cuatro

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Butters se sentía casi completamente recuperado, e inesperadamente, creía que era una buena noche para que el doctor Chaos saliera a hacer de las suyas en las calles de South Park.

Pero, no lo haría... desde hacía unos días Misteryon había estado frecuentando su hogar; Butters no sabía con qué intención, pero le aterraba pensar que eran advertencias.
Advertencias que tenían abrazos, que tenían pláticas elocuentes y agradables risas.
Fuera una advertencia o no, Butters sabía que tenía que tomar ventaja al respecto.

Su madre estaba en el salón, a punto de irse a dormir cuando noto que Butters bajaba.

—¿Qué haces, cariño? Mira la hora que es. Tienes que ir a dormir. —Dijo, y prosiguió mirando televisión.

—¿Dónde está papá?

—Oh, papá fue al cine. —Su tono de voz, completamente sumergido ante la televisión erizó la piel de Butters. —Sería bueno que te fueras a dormir, cariño, mami tendrá una noche larga...

Butters negó con la cabeza.

—Mamá, no he comido, estaba pensando en...

—Ni lo pienses, cariño, has estado castigado las últimas dos semanas sin cena. —Dejó de ver televisión para voltear a verlo. —Ve a la cama, ahora.

Aunque había recibido palizas desde hace días, su corazón no estaba listo para recibir una más esa misma semana. Tenía la sensación de que si recibía una más, Mysterion arrebataría contra sus padres.

Butters hizo caso a su madre y subió las escaleras, directo a su habitación, con la esperanza de que el hambre se fuera un poco más tarde. Se sentó en la orilla de la cama, luego suspiró un poco, y terminó por recostarse y analizar su día:

Vaya, en realidad había sido todo un caos este día; con Kenny siguiéndolo por todos lados, el mundo se estaba volviendo caótico. Pensar en Kenny como alguien que se preocupaba genuinamente por él lo emocionaba mucho.

Pensar en Kenny, en su mirada, en cómo esperaba que fueran amigos... en su amabilidad...

Fue suficiente; Butters saldría esa noche, más bien, el doctor Chaos lo haría, tendría una visita nocturna a su amable amigo Kenny, solo para decirle que, sin importar qué haga, lo protegerá de Mysterion.

Así que se puso su traje, abrió su ventana, y bajó por el árbol más cercano a su hogar. Hacía frío, pero en realidad no le importaba. Ese camino tan lejos a la casa de Kenny lo hacía tener mas fe; y así fue.

Cuando estuvo afuera de su casa, logró verlo desde una ventana, jugando cálidamente con su hermanita, quien tenía una muñeca rota; sus padres, desmayados en el sofá y su hermano mayor dormido. Butters se preguntó si serían así todas sus noches, y no pudo evitar pensar en que le gustaría invitarlo a él y a su hermana a pasar la noche en su hogar, que aunque no siempre era tranquilo, la mayoría de las veces sus padres estaban demasiado ocupados para decirle algo.

Las miradas de ambos se cruzaron a través de la ventana, ambos sintieron una punzada en el pecho; de manera distinta, ambos sintieron que debían hablar con el otro. Butters se puso nervioso, y comenzó a sentir mariposas en su estómago.
Kenny acarició el cabello de su hermanita y fue a la cocina, desapareciendo solo un segundo.

—¿Qué haces aquí? —La voz provenía de detrás de él.

Butters sabía de quién se trataba.

—No es de tu incumbencia, cara de culo. —Le respondió.

Kenny se preguntó si Butters sabía su identidad, y peor aún, si podría atentar contra su hermanita.

—No te he visto en un buen tiempo, ¿y ahora espías casas?—Mysterion se cruzó de brazos.

—No lo hago... pasaba por aquí, ¿Ves esa casa? —Señaló su casa. —Ahí vive un niño llamado Kenny; tenemos algunos asuntos pendientes.

Por más que Butters quisiera gritar que estaba ahí para proteger a Kenny de Mysterion, no podría; no le mostraría a su enemigo su mayor debilidad, su amigo...
Por eso, ahora Kenny sería el enemigo de el doctor Chaos, y secretamente, su protegido.

Mysterion alzó una ceja.

—¿Asuntos pendientes?

—No quiero pelear hoy, Mysterion...

Mysterion se dio la vuelta. Por ahora iba a ser mejor descubrir que planeaba Chaos con Kenny antes de hacer cualquier ataque.

—Será mejor que te vayas, es tarde, y este lugar es peligroso para gente como tú, Chaos. —Desapareciendo entre las sombras, Chaos se quedó solo, contemplando la silenciosa casa Stuch.

Pocos segundos después de su partida, Kenny volvió a jugar con su hermanita, y Butters, contemplaba como una vela iluminaba aquella hermosa escena, donde un niño rubio de lindos ojos sonreía plácidamente al ver a su hermana reír.

De vez en vez, Kenny miraba la ventana, y Butters sentía como si Kenny supiera que estaba ahí; su corazón se aceleraba solo de pensarlo, y por fin, lo había decidido... acabaría con South Park, con todo South Park, cada pequeña persona moriría, sin embargo, dejaría a Kenny y a su hermana vivir... les ayudaría a iniciar una nueva vida, y cuando llegara el momento, le diría quién era...

𝐸𝓁 𝒸𝒾𝓊𝒹𝒶𝒹𝒶𝓃𝑜 𝒫𝑒𝓇𝒻𝑒𝒸𝓉𝑜: [𝔹𝕌ℕℕ𝕐]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora