Los Hijos Del Doctor Greivis.

Capitulo 26.

¡Hola!  Gracias por llegar a este punto del libro, es la primera vez que interactuo, sí, pero es que no quiero volver tediosa la lectura. Espero te esté gustando. Si podrían regalarme sus hermosos comentarios ¡No estaría nada mal!
Paso a decirles que está será una mini maratón de dos capítulos.

Al final del otro Cap haré una pregunta que no sale de mi cabeza:D.

Sin más interrupciones 1/2.

Gregory.

Hago una mueca.

¿Por qué le siento tan mal?

Sí, le presento su familia antes que a mí y ¿Qué?

Cierro los ojos y recuesto mi cabeza en el cabezal de la cama.

Suspiro al recordar sus ojos azules y como sonreía cuando la felicite.

Por supuesto, tenía que llegar Jack y arruinar el momento.

—Greg cariño, ¿puedes venir?—Dalia me llama desde el baño.

Resoplo antes de ir. Veo como me indica a través de una seña que baje el cierre de su vestido.

—Te ves cansado—Me mira por el espejo.

—Lo estoy—

—Aun no entiendo por qué no puedes dormir...

Apretó los labios.

Días de insomnio. Noche tras noche pensando, en que pasaría si mi apellido no tuviera peso en la sociedad.

En como sería ¿Feliz?

Ella me sonríe cuando terminó de ayudarle y me da un beso casto en los labios.

Y sale dejándome ahí. Sumido en esos tontos pensamientos.

Mi celular suena afuera trayendome a la realidad.

Corro hasta el y una sonrisa llega a mis labios.

—¿Hola?

—¡TE ODIO TANTO!

Frunzo el ceño.

—¿Qué?

—Si no te hubiera conocido no me sentiría tan miserable en este momento. ¡A Jackson también lo odio!

—Odrick, ¿está bien?—Gano la atención de Dalia al mencionar ese nombre.

—¿Por qué te llama la asistente de tu padre a esta hora?—Noto la amargura en su voz.

—Creo que no está bien—Susurro tapando la bocina.

—Od, Od—Escucho otra voz al otro lado—Dame eso, estás ebria.

Se escucha una lucha.

—¡No él tiene que saber cuánto lo desteto!—Dice.

Mi estómago se contrae.

—¿Por qué me ilusionaste?—Escucho que habla en voz baja.

—¡Od! ¡Od¡

—¡¿Que pasa?!—Pregunto al oír mucho ruido.

—Lo siento mucho señorito Greivis—¿Loren?—Od está muy ebria... Y.

—¿Que le pasó a Odrick?—Mi voz sale más seria de lo que pensé.

—Se ha desmayo, pero lo resolveré. Disculpenos.

—Dime dónde están—Camino a la salida.

—¡Hey Gregory! Estoy aquí ¿Recuerdas?

Dalia habla indignada al ver que me pongo los zapatos.

—Es una emergencia—Le digo—Ya vuelvo.

Rueda los ojos cruzándose de brazos.

—Bien—

Le doy un beso en los labios y corro de nuevo a la salida.

#

Después de seguir las indicaciones que Loren ha enviado por mensaje, llegó a un bar en un barrio bajo.
La entrada huele  a orina.

Entro y el lugar tiene poca iluminación, pero veo a Odrick doblada y con sus manos en sus rodillas mientras respira agitada.

Llego hasta ella.

—Odrick—Digo y ella me mira con horror.

—¿Que haces aquí?

—Me preocupaste

Asiente con la cabeza antes de poner un gesto extraño.

—Toma—Loren viene y le da un vaso con agua, ella lo toma apresuradamente—Señorito—Me saluda.

—Hola—Le doy una sonrisa amable y ella se sonroja—¿Quieren que las lleve a casa.

—Si.

—No.

Hablan las dos la mismo tiempo.

Odrick me mira mal, y no se por que ha desarrollado este comportamiento hacia mi.

<<Si lo sabes>>
Oh cállate.

Después de discutirlo, la convencemos, dejo primero a Loren frente a su edificio.

Odrick no me habla y me castiga a un silencio tortuoso, solo quiero que seamos los mismos de antes, los que se sumergian en conversaciones sin sentido y reían de cosas triviales.

—Llegamos—Digo estacionando.

—Gracias—Abre la puerta de golpe y baja del auto.

No la miro bien. Me da una sonrisa amarga antes de irse hacia atrás.

Mierda.

Salgo corriendo de auto y la tomo en mis brazos.

—¡Déjame!—Grita.

—No puedes ni caminar—La miro serio y sus mejillas se vuelven coloradas.

Entro con ella al edicio y subimos hasta el piso que indica.

—Ahí—Señala la puerta 2A.

Tocó la puerta, ella mira el techo con tal de no mirarme.

La puerta se abre y con eso mi boca también.

—¡Hermanito!—Jack me mira con una sonrisa arrogante y después mira a Odrick en los brazos, su mirada se oscurece.

—¡Jackie!—Odrick lo llama y elevó mis cejas sorprendido.

¿Jackie?

—Mi pequeña Obri—Dice él con los ojos iluminados—Damela.

Trata de quitarme la pero la aparto.

—Yo puedo llevarla a su habitación—Digo.

—No.

—Yo puedo pararme—Odrick baja de mis brazos, da dos pasos cayendo encima de Jackson.

Este la carga con una sonrisa.

—Tranquilo hermanito yo me encargo ahora.

Dice cerrando la puerta en mi cara.

Apretó mis puños a los lados.