CAPÍTULO UNO

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CAPÍTULO 1

Jungkook 13 años.

Taehyung 12 años.

—¡Jungkook! —Su madre llamaba desde las escaleras a un pelinegro entretenido en su consola.

—¡¿Qué?!—responde fastidiado, poniendo en pausa el juego y dirigiéndose a las escaleras a ver lo que quería su madre.

—Un amigo vino a verte —dijo la señora Jeon cuando su hijo se encontraba a solo dos escalones de ella.

—¿Qué amigo? —Jungkook fija su vista en la sala y frunce el ceño al ver de quién se trataba.

Al parecer esa persona se dio cuenta que había bajado las escaleras y, sin esperar, corrió en su dirección.

—¡Kookie!

Oh no, pensó el pelinegro

La persona que había lo llamado era su irritante vecino: Kim Taehyung.

Taehyung era un chico gordito y con un cabello castaño en forma de hongo, a tal grado de cubrir sus ojos. Solía ser un niño muy energético, motivo por el cual nadie se le acercaba y era víctima de bullying, pero jamás dejaba de ser amable y alegre. Todo lo contrario a él, que era atractivo y demasiado popular. 

El pequeño castaño era un grado menor que Jungkook, pero como sus madres eran grandes amigas, obligatoriamente pasaba tiempo con Taehyung, quien le parecía un chico realmente estúpido y fastidioso, siempre le recordaba que no le agradaba y le daba asco pero siempre decía que era genial. Taehyung estaba profundamente enamorado de ese pelinegro rebelde, se sentía feliz de pasar tiempo con él a pesar de su constante rechazo.

—No quiero estar con él. —Jungkook le dijo a su madre algo molesto, después dirigió su vista al castaño que se encontraba jugando con sus manos, mientras yacía con una enorme sonrisa y un leve sonrojo—. ¡Lárgate, obeso!

—¡Jungkook!¡No le hables así! —Su madre gritó, comenzando a desesperarse—. Por favor, trátalo bien porque Jessica y yo vamos a salir —le decía su madre mientras tomaba su bolso y se dirigía a Taehyung apretándole las mejillas—. Pórtense bien, chicos. 

Sin más, salió de la casa dejando a los dos niños solos.

—Kookie pode... —El castaño es interrumpido por Jungkook.

—¡Cállate, no me llames Kookie! Suenas como un estúpido retrasado. —Lo mira con asco y pasa su mano entre sus cabellos—. No quiero que me dirijas la palabra, te vas a quedar afuera en el patio y cuando lleguen nuestras madres te meterás a la casa.

—¿Y tú que harás? —Se acercaba al pelinegro lentamente.

—Obvio, voy a jugar videojuegos —resopló.

—Hyung, ¿puedo jugar contigo? —Inconscientemente tomó del brazo a su mayor, Taehyung estaba emocionado y con una enorme sonrisa cuadrada.

Estúpido, pensaba el mayor.

—¡No me toques!— gritó, y sin medir su fuerza empujó al castaño ocasionando que cayera de un sentón—. Te quiero afuera, ¿entendiste?

—¡Entendí! —Taehyung se levanta del suelo emocionado de poder hacer lo que Jungkook le pedía y así hacerlo feliz. Taehyung salió a saltitos al patio delantero.

Jungkook solo lo observó con asco. El ver correr semejante ballena –como solía decirle– le resultaba repulsivo, pero se sintió superior al tratar como a un perro a Taehyung. Sí, para Jungkook el castaño era solo un perro, porque no importa lo mal que los tratases, ellos seguirán siendo fieles y felizmente estúpidos a tu lado.

¿Qué se siente estar en mi lugar? •KookTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora