Perfección pura.

1.4K 73 6
                                    

Quizás a simple vista ambos serían iguales, pero una vez que cualquiera se detenía a observarlos a ambos con detenimiento las miradas se detenían en Virus, siempre arreglado y con la ropa impecable, cada rasgo y reacción finamente ejecutada; con precisión imposiblemente perfecta. Mientras que su compañero, solía ser despreciado, o mejor dicho "ignorado", en mayor manera. Su presencia era como una sombra que siempre acompañaba a su amo, muy pocas veces notada, y nunca imaginada actuando por sí misma; por añadidura ésta debía copiar, verse y actuar de manera similar o idéntica a quien "pertenecía" o en este caso: seguía. Por muchos él era considerado una extensión del cuerpo de aquel rubio, sólo aparentando concordar y aceptar gustoso de cada orden dirigida hacia él, Virus ni siquiera necesitaba observar sus acciones, pues podía disfrutarlas mientras su "contraparte" las llevara a cabo, podía sentirlas como si fuesen propias. Y quizás ese toque de satisfacción indirecta y dominación sobre Trip, era lo que Virus disfrutaba en mayor medida... o más bien lo sería, si no existiese un "alguien" que le hiciese sentir con mucho más poder. Y ese "alguien" era:

-Aoba. -pronunció casi sin darse cuenta.

-¿Aoba? -Replicó el rubio a modo de pregunta, inmediatamente que escuchó el nombre de su preciado peliazul.

-Solo estaba pensando, que últimamente se ha comportado bastante bien. -acompletó la frase saliendo de su ensimismamiento.

-Ha estado más sumiso ciertamente, si a eso te refieres.

-Le tomó algo de tiempo acostumbrarse, aunque terminó cediendo, al igual que lo haría cualquier persona en su posición. -sus palabras acostumbraban ser frías al intercambiarlas, pues de aquel modo era como Virus le trataba. No eran amigos, ni amantes, ni pareja. Lo sabía bien... aunque también creía saber la razón para eso. Desde pequeños él esperaba, ¿a quién? a alguien "puro" por así decirlo. Cuando vio a Virus le pareció la especie de ser divino y puritano, que esperaba. E intentó acercarse, ser aceptado por él, ser querido y recibir aquel cariño que esperaba; en definitivo no fue así, Virus le trató con total y mecánica indiferencia, rechazo; inclusive llegó a pensar que le odiaba y por ello no le prestaba atención, que tal vez le confundía con aquellos monstruos sucios y llenos de lodo a los que detestaba. Con el tiempo, el rubio comenzó a prestarle atención; siempre y cuando dejara de tener ataques violentos contra otras personas.

"Comprar su amor", en ello se basaba la poca atención que su compañero le brindaba. Debía obedecerle y volverse más aceptado socialmente, para que así pudiera tener la atención que quería. Y así creció, tanto su obsesión por Virus; como su desprecio a los demás. Pero sobre todo hacia una persona en específico.

Esa persona no era un monstruo deformado, ni tampoco alguna clase de ruido molesto e incesante. Era Aoba. Aquel ambarino recibió completa y absoluta atención y halago por parte del ojiazul. Casi la mayoría del tiempo, Virus se dedicaba a buscar excusas para verle. Apegándose a él de modo "enfermizo". O al menos así lo consideraba Trip; quien, fue excluido durante años a pesar de su insistencia en recibir algún tipo de afección su parte.

Odiaba al ojimiel más que a nadie más. Y si no podía tener a Virus. Entonces el peliazul debería pagar por "arrebatárselo". Reprimía su ira desde hacía muchos años y le encantaba poder desatarla completamente contra Aoba. Deseaba que sufriera, que suplicara, que se diera cuenta de lo que había hecho. Y con el pretexto de darle algo de "disciplina" podía hacerlo agonizar cuanto quisiera.

Llegó a la simple conclusión de que Virus nunca llegaría a amarlo debido a que solo se amaba a sí mismo y a su preciado ojimiel. Así que si se veía como su reflejo abnegado, si asumía ser más parecido a él que aquella sombra como la cual actuaba de niño... entonces podría llegar a amarlo, o si quiera a considerarlo un igual, un amigo. ¿No es cierto? Le daría la misma atención que prestaba a Aoba, dejaría de actuar como si a penas notase su presencia...

-Trip, ¡Trip! -llamó Virus alzando ligeramente la voz a modo de orden, haciendo que el ajeno regresara a la realidad.- Aoba-san, se quedará en mi cuarto esta noche, iré a jugar con él.

-Oh si claro, bye-bye. -Se despidió como de costumbre y fue hasta su habitación. Hoy el ojimiel descansaría y gozaría un rato; pero mañana, mañana el castigo sería peor que nunca...

Why him?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora