Los Hijos Del Doctor Greivis.

Capitulo 28.

Odrick.

Mi cuerpo duele como si hubiera corrido un maratón.

Jamás vuelvo a beber.

La cabeza me palpita y siento que va a estallar en algún momento.

Una melodía hace que termine de abrir mis ojos.

♪♪When marimba rhythms start to play
Dance with me, make me sway
Like a lazy ocean hugs the shore
Hold me close, sway me more

Like a flower bending in the breeze
Bend with me, sway with ease
When we dance, you have a way with me
Stay with me, sway with me.♪♪

Me levanto de un salto y un traje colgado hace que mi corazón de un vuelco.

Camino por el pasillo y una chaqueta gris hace que mi corazón se apretuje. Mis ojos se llenan de lágrimas.

—Papá...—Digo en un susurro.

Él de da vuelta y su cabello peinado hacia atrás hace que se vea gracioso.

—Mira cielo—Mamá habla desde la cocina, por su tono de que está aguantando las ganas de llorar—Le queda la ropa de tu padre...

—Si—Él me mira avergonzado—Es que necesitaba un baño y pues, no traje más ropa... luego de que me pudieras que durmiera contigo.

—¿Que?—Lo miro con impresión—¿Dormí contigo?

—Si...

Cierro los ojos y refunfuño.

Los abro de nuevo cuando se escucha esa parte de la canción.

♪♪I can hear the sounds of violins
Long before it begins
Make me thrill as only you know how
Sway me smooth, sway me now.♪♪

Era la favorita de papá, miro la estereo y apretó los puños.

—¿Quien puso la canción?

—Eh... Yo. ¿Te gusta?—Habla Jackson—Es una muy buena, en sus tiempos imagino que fue todo un éxito.

—No debiste—Digo fríamente—N-no debiste.

Lágrimas gruesas comienzan a rodar y corro a mi habitación.

Jackson.

¿Y ahora que hice?

Niego con la cabeza poniendo mis brazos como jarras, ¿Por que las mujeres tienen que ser tan complicadas?

Su madre se mantiene callada mientras hace el desayuno.

—¿Deberia ir?—Pregunto y ella alza la mirada para verme.

—Si es lo que quieres...

Camino a la nevera y tomo un trozo de pastel, la señora sonríe.

Camino por el pasillo hasta llegar a su puerta, tocó dos veces.

—Odrick...

—Largate.

—Puedes decirme ¿Que pasa?

—No es de tu incumbencia y estoy seguro de que no te interesa en lo más mínimo.

—Si me importa Od, tu me importas.

Abro los ojos sorprendido por lo que dije.

<<¿Desde cuándo eres tan sincero?>>

La puerta se abre lentamente y puedo ver su nariz roja, me da una sonrisa genuina que hace que mi sistema se descontrole.

<<Era enamorarla, no enamorarte tú>>

Cállate, solo observa esa hermosa sonrisa que me está ofreciendo.

Trago saliva antes de hablar.

—Te traje pastel—Digo con una sonrisa.

Se relame los labios, oh como quisiera probarlos de nuevo.

Me matas Obri, maldita sea, me matas.

—¿Quieres entrar?—Su mirada está fija en mi pecho.

—¿Te comerás el pastel?

Asiente.

Así que me adentro a la habitación que ahora está iluminada.

Un gran retrato de un hombre y tres chicas está colgado en la pared al lado de la puerta.

Ella mira conmigo el cuadro.

—Ese es mi papá...

Abro mucho los ojos.

—Te contaré su historia.