Pintura

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Alejandro:
El tiempo al lado de César se siente... bastante bien… llevamos actualmente 2 meses de relación, su situación mejoró un poco ya que mi madre lo motivó a entrar a una prepa abierta y terminar sus estudios ahora ambos estamos cerca de graduarnos aunque ahora lo he visto menos por lo ocupado que lo tiene su escuela, este fin de semana quiso ayudarme a pintar mi cuarto, sinceramente… aunque no lo
diga… solo es una excusa para estar con él… lo extraño mucho.

*Ding dong*

- ¡Chaparroooo! ¡Ya llegó tu romeooo! - escuchar a César gritar hizo que me
ponga nervioso y a la vez feliz pues extrañaba esa alegría contagiosa.
- Hola… - le dije un poco nervioso.

-¿¿Namás hola?? Uuuy… mejor me hubiera puesto un suéter si hubiera
sabido que serías frío - dijo César como un perrito triste.

- Hola… lobito… - le dije muy chiviado.

- ¡Eso es Toño chaparrito! - dijo César muy feliz y abrazándome, yo puse mi
cabeza en su hombro pues su cuerpo tiene una extraña calidez.

- ¡Bueno bueno! ¡A darle que es mole de olla! ¿Dónde vamos a pintar? ¿Y mi
suegrita? - dijo César muy emocionado.

- Ya sabes que a mi mamá no le gusta que le digas suegra porque se siente
vieja- le dije en tono irónico.

- ¡Ah Simón! Hahaha ¿pero no está? - me dijo nervioso.
- Nop hoy le cubre turno a una de sus
amigas así que hasta la noche llega- le
dije.

- ¡Ah bueno! Namás que… cámbiate porque el que le van a pintar unos
trancazos es a ti si te manchas tu ropa, ponte algo viejo o roto - me dijo César
ahí fue cuando me di cuenta que estaba usando una playera muy holgada y
con algunos agujeros,

a pesar de todo el tiempo que llevamos juntos no he tenido ningún acercamiento a César, sólo los besos.

Comenzamos a mover muebles y cubrir el piso con periódico, César fue por la
escalera y yo empeze a pintar las partes más chiquitas y finitas, mientras César
pintaba las partes más altas, al voltear hacia arriba pude ver qué el short de César estaba roto por debajo dejándome ver su… zona especial, de la impresión me levanté y me di un cabezazo con una repisa.

- Ay wey ¿tas bien? - me dijo César bajándose de la escalera y sobándome la cabeza.

- Si si, solo fue el golpe, esque me sorprendí.

- Ah chinga… ¿por? ¿viste un ratón? ¡porque conozco a alguien que se lo
receta con gusto! - me dijo en un tono burlón.

- ¿Cómo se llamaba tu gato? - le pregunté pues no recordaba como me dijo.

- Hehehe... Miaulejandro… - me dijo un poco nervioso.

- ¡¿Miau que?! - le dije sorprendido.

- Ira… esque… ¡cuando se enoja pone la misma cara que tú! ¡Ándale esa que
traes ahorita!... y aparte… me hace compañía cuando te extraño - al decir
esto su cara se puso caliente y sus orejas rojas.

- Y-yo...también te extrañe - le dije muy bajito.

- Ay chaparro… me hubieras dicho que te viniera a ver, ¿oh no te gusta que te
vea aquí? - me dijo abrazándome.

- ¡No! Esque… tu y la escuela… ¡y no quiero andar molestando! - Junto a
César sentía una confianza de decirle cómo me sentía en realidad.

- ¡Ay tú! Si yo voy re bien hasta entregó las cosas una semana antes, tu
tranquilo siempre me puedo hacer un espacio chiquito pss pa verte ¿no? - me
dijo sobándome la cabeza.

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