P R Ó L O G O

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Trece graduaciones, ocho  bodas, diez nacimientos, veintisiete cumpleaños, cinco licencias de  conducir, pero ninguno de esos recuerdos partenecían a 0

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Trece graduaciones, ocho bodas, diez nacimientos, veintisiete cumpleaños, cinco licencias de conducir, pero ninguno de esos recuerdos partenecían a 0.

Cero no recordaba en qué momento había pisado el laboratorio de Hawkins, muy probablemente había nacido allí. Antes incluso de que el resto de niños, hermanos como les llamaba Papá, llegarán ahí.

Cero nunca ha sido una chica corriente. Mientras las niñas de su edad jugaban con muñecas o construcciones, ella caminaba entre adultos enchufada a cientos de cables que medían su actividad cerebral. Mientras otros niños raspaban sus rodillas y corrían hacia sus padres paraque curasen sus heridad, Cero sufría torturas por parte de su padre, el Sr. Brenner por no conseguir algunos de los retos que este le ponía. Cero aprendió a curarse las heridas, así hacerse un poquito más fuerte.

Cero tenía ocho años cuando mató sin querer por primera vez. Papa quería que ella extrajese un recuerdo específico de un señor de unos treinta años e implantara un recuerdo falso. Tardó tanto tiempo rebuscando entre la memoria del hombre, que tras diez largos minutos lo único que quedó del cerebro de ese hombre era pura papilla. Cero nunca olvidaría el castigo que sufrió tras ese evento.

Con forme fue creciendo, Cero no besaba a chicos ni a chicas de ningún tipo. Las reglas eran claras, Cero no debía acercarse a nadie, porque según su padre, ella era mejor que cualquiera de los presentes. A veces, cuando Cero no estaba enchufada a monitores, le gustaba dejar su mente vagar y leer las mentes del resto de niños del laboratorio y tratar de ver sus recuerdos, aunque normalmente, todo lo que obtenía eran historias tristes.

En cambio los guardias, ellos que salían al resto del mundo, cenaban con sus familias y acostaban a sus hijos por la noche tenían maravillosos recuerdos. Cero especialmente atesoraba el de unos dibujos animados que vió en la mente de un guardia con 2 hijos, "Popeye" con su hermosa novia "Olivia". Olivia no hablaba mucho, tal y como Cero. Su pelo era de un color parecido y Olivia era tan alegre... era todo lo que Cero quería ser. Así que en su mente, ese era su nombre.

Cero se llamaba Olivia.

Unos fuertes golpes en la celda de contención de Olivia llamaron su atención haciéndola saltar de la cama y pegándose a la pared contraria donde se situaba la puerta.

-Cero, soy Henry.- Esuchó la chica la voz de su amigo.- Voy a abrir tienes que mantener la calma, algo raro esta ocurriendo.

Olivia asintió para sí misma mientras pegaba los brazos contra su propio pecho con el fin de tranquilizarse. Tras unos zorcejeos la puerta cedió. Henry se encontraba al otro lado, con su pelo impecable un poco revuelto y su sonrisa angelical como siempre. Sin embargo, esta vez estaba cubierto de sangre.

-¿Peter que ha...?.- comenzó la chica dirigiéndose a él.

-Escúchame bien.- El chico dió dos zancadas hacia dentro de la habitación y la sujetó por los antebrazos.- Tienes que huir de aquí, ahora.

-Pero... no puedo. Papá...- continuó la chica desesperada tratando de leer en la mente del joven que estaba ocurriendo, sin embargo se topó con una barrera de acero puro en vez de su amplia mente como solía ocurrir. Esto era raro.

-Padre no importa ahora, tienes que huir. Algo malo está ocurriendo.- Continuó el chico arrastrándola por el antebrazo.-Tenemos que irnos. Ahora.

Corrieron un poco por los pasillos, Olivia miraba aterrorizada la gente desangrándose en el suelo, algunos con posturas antinaturales. Un pasillo, tras otro, tras otro, tras otro... Al llegar al final de un largo pasillo, Henry tomó de las mejillas a Olivia haciendo que sus miradas se cruzasen.

-Ahora, tienes que correr. No te detengas hasta que dejes de todo atrás. Te encontraré 0, algún día te encontraré y viviremos felices, juntos.- dijo este con una leve sonrisa.- ¿Es eso lo que quieres verdad?

Olivia asintió insegura, pero sobretodo atemorizada.

-Ahora corre.- La empujó este hacia una salida cercana.- Sigue corriendo y no pares. No. Pares.

Y Henry desapareció por el pasillo. Olivia se giró hacia el lado derecho de este, era hora de huir.


The Oblivion Project - Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora