Tanto tiempo...

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|| Nota importante: Probablemente deban re-leer el capítulo tres, antes de dar seguimiento con este nuevo capítulo, gracias por su atención. ||


...Podía sentir su corazón acelerarse a cada movimiento, bombeando sangre a cada músculo, intentando compensar esa súbita presión en el pecho que le hacía sentir como si le faltara aire. En verdad era como si dejara de respirar de tanto en tanto.

Percibía un entumecimiento correr por su piel, parecido a la tensión que uno experimenta al despertarse luego de una larga noche de sueño.

Al contrario de lo que se pensaría, sus pupilas no estaban dilatadas, ni tampoco podía dejar su vista inmóvil en un sólo punto de la habitación. Movía su mirada de un extremo a otro, en un intento de captar cada detalle... pero, esto era imposible. Sin importar cuánto se concentrara, ciertos rincones de aquel cuarto continuaban borrosos, a pesar de estar "iluminados" por los pocos rayos de luna filtrándose entre las persianas.

—¿Qué hora es? —

—La verdadera pregunta es, ¿cómo preguntas eso en un momento así? Creí que finalmente íbamos a dejar salir un poco de la tensión por pensar en el mañana... el ayer... que nos dejaríamos llevar de ahora en adelante.—

No sentía esas palabras como algo propio de Virus, lo que agregaba un toque aún más ácido a la situación en la que estaba. Normalmente, las palabras del mayor estaban cargadas de dulce veneno escondido, estas eran más un trozo de poesía filosófica barata.

Sería mejor no volver a preguntarle. Para su suerte, todavía tenía su coil en la muñeca. Se leían difícilmente las palabras "Septiembre / Martes", sin embargo no distinguía la hora marcada. Quizá ni siquiera se podía leer lo que decía allí y él mismo intentaba convencerse de que podía mantenerse bajo control en ese punto.

Iba a colapsar por el simple hecho de sentir a Virus tan cerca, o al menos eso pensaba.

En todo este tiempo no había podido librarse de aquella fuerza que oprimía su pecho, definitivamente algo estaba mal... estuvo mal desde un inicio.



Comenzó a desvanecerse, observando cada elemento de la habitación tornarse más oscuro, hasta llegar al punto en el que quedó inmerso en un profundo vacío.

Cerró los ojos y apretó su mandíbula, tratando de liberarse de las sensaciones en su entorno.

Finalmente fue capaz de tomar una gran bocanada de aire frío. Era un gran alivio, pero a la vez le había dejado ligeramente sorprendido; abrió ambos ojos repentinamente, recuperando el aliento, e intentando observar qué sucedía.

Dos enfermeras se apresuraban a estabilizar sus signos vitales, una vigilaba sus vías respiratorias y la otra llamaba a un médico dándole el código para decirle que posiblemente, el paciente había tenido una falla de órganos.

En unos segundos, estaba completamente rodeado de personas con bata blanca, algunos sujetando sus brazos para impedir que se moviera ahora que estaba consciente, mientras otros traían bandejas metálicas con diversos instrumentos. Rápidamente, una de las enfermeras se acercaba con una jeringa en mano; presionando levemente el émbolo comprobando que no había alguna burbuja de aire atrapada.

Trip no aparentaba signos de querer cooperar, y a pesar de que si quisiera podría empujar fácilmente a los hombres que estaban sujetándole, no lo hizo. Estaba en shock, no lo suficiente como para paralizarse o huir, pero sí para continuar mostrando cierta resistencia.

Why him?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora