Los pasillos de la universidad estaban repletos de personas, las cuales hacían un fastidioso ruido que era ignorado por las mismas que lo provocaban.
Las clases por fin habían comenzado desde hace unas semanas, dando inicio a un nuevo ciclo lleno de lo mismo. Jungkook estaba decaído, frustrado y preocupado por Taehyung; le había visto a los alrededores unas cuantas veces rodeado de diferentes personas, sin embargo, no podía ignorar cómo Park evitaba al menor como si fuese una plaga. Tenía curiosidad de las cosas que pasaban entre Jimin y Taehyung, sentía que había su culpa el arruinar siempre la felicidad del menor.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por sus amigos que se acercaban a él.
—¡Hey! —saludó Hoseok con la mano. Lisa se posicionó al lado de él e igual saludó con una venia.
Jungkook regresó el saludo y sin decir nada más se encaminaron a sus respectivas aulas; pudo visualizar a su frente una cabellera castaña, casi color cobre y un porte un tanto decaído: era Jimin. Se encontraba con unas notables bolsas negras bajo sus ojos, lucía totalmente descuidado con su vestimenta, su apariencia, todo; nada era como lo acostumbrado, realmente se veía fatal.
Sus miradas se conectaron, Jungkook en los ojos contrarios puede ver dolor y odio, sabe que se lo merece pero no le importa. Jimin aparta la mirada furioso, estaba dolido, le lastimaba ver a Taehyung tan coqueto con todo el mundo; le enfurecía verle tan apegado a otras personas pero, sobre todo, aquello: le enfermaba de sobremanera que todavía guardara una pizca de amor y esperanza cuando el otro claramente le confesó que solo había sido un juego.
Jimin está dolido, demasiado, pero en ese mar de dolor, agonía y frustración, siente que está encima de una pequeña balsa de alivio porque sabe con certeza, que a pesar de las vastas compañías de Taehyung, este no está con Jungkook. Le alivia que aún siga sonriendo con energía y que no haya vuelto con el bastardo que comenzó todo aquello. Mientras camina a su próxima clase, Jimin admite que todavía ama Taehyung. No podía negarlo y teniendo esos pensamientos que sabe son destructivos para él, ignora completamente que Yoongi le sigue cautelosamente desde atrás, quiere ser aquel soporte que se nota el otro necesita, sin embargo le es imposible porque Jimin le evita cuando le tiende la mano para sacarlo de su dolor.
Taehyung pasa justamente al lado de Jungkook, quien le mira de reojo una vez deja de mirar a Jimin y nota que tiene a dos chicas a cada lado de sus brazos, las cuales reían de lo que él decía mientras él solo sonreía al escucharles reír. Jeon paró su paso para poder seguirlo con la mirada hasta que se le pierde en una esquina, no entiende por qué Taehyung se comporta así, el menor no era de esas personas que resaltaran de aquella manera; él resaltaba por su amabilidad e inteligencia pero ¿qué iba a saber de él en realidad? Jamás se dio el tiempo de conocerlo de verdad cuando debió hacerlo; solo lo había utilizado para su propio bien, siempre había hecho el esfuerzo por ignorarlo y causarle daño pero ahora, cuando estaba consciente de que estaba perdidamente enamorado de Taehyung, se lamenta de todo lo que hizo en el pasado.
Al llegar a su aula, puede notar las miradas coquetas sobre su persona de sus nuevas compañeras, sabe que es atractivo y con cuerpo de ensueño, sin embargo no le interesaba salir con nadie, no tenía ganas de tener alguna relación con nadie, solo deseaba tener nuevamente el amor de la persona a la que tanto dañó y puede notar que sus antiguas compañeras saben eso porque al verle solo bajan la mirada evitándole como la peste. Al ver tales reacciones, Jungkook sabe que ya es tiempo de olvidar a Taehyung, se había hecho tanto daño por sus errores y, en verdad, quiere dejar de sufrir en vano porque sabe que Taehyung no volverá nunca más con él.
—¡Jungkook —El mencionado sale de sus pensamientos cuando escucha una voz detrás de él. Voltea y su ceño se frunce al instante al ver a la persona que le llamaba.
—Irene —dice seco.
—¡Wow! ¡Qué suerte encontrarte por aquí! —contesta algo coqueta, cruza sus brazos para poder resaltar su busto y que se haga notar por el gran escote que porta sin descaro alguno.
Jungkook no contesta, solo la observa. Sabe bien que por ella hizo muchas estupideces para dañar a Taehyung.
—Supongo que sí. —Pasa su mano por la cintura ajena para así poder acercarla más.
—Estás muy guapo, esos años te han sentado bien —dice ella mientras desliza sus manos por los tatuados brazos del azabache. Irene se deleita por los marcados músculos, pero detiene su recorrido cuando es empujada con brusquedad por un mal humorado Jungkook.
—¿Crees qué es suerte encontrarme con una fácil como tú? No me hagas reír. —Jungkook responde con sorna, tenía la intención de dejarse seducir y acabar en sexo pero simplemente no pudo al recordar a Taehyung. Tal vez parezca patético que una persona de su porte esté totalmente entregada a otra, aun sabiendo que no hay posibilidad de estar juntas. No quiere a nadie más, no puede tocar a nadie más. Está verdaderamente enamorado y sin importar el tiempo, no dejara de estarlo—. No vuelvas a acercarte a mí, zorra.
Irene le mira molesta, está indignada pero tiene algo que sin duda le dolerá al Jungkook.
—Entonces iré con Taehyung, esa putita se arrastra con to... —Fue interrumpida por un estruendoso golpe en la pared, cerca de su cara.
—Vuelves a mencionar su precioso nombre con ese tono vulgar y créeme que olvidare que eres mujer. —Jungkook escupe con rabia contenida mientras le susurra cerca del oído.
Con miedo Irene le contesta:
—Caíste bajo al meterte con él en aquel entonces. —Ella dice en el mismo tono susurrante que Jungkook. Claro que ella sabía la historia detrás de la huida de Taehyung y la autodestrucción del azabache. Se enteró en una de las veces en las que habían follado, había revisado el celular de Jungkook por mero aburrimiento mientras este se duchaba y de casualidad vio las conversaciones que solía tener con el menor—. Y míralo, está para follárselo. Ah, sí es cierto, tú no puedes acercarte a él. ¡Me das pena! —mencionó con burla y aquello hizo a Jungkook apretar la mandíbula.
Vaya que lo último le dolió, pero le jodió de sobremanera que ella supiera del pasado que solamente le pertenecía a él y Taehyung, aunque lo que realmente lo jodió más fue que insultara a su pequeño ángel.
—Al menos él está follable, en cambio tú ni de lástima te voltean a ver —farfulla mientras apretaba los dientes, evitando gritar y que se hiciera un escándalo incensario—. No quiero que te me acerques... Ni mucho menos a Taehyung. —Finaliza mientras se adentra por completo al aula, con miradas interrogantes sobre su persona.
…
Taehyung está riendo por fuera, pero por dentro está destrozado. Le duele cada mirada dura que Jimin le dedica cada vez que lo ve, le duele el que Yoongi trate de siempre hacer sentir mejor al mayor mientras este le ignora y le duele ver a Jungkook, este siempre le mira con cariño y tristeza. Le duele no poder solucionar todo lo que le rodea, todo lo que hay dentro de él, actuar como desinteresado con todos. Eso no es lo suyo, odia jugar con las personas de esa manera, odia dañarlas cuando menos lo merecen. Desde que terminó con Jimin y Jungkook dejó su casa, había estado acostándose con cualquiera que se lo pidiese; había estado usando su cuerpo para cosas que realmente detestaba. Odiaba el rumbo que ha tomado su vida pero no tiene opción, es lo mejor para no dañar a nadie; si no le da importancia a las personas, estas tampoco se la darán él.
Prefiere ver a Jimin en la distancia, sabe que es fuerte y podrá superarlo; desea con todo su corazón que pueda salir adelante sin él. Jungkook no abandona tampoco su mente, cada vez que lo recuerda su pecho duele y su corazón late a gran velocidad, sabe que no tiene que ilusionar a nadie por la situación en la que se encuentra, pero no puede evitar querer siempre ver el varonil rostro de Jungkook entre la gran multitud de estudiantes. Ese hombre lo lastima, porque de él adoptó ese modo de actuar con los demás.
Taehyung solo utiliza a las personas que lo rodean para un beneficio egoísta, tal vez Jimin tenía razón y sí es igual a Jeon.
—Ojalá las cosas no fueran como lo son ahora —murmuró mientras se colocaba su ropa y salía del salón de Artes, donde había tenido sexo con una chica de quien no recordaba su nombre—. Ojalá no estuviera a punto de morir.
Nos leemos luego
@drakonk_17
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¿Qué se siente estar en mi lugar? •KookTae•
Fanfiction©Drakonk NO ADAPTACIONES NI COPIAS NI PDF