𝐸𝓁 𝒸𝒾𝓊𝒹𝒶𝒹𝒶𝓃𝑜 𝒫𝑒𝓇𝒻𝑒𝒸𝓉𝑜: [𝔹𝕌ℕℕ𝕐]

cinco

Mysterion, de pronto, pensó en Butters.

No era una novedad que él cruzara por su mente, pero en ese momento, pensó en él.

Se preguntó si sería prudente ir a verlo, se preguntó si debería ir como "mysterion" o como "Kenny" a buscarlo.

Era una noche fría, cómo solo podía serlo en South Park.  Y por fin, decidió ir a verlo por primera vez como Kenny.

Sus  manos sudaban ante los nervios, y sus mejillas se sonrojaba por el fuerte viento de aquella noche. Kenny terminó por trepar el árbol que daba a la habitación de Butters y tocar levemente su ventana, para que este lo escuchara.

—Oh hamburguesas... —Escuchó decir a Butters al otro lado. —¿Eres tu, Mysterion?

Butters abrió su ventana, y una brusca ráfaga de aire frío movió su cabello.

Notó, sentado en la rama del árbol más próxima a su ventana, a Kenny, quien de hecho, parecía estar congelándose.

—Oh dios mío, pasa, Kenny. —Butters le tendió la mano, para que Kenny pudiera meterse a la habitación.

Una vez adentro, Kenny se quitó su clásica capucha naranja, dejando ver su rostro.

Su cabello color heno era incomparable con el cabello color oro de Butters, sin embargo, ambos se miraron sin decir nada unos segundos.

Dejándose llevar, miraban los ojos del otro como si fueran las gemas más preciosas del mundo entero.

Kenny con sus ojos  de Zafiro, y Butters con sus ojos de Aquamarina.

—Así que... —Butters por fin habló. — ¿Qué haces aquí, Kenny?

Butters ladeó un poco su cabeza, mirando dulcemente a Kenny. Quien, al ver acto tan dulce, se sonrojó y apartó su mirada.

—Vine a verte, Butters, ¿No es lo que hacen los amigos?

—Oh sí, eso hacen... —Butters entrelazó sus manos detrás de su espalda. Dando una leve pausa para que siguiera.

—No tenía... No tenía a dónde ir. —Y el secreto casi salía.

Kenny solía ser mysterion cuando lo corrían, o cuyo casi, huía de su hogar, que era casi siempre, sin embargo, está noche, no estaba listo para esto.

Pensó muchas cosas antes de que su mente lo llevara a pensar en Butters, cómo único medio de curiosidad por el momento. No podía pensar en otra cosa, o más bien, no quería.

Butters inundaba sus pensamientos, tanto como Mysterion, como con Kenny.

Se preguntó por qué ¿Por qué Butters era tan dulce? ¿Cómo un ser humano, que debería estar corrompido por los  tratos que recibía diariamente, era tan increíblemente tierno y amable?

No le cabía en la cabeza, absolutamente nada. Su belleza, su amabilidad, su sencillez, pero sobre todo... Su amistad.

Amistad, que palabra tan burda y cruel. No representaba lo que Mysterion y Butters tenían, pero sí representaba lo que Kenny Y Butters tenían.
En un segundo, Kenny supo porque aquella noche fue a ver a este dulce chico. No quería que Mysterion fuera el único que lo abrazara.

Quería sentir, más allá de ese molesto traje de héroe, que podía abrazar a Butters. No con una amistad.

—¿No tenías a dónde ir, Kenny? —Butters le regaló una sonrisita traviesa. —Sabes, uhm, mis padres regresarán hasta mañana, probablemente. No creo que noten que te quedes conmigo esta noche...

Su dulce voz se hizo presente, y Kenny lo miró como si su Butters acababa de decir la mayor de las locuras.

La luna llena se asomó por la ventana e iluminó a ambos.

—¿No hay problema con eso, Butters?

Butters negó con la cabeza.

—No te preocupes, Kenny, mi hogar es muy calientito por las noches, estoy seguro que podrás pasar bien la noche. De cualquier manera... —Butters miró el suelo. —Me gusta que estés a mi lado, más que con cualquier otra persona.

Kenny sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. Pequeñas lágrimas que amenazaban con caer y dejarlo al descubierto como un cobarde.

Un cobarde que solo quería abrazar y ser abrazado.

Sin pensarlo mucho, sus pies se movieron solos y caminó en dirección a Butters, hasta tenerlo en frente de él. Lo miró un par de segundos, con sus ojos aún llorosos, y se abalanzó contra él, abrazándolo fuertemente. Tocando suavemente su espalda. Siendo tierno.

Esperó unos segundos a que Butters correspondiera el abrazo, solo para por fin sentirse completo. Creía que no lo haría, que solo él lo abrazaría.

Pensamientos oscuros nublaron su mente, hasta que por fin... Butters correspondió el abrazo; de una manera tan suave que Kenny se sentía realizado en la vida.

Ambos se separaron, se miraron, y una extraña tensión los impulsaba a besarse. Pero no sería así, mínimo no esta noche que ninguno de los dos sabía lo que sentía por el otro.

***** ^^"

Perdón por no publicar (a quiénes esperaban alguna actualización) honestamente no tenía mucha creatividad y caí en lo burdo; hice y rehice este capítulo unas veinte veces antes de que por fin me decidiera a algo que me gustara... ^^

Más de 4 meses para publicar... Soy demasiado floja.
De ahora en adelante, publicaré más seguido.

Y gracias a stacy1sp por dejarme un comentario y motivar me a escribir otro cap...

En fin, espero su año haya empezado bien.