Believe In Destiny┊JenSoo G!P

Capítulo 18.

—¿Jisoo, crees que podrías sentarte? Vas a hacer un hueco en el piso.

Algún tiempo después de que la castaña se hubiese ido, Jisoo se encontraba caminando de un lado al otro por la alfombra de la sala. Lisa y Chaeyoung, que se habían mantenido observándola desde que inició —no queriendo dejarla sola—, ya se estaban hartando de todo.

—¡Basta! —exasperada, Chaeyoung tomó a Jisoo por los hombros y la obligó a sentarse junto a Lisa, quien las observaba divertida—. Quédate ahí, yo iré a preparar algo de té. ¡No te muevas!

Jisoo asintió con una expresión que le recordó a Lisa a un pobre perrito, y la pelirroja se marchó hacia la cocina.

Lisa rió entre dientes cuando Jisoo observó el ventanal frente a ellas con añoranza.

—Hey, no tienes que preocuparte —murmuró, acariciando su cabello con los dedos—. Jennie estará bien, ella es la persona más fuerte que conozco.

—¿Física o sentimentalmente?

—Sentimentalmente. Física no tanto, pero es astuta y con eso le basta. Ella estará bien, te lo aseguro.

—No sabes de lo que él es capaz —musitó Jisoo, observando el suelo con preocupación—. Es la persona más mala y fría que he conocido en mi vida. No le importa absolutamente nada con tal de tener lo que quiere... Y Jennie le... Ella lo golpeó y... Y me...

—Ella te salvó, Jisoo. Y estoy completamente segura que si tuviera que hacerlo otra vez, lo haría. Ella no... No le teme a nada.

—No entiendes, Lisa. Tengo... Yo tengo... Creo que tengo...

—¿Miedo? —preguntó con cautela.

Los ojos esmeralda se alzaron hacia ella y Lisa pudo ver en ellos algo que hace mucho tiempo no presenciaba. Destellos de distintas emociones surcaron por ellos como una lluvia de estrellas reflejada y, por primera vez, el alma de la mayor parecía querer presentarse.

—Eso creo —murmuró en un susurro.

Mordiendo su labio inferior al recordar la escena, la rubia suspiró. 

Era cierto que Jennie no le temía a nada; joder, Lisa la había visto tomar serpientes con una mano sin inmutarse, pero esto... Esto era algo completamente diferente. Requería más valentía de la que alguna vez creyó que alguien podría tener, porque el tener entre tus brazos a esa persona que amas y creer que otra persona puede arrebatártela era un sentimiento horrible. La rubia misma lo había experimentado años atrás.

Ella también sabía lo que se sentía tener miedo.

—¿Lisa? —la voz de Jisoo la sacó del trance, y observándola por unos segundos, sonrió despreocupadamente—. ¿Estás bien? Te quedaste pensando-

—Sí, no te preocupes. Todo está bien, Jisoo.

Sin creerle del todo, Jisoo asintió.

—De acuerdo.

Al notar como la pelinegra parecía desesperarse una vez más, Lisa quiso hacerla sentir mejor.

—¿Quieres jugar cuatro en fila? A ver si puedes ganarme esta vez.

Sonriéndole un tanto sonrojada, Jisoo suspiró.

—Bueno... En realidad... Lisa... Yo... Yo te-

—¿Me dejaste ganar? Lo sabía —levantando ambos hombros, la rubia la observó con diversión—. Siempre lo supe.

—¿Por qué no dijiste nada entonces?

—Porque quería tener comida gratis.

Jisoo entreabrió sus labios cuando la rubia comenzó a reír.