Gelatinas y Crema

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Alejandro:

No he podido dejar de pensar en lo que pasó con César… su cuerpo es tan
enorme… pero suave… las pecas de su cuerpo… la suavidad de su pecho… y sus expresiones tan lascivas… no puedo evitar… ponerme duro cada vez que lo recuerdo y se está volviendo un problema... necesito hablar con él… pero es tan inocente que me preocupa que piense que soy un pervertido… está tarde vendrá a hacer algunos postres para que los venda en mi prepa y así ambos nos vayamos a "mochilear”.

*Ding dong*

- ¡Chaparrooooo! Ya llegó tu don juaaan! - grito César con dos bolsas de
mandado llenas de frutas, yogurt y gelatinas de sabores.

- ¡Voy, voy! - tome una liguita y me amarre el cabello, le abrí la puerta y César quedó sorprendido.

- Ay… papacito...- dijo muy colorado.

- ¿Qué? ¿Se ve mal? - le pregunté nervioso.

- ¡No, no! Te ves bien chulo - dijo esto dándome un beso.

- ¡Hahaha ya vamos a empezar a cocinar! ¡Que es mucho que hacer! - le dije cerrando la puerta detrás de él.

- ¡A ver pues empecemos! - dijo poniéndose un delantal negro con algunas quemaduras y salpicaduras de grasa.

- ¿Y el delantal que te dió mi mamá? - le pregunté por curiosidad.

- Ay ese ni lo he querido estrenar, no quiero que se me manche un regalo tan especial - dijo muy nervioso.

- Ces… ¡los delantales son para eso hahaha! - le dije mientras me reía
poniendo mi mano en su hombro.
Mientras cocinabamos no podía dejar de imaginarme a César en los escenarios más  lascivos… su ropa un poco ajustada, él usando un delantal… mi mente no dejaba de
jugarme malas pasadas… y César tampoco ayudaba...

-¡Mira, mira! ¡Si me lo aprieto más me hace mi cuerpecito de Ninel Conde! -
decía apretándose el delantal a la cintura.

- ¡¡Ay! Ya me manche de media crema pero ni modo que se desperdicie
¿¿verdad? - dijo limpiándose las gotas de crema de la cara para luego
lamerse los dedos… … sin querer me puse duro… … intentaba pensar en
otras cosas mientras picaba las fresas pero una mala postura y un chico
distraído con un cuchillo solo podían causar un accidente.

- ¡¡Tsss ay idiota! - dije mientras agitaba mi dedo.

- Ay Dios ¿Estás bien? Vente lávate aquí y te presionas con esta servilletita.
hasta que ya no sangre ¿va?- dijo abriendo la llave del fregadero.

- Ay pero ¡¿chaparrito en que mundo andas?! ¡No puedes usar un cuchillo sin cuidado! - me dijo preocupado.

- Es que...- le dije muy nervioso.

- ¿Está todo bien corazón? - dijo poniéndome una mano en el hombro para consolarme.
- Es que… desde que… pasó lo que pasó… no he dejado de pensar en ti… en tu cuerpo y en esa emoción contigo… ¡mi mente no deja de distraerme y mi cuerpo de reaccionar! ¡Perdón! ¡No quiero ser un vato puerco o un catarro! - dije cubriendo mi cara con las manos a punto de llorar.

- ¿Ale?..- me dijo preocupado.

- ¡No! ¡Déjame tantito! ¡Estoy enfermo! ¡No quiero que te sientas como un
objeto! - mientras decía eso… podía escuchar ruidos extraños como el sonido de un cinturón y la voz de César interrumpió mi ataque de pánico.

- Chaparro… abre los ojos...- dijo César con una voz muy calmado.

- Al abrir mis ojos, pude ver a un César muy sonrojado… y con su cuerpo
desnudo solamente cubierto por el delgado delantal.

- Yo… también me sentí.. así...- dijo remarcando el bulto en el delantal.
- Más cuando eran las horas de dormir… tenía que tocarme si no no podría descansar… si eso es estar enfermo… pues ambos lo estamos… y… Creo que necesito curarme...- dijo susurrándome al oído, mientras tocaba el bulto de mi pantalón.

- Me lancé a él poniéndolo contra la encimera besándolo aferrándome a su
cintura, mientras el calor de nuestros cuerpos me hacía sentir en una sala de
vapor, le pedí que subiera a la encimera.

La expresión sonrojada me hacía sentir como un cazador a punto de devorar a su presa... lentamente levanté el delantal, revelando el duro miembro de César, que aún se encontraba cubierto por su piel… él se mordía la mano intentando ahogar
sus gemidos, yo le quite la mano… quería escucharlo...

- Voy a empezar ¿está bien? - le dije señalando su miembro mirándole a los
ojos él me miró y asintió.
Comencé por lamer lentamente alrededor de su punta para poder bajar la piel por completo, seguí lamiendo su punta suavemente mientras César retorcía sus pies y hacia los sonidos más lascivos… y poco a poco lo fui metiendo más a mi boca como
pude pues era demasiado grueso…

César se sentía tan bien que empezó a mover su cadera como si estuviera haciéndoselo a mi boca, se relamía los labios y me miraba con unos ojos que parecían que el cazador ahora sería la presa.

- ¡Mhhp! Ch'chaparro… ¡espera! - dijo detiendome, se levantó y se puso de
rodillas frente a mí, tomó un poco de crema batida que sobró de la
decoración de las gelatinas y puso un poco en la punta de mi miembro… la
sensación era extraña pero César lo hacía ver tan erótico...

- Se ve súper rico… voy a empezar a comermelo...- dijo metiéndose mi
miembro lo más que pudo en la boca, el calor de su boca y la sensación de
su lengua, me estaba haciendo sentir un éxtasis que me hizo gemir como
nunca lo había hecho, tomaba su cabeza y lo hacía chupar un poco más…

César se detuvo cuando empezó a escuchar mi respiración más agitada y me puso en el suelo.

- N-no quiero que nada se desperdicie… por eso… t-tu cremita… va.. a ir
aquí… - dijo mientras me hacía lamer sus dedos para empezar a jugar con su
trasero… la escena era simplemente única… César estaba encima de mí con
su enorme y tonificado cuerpo, jugando con su entrada… Pronto sentí un
calor inexplicable y la sensación como si estuviera derritiendose… estaba
dentro de César… quien doblando mucho su cuerpo comenzó a montarse…de una forma muy placentera haciendo que ambos soltamos sonidos de placer… me aferré a sus caderas y empecé a embestirlo más profundo hasta que ambos terminamos en un grito de placer… la caliente y espesa…"cremita" de César me había cubierto la cara y el pecho… yo tomé un poco de lo que había en mi mejilla y lo probé, César me miró con asombro y
jadeando mi dijo:

- Ay wey… ¿sabe chido?

Yo intenté decir que si… pero realmente por más dulce que haya comido una persona el sabor de su leche no será muy placentero...Hice una cara un poco rara y empecé a reírme, César también empezó a reírse lo ayude a subir al baño pues se notaba que su cintura le dolía un poco...le pedí perdón por excederme pero él
respondió frotándose contra mi haciendo que tengamos otra ronda en el baño.

- ¿Ale? - me dijo mientras se peinaba.

- ¿Si? - le dije volteando a verlo siendo sorprendido por un beso.

- Espere tanto por eso...- dijo susurrándome.

- Yo también...- le respondí.

- Te amo chaparro…- me dijo al oído.

Lo abracé fuertemente mientras el agua tibia y la espuma recorría nuestros cuerpos.

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