recompensa con ello. Refuerzo negativo y refuerzo positivo: una buena estrategia al momento de intentar doblegar la voluntad de alguien. Los humanos solo buscan encontrar placeres momentáneos, y lo que más intentaban evitar era el dolor de cualquier tipo.


Si rompías su cuerpo, romperías su alma de igual modo. A la inversa funcionaba igualmente, aunque no era tan efectivo de esa forma en opinión de Trip. Vivir sin alma era posible, pero vivir sin cuerpo no podía ser posible. Quería ver a Aoba como una muñeca herida, dañada por su propia humanidad, vacía, obediente y sin alma.

De vez en cuando permitía que Welter mordiera al ambarino. Sus colmillos fácilmente le desgarraban la piel con una mínima presión sobre ella. Cuando el peliazul luchaba demasiado, terminaba herido y agotado por la pérdida de sangre. Le gustaba escuchar los sollozos de Aoba durante la noche, de cierta forma le tranquilizaban más que su voz usual. Esos lloriqueos le hacían sentir por al menos unos segundos, que había ganado y que Virus estaría feliz con él... Luego aparecía esa voz, esa voz en su cabeza que le recordaba que nunca sería suficiente, Virus nunca dejaría de amar a Aoba. Ni nunca le amaría a él.

-Te ves adorable, Aoba. -Dijo repentinamente, dejando asomar una sonrisa ladina en su rostro.

No podría decirse que Trip era impulsivo o "impredecible" de alguna forma. Mas bien era agresivo cuando se trataba de expresar su afectividad hacia los demás.

De pequeño los demás solían "atacarlo" o al menos eso le parecía, todos los demás estaban en su contra, eran monstruos; horribles y despiadados. No tanto los otros niños que estaban a su alrededor, sino los científicos de Toue, que iban a hacerles pruebas médicas y a administrarles drogas experimentales. Ellos eran los verdaderos monstruos, bajo esos cubre-bocas y batas blancas, solo tenían una mirada fría y sin empatía alguna... esa mirada que helaba la piel, daba escalofríos de recordarlo.

Virus era diferente a los demás, no destacaba para los adultos, ni tampoco era excepcional de alguna forma... solo era diferente.

Pero regresemos con Trip; ¿por qué una persona querría controlar a alguien que ama? pero... ¿qué pasaría si esa es su definición de "amor"?

Control, es amor. Le daba la seguridad de que así no podrían abandonarle. Y solo controlando a una persona se puede demostrar amor. Es un círculo vicioso en el que un sujeto busca amor, no lo obtiene, y demuestra lo que siente a través de otra persona; para que así todos puedan verlo, que sea tangible, que los demás puedan sentirlo también; pero claro, solo alguien brutal y sin remordimiento haría esto, además todos lo rechazarían y le negarían su amor, y así el círculo vicioso vuelve a empezar. 






Why him?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora