Extra 3.

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Con la bebé en su cadera, Jennie se posicionó a un lado de las escaleras y, mirando hacia arriba, decidió hablar.

—¡Jisoo, apresúrate! —gritó la castaña—. ¡Se nos hace tarde!

—¡Ya voy, ya voy! —contestó una voz ronca desde el segundo piso.

—¡Lo mismo dijiste las últimas cinco veces y ya vamos media hora retrasadas!

—¡No me apresures, es importante que luzca bien!

Jennie rodó los ojos con cierta diversión y se dirigió a la pequeña que reposaba tranquila sobre su cadera, mientras sus pequeñas manos jugueteaban con el dije de corazón en su gargantilla negra.

—No sé por qué, pero presiento que algún día también tendré que esperarte a ti.

La pequeña balbuceó, llevando las manitas sobre las mejillas de su madre; las exprimió con fuerza y soltó unas carcajadas al notar la expresión graciosa que resultó.

Jennie no pudo evitar sonreír, plantando un beso en la frente de su pequeña niña.

—Bueno, disfrutaré mientras dure.

Tomó asiento sobre el sofá, sentando a la niña en sus muslos, y le permitió jugar con su cabello en lo que esperaban a su otra madre.

—Si la llamo otra vez probablemente no la cuente —le habló a su hija, quien estaba más preocupada por saber cómo esos hilos café se deslizaban entre sus pequeños dedos que en sus dilemas de pareja.

Finalmente, luego de lo que parecieron siglos —Jennie estaba exagerando, probablemente fueron otros cinco minutos—, Jisoo bajó las escaleras llevando un sencillo pero lindo vestido veraniego de color celeste que le llegaba hasta las rodillas.

Jennie la observó boquiabierta unos segundos, pero su esposa no se había dado cuenta, más preocupada por revisar que todo estuviera en orden.

—¿Es demasiado informal? —preguntó, dando una vuelta en su lugar. Cuando la castaña se negó a responder, frunció el ceño, levantando la mirada para saber el por qué—. ¿Jennie?

Sin embargo, ella seguía mirándola boquiabierta. Probablemente preguntándose cómo había tenido tanta suerte, cuando unos balbuceos las sacaron a ambas del trance.

Jane, quien aparentemente sí se dio cuenta de la presencia de su madre, soltó un chillido de alegría y estiró sus brazos hacia Jisoo, abriendo y cerrando sus labios, como si quisiera pronunciar una palabra. Ambas madres estaban al tanto de aquello, por lo que esperaban con ansias escucharla.

La mujer de ojos esmeralda se levantó del sofá , tendiéndole la niña a su esposa, quien la recibió con una adorable sonrisa y un beso en la cabeza.

—Creo que Jane contestó por mí —comentó con cierta diversión.

—¿Pero no es demasiado informal? ¿Y si no le gusta? —inquirió la mayor, abriendo los ojos espantada ante las ideas que comenzaban a formularse en su mente—. Oh por Dios, ¿y si me veo como un asco y me repudia? ¿Y si-

Negando con la cabeza, Jennie la sostuvo de sus antebrazos con suavidad, soltando una pequeña risa.

—Lo estás pensando demasiado —dijo—. Te aseguro que te ves preciosa, mi amor.

Las mejillas de la de ojos café no tardaron en enrojecer. No era común que Jennie se refiriera a ella de aquella forma, mucho menos frente a otras personas, pero siempre que lo hacía, de aquella forma tan dulce y baja, sentía una calidez en su interior.

—Pero no importa lo que yo crea, o lo que ella crea. ¿Cómo te sientes tú?

—Me siento bien, es un vestido muy cómodo —contestó Jisoo.

Believe In Destiny┊JenSoo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora