Capitulo 22 REVELACIONES

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(+++)

MADISON FORBES

Necesitaba saber que significaba esa marca que se encontraba en el cuello de aquel chico asesinado en el puente y sabía quien podía ayudarme.

Parada frente a la puerta de madera laqueada del bar, comenzaba a pensar si eso sería lo correcto.

«Vamos Mady, es tu mejor opción aunque seguramente después te arrepientas». Pensé y pude ganarles a mis pensamientos correctos e ignorar mis instintos de supervivencia que se prendían como un gran faro cada vez que lo veía.

En el instante que crucé la puerta podía ver como se levantaba de la silla que se encontraba en la barra, supongo que me vio venir.

—¿A que se debe tan maravillosa visita?—su voz sonaba ronca y divertida.

—No vine a verte a ti por gusto, tengo un problema y no contestas el teléfono —contraataqué.

—¡Oh! Disculpe usted, señorita. No sabía que debía estar a su disposición cada vez que usted llame —soltó una risita burlona —Si vienes a mi por un problema es por que el problema en el que te quieres meter es tan grande que Dylan no te ayudaría ¿cierto? —inquirió.

Buen punto, que perceptivo.

—Puede ser, pero antes dime ¿por qué ese pervertido está mirándome con tanta ansia? —solté molesta, refiriéndome al pelinergo que acompañaba a Ryan.

—Es solamente un antiguo amigo, no le prestes atención —afirmó.

—Pues dile tu antiguo amigo que deje de mirarme como si yo fuese su comida —mi voz sonaba a la defensiva.

—No te va a tocar, no te preocupes —sonrió —Puedes empezar a platicar sobre tu problema, cariño.

—Alguien torturó y desangró a un chico del pueblo, debajo del puente Whistler. Lo dejaron a la vista, seguramente fue algún vampiro.

—Pues tratándose de un vampiro supongo que crees que fui yo, seguramente como para ti Dylan es el hermano bueno yo sería tu primera opción para echar culpa pero temo decepcionarte no fui yo, así que no es mi problema.

—¿Entonces no vas a ayudarme? —inquirí, molesta —¿No te parece extraño que aparezca un cuerpo así de la nada?—fijé la vista en el chico que acompañaba a Ryan, me acerqué más a él para susurrar sin ser escuchada —¿y si fue él? Parece un perfecto sospechoso, apenas si llegó al pueblo y pasan estas cosas.

—Sabes que puedo escucharte ¿verdad? —habló el pelinegro desde la barra

—¿Él es? —musité, no antes de ser interrumpida nuevamente por el joven pelinegro.

—Si, soy una persona con un estupendo oído —sonrió de lado, su sonrisa era casi tan perversa como la de Ryan.

—Madison, vete por favor —Ryan sonaba molesto.

—No voy a irme sin que me ayudes a resolver esto —afirmé.

Me sujetó por el brazo y casi a la rastra me llevo hasta la salida del bar, no entendía por qué me trataba de esa manera, pero claro si él no es amable con ningún humano ¿por qué yo sería la excepción?

—Dije que te fueras —sonaba molesto.

—Te dije que no —me solté de su agarre.

—No seas caprichosa, vete, después iré por ti y resolveremos este problema que seguramente no te deja dormir de noche —soltó una risita burlona mientras llevaba sus brazos a la altura de su pecho para así cruzarlos.

ENTRE DAGAS Y COLMILLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora