Epílogo.

2.6K 217 142
                                    

Jisoo salió de casa, inhalando y exhalando en grandes cantidades, disfrutando del aire fresco que sólo aquel lugar podía proporcionarle.

Levantó la mano, moviéndola en el aire para saludar a un par de personas que pasaban por allí, entre ellas Tiffany, quién la observaba con una sonrisa dulce, casi maternal, antes de seguir su camino. Llevó una mano a su prominente abdomen, que cada vez se hacía más grande, y acarició con completa dulzura allí.

Todo había cambiado mucho desde hace algunos meses.

Después de que arrestaran a su tío, Jisoo decidió hacer el juicio que con tanto esmero había esperado. Gracias a Jennie había conseguido una abogada brutal y absolutamente fantástica, y había conseguido que el hombre permaneciera en prisión durante el resto de su vida por aquellos actos de maldad que había cometido. Durante las semanas que permanecieron en la gran ciudad recorrieron un poco el lugar y se divirtieron, pero cuando fue momento de regresar al pueblo todo había dado un vuelco completo. Al parecer, el hombre había pagado para que demolieran la gran casa donde habitaba Jennie desde que ella tenía memoria. Se suponía que ella estaría dentro, porque el hombre no contaba con que iría a rescatar a su amada, y esa habría sido otra muerte en sus manos. Afortunadamente no pasó a mayores, aunque la casa quedó totalmente destruida. Jisoo decidió que construirían otra casa, una más pequeña para las tres —ella, Jennie y su pequeña bebé cuando naciera, porque sí, ya sabían que iba a ser una niña y Jisoo tenía el presentimiento de que se parecería completamente a Jennie— y la construcción había dado sus frutos.

Jennie y Lisa decidieron unirse a las fuerzas policiales —aunque tardaron mucho en convencerlas de hacerlo—, y después de tomar la decisión ambas ingresaron a la academia policial. A veces se estresaban a demasía, pero valía la pena. O eso decían.

Chaeyoung había conseguido un empleo enseñándoles a los niños y adolescentes sobre música —con una guitarra que Jisoo le había regalado al enterarse de que esa era su pasión—, y también trabajaba en una floristería. Le pagaban bien en ambos trabajos, así que no podía quejarse.

Finalmente la vida era buena para todas.

—¿Nena? —escuchó una voz familiar, y acto seguido, el resonar de unos zapatos contra el piso de madera—. ¿Jisoo? ¿Nena, dónde están?

—Estamos aquí, Jen —murmuró sin dejar de acariciar su abdomen—. En el patio trasero.

Una mota de cabello castaño se asomó con curiosidad tras la puerta, y al verla, los orbes verdes relucieron llenos de felicidad y una sonrisa se formó en aquellos carnosos belfos rosados.

—Ahí están, mis dos chicas —hablando con una dulzura que había adquirido últimamente, Jennie se acercó a ella, abrazándola por la espalda y plantando un suave beso en su hombro.

Jisoo suspiró cuando sus manos se encontraron por encima de su abdomen; los dos anillos de oro relucieron contra el débil sol de la tarde.

Oh, había olvidado mencionar que se habían casado después del juicio. No fue algo muy grande, en realidad. Ambas habían decidido que lo harían legalmente —para sorpresa de Jisoo— y fue un proceso rápido. Por supuesto, Lisa y Chaeyoung habían estado presentes en todo momento.

—¿Qué hacen aquí fuera? —preguntó, acariciando el vientre contrario con suavidad—. Puedes cansarte, nena.

La pelinegra rodó los ojos con diversión. Desde que se había enterado del embarazo, Jennie había sido muy protectora con ella.

—Estoy bien. Sólo necesitaba algo de aire fresco. Además, sabes que caminar le hace bien al bebé.

—No si te cansas rápidamente.

Believe In Destiny┊JenSoo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora