Romanticismo demencial.

451 37 7
                                    


Y la monomanía de Trip no se detuvo, aún después de que le dieran el alta en el hospital. Porque una mente ociosa, siempre tiene el potencial de convertirse en el parque de diversiones perfecto para el diablo. O en este caso para una monomanía acaparadora de espacio, pero no sólo eso; sino que ahora se había vuelto una especie de bestia interna, devoradora de la poca empatía empolvada y suciamente dejada de lado por tanto tiempo.



Dentro de poco sería una fecha especial. O mejor dicho: "una fecha especial para Virus", el cumpleaños de su preciado tesoro Aoba~


Trip no podía sentirse más miserable. Todo un día dedicado a la persona que se divertía haciendo que su amor por el mayor, luciera como un sueño lejano.


La vida se movía estrepitosamente rápido. Y en direcciones que simplemente le hacían querer vomitar. Porque "sabía" que bajo esa cubierta de víctima demacrada, el peliazul escondía una burlona sonrisa ladina retándole a continuar su pequeña actuación.


¿Quién se romperá primero? Que el más débil, gane...



Había perdido su enfoque, había perdido la fuerza hacia las cosas por las que sentía placer, todo a causa de prestar atención a las personas que, "sabía" que le harían la vida imposible desde un principio.


Debía haberse librado de eso cuando tuvo la oportunidad. Ahora se veía patético, corriendo en círculos por un laberinto de problemas que él mismo había creado a su alrededor. Y en el centro "el mayor y más monstruoso problema que tenía"... Aoba~


Aoba~


Aoba~


Aoba~



Desde hacía tiempo, todo en su vida giraba alrededor del ambarino. Porque el único momento que Virus le dedicaba la palabra, era para mencionarle ese nombre.


Aoba~


Aoba~


Aoba~



Comenzaba a cansarse de escuchar que esa cosa fuera mejor que él. De escuchar la hipocresía con la que suplicaba que ambos se detuvieran...


Escuchar esa voz tan falsa. Esa personalidad, máscara, faceta, como sea que se le llamara, no era real y eso era lo único que importaba.


Y no sería suficiente para Trip, hacer que el ambarino rogara y pidiera compasión hasta que su voz se desgarrara. Ni bastaría cuando cada hueso en su cuerpo se hubiera roto estruendosamente... quería acabar con él... quería acabar con todo, ya. Ahora.


 ¡Que hermoso sería poder SER libre! Bueno quizás la palabra adecuada para describir lo que el rubio quería. Más que libertad, tenía que liberarse de Aoba. Porque ser libre completamente no lo complacería; no le daría el amor que lo buscaba. Porque el odio y el amor son solo dos caras de la misma moneda. Porque no hay libertad sin un precio que pagar, y ese precio era ser despreciado por los demás. Pues los "demás" siempre envidiarían esa libertad que ahora obtendrías, e intentar aprisionarte de nuevo. Aunque... ser libre de todo... de todos, menos de la persona a la que pertenecerías... sería tener libertad. Sería tener a alguien que te ama. Alguien que fuera el protector de tu libertad, sería también el dueño de tu alma. Y por tanto el control era igual al amor. El tener a alguien y guardar su libertad; para que nadie más se acercara y la robara... eso debía ser el verdadero y único significado de la palabra "amor".


———————————————————————————————————————————-


Aunque después de todo aquellas solo eran frías especulaciones que nunca llegarían más allá de sus propios pensamientos enfermos. ¿O no?


¡Sería tan divertido estar junto a Virus todo el día!


Si tan solo no fuera para planear la "pequeña fiesta" de Aoba.


¡Estaría tan feliz si tan solo Virus dijera "Trip" con el tono en el que hablaba de "Aoba"!


Pero siempre ... había alguien interponiéndose en ello.


Y aún cuando no había nadie interponiéndose.


Virus levantaba su propio muro de indiferencia para alejarlo.


Sin importar cuanto insistiera.


Sin importar como le hablara.


O qué hiciera para acercarse más a él.


Solo terminaba más lejos de lo que había empezado.


Más cerca de parecerse a aquellos monstruos que le atormentaban, y cada vez más lejos de Virus.


¿Qué era el amor? ¿Qué era la belleza? ¿Qué era la verdadera perfección?


¿Una ilusión? ¿Una enfermedad? ¿Algo repulsivo?


¿Algo inalcanzable?


Daba igual. Porque Aoba seguiría siendo el maniquí latiente que siempre fue. La muñeca con la que Virus querría jugar antes de ver a Trip... sin importar nada...


-Feliz cumpleaños, Aoba~san.

Why him?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora