Capítulo 13.

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El lugar se quedó en completo silencio unos instantes, mientras el hombre recorría con la mirada a Jisoo, quien sintió escalofríos de inmediato.

—Veo que hiciste un buen trabajo —habló, dirigiéndose hacia Jennie.

Sonrió nuevamente —con aquella mueca extraña y espantosa— y dio unos cuantos pasos adelante. Jisoo retrocedió la misma cantidad.

Jennie, viendo aquel extraño momento, se posó frente a Jisoo con pasos firmes y extendió una mano, observando al hombre frente a ella con seriedad. 

El hombre levantó una ceja ante su osadía.

—Quiero ver el dinero —fue lo único que dijo.

—Por supuesto —observó a los cuatro hombres de pie detrás de él y asintió—. Denle su paga, muchachos.

Uno de los hombres sacó un portafolio que estaba en el suelo y se la lanzó a la castaña, quien la atrapó en un rápido movimiento.

—Ahí está lo que prometí y el doble, como acordamos. Puedes contarlo si no confías.

La castaña entreabrió sus labios pero no dijo absolutamente nada, en su lugar, dio unos pasos a la izquierda alejándose de Jisoo y observó a un lado. 

—En cuanto a ti —el hombre observó a la pelinegra y chasqueó los dedos.

De inmediato, dos de los hombres dieron pasos apresurados hacia delante y sujetaron a la mujer, cada uno de un brazo, llevándola consigo hacia atrás.

Jennie titubeó un segundo, sus manos temblando por las ganas contenidas de alejarlos de Jisoo, pero debido a la mirada inquisitiva del hombre, simplemente se contuvo en su lugar.

—Hiciste un buen trabajo, Kim —dijo, luego de evaluarla con la mirada—. Puedes retirarte. Tus servicios ya no son requeridos.

Dando un último vistazo hacia la mujer con labios en forma de corazón, la de ojos esmeralda dio un leve asentimiento y, sosteniendo fuerte el portafolio en su brazo, dio media vuelta y se marchó.

Jisoo observó el lugar por donde se había ido la castaña y suspiró cuando se dio cuenta de que se había quedado sola de nuevo.

«Igual que siempre»

A pasos firmes, el hombre caminó y su macabra risa se escuchó por toda la cabaña. Jisoo tembló en su lugar.

—Eres tan... Desconsiderada —murmuró—. Yo hice todo por ti estos últimos años, ¿y así me pagas? Escapándote.

—Tú no hiciste nada bueno por mí —se atrevió a decir.

El hombre la observó intrigado y molesto, pues era la primera vez que ella se atrevía a contestarle.

—Lo único que hiciste fue hundirme en la miseria junto a ti-

El sonido de una bofetada hizo eco en las paredes del lugar, la mejilla roja de la pelinegra brilló y su mandíbula tembló ligeramente. El hombre sacudió su mano con irritación.

—Creí que Kim te enseñaría modales, pero ya veo que no fue así —negó con la cabeza y pasó una mano por su traje, intentando eliminar cualquier arruga—. Supongo que es como dice el refrán, si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo. En cuanto lleguemos a casa, vas a tener una lección.

—Esa no es mi casa.

Pese al miedo que la carcomía por dentro, Jisoo tragó saliva y siguió hablando. Porque si algo había aprendido durante estas semanas, era a no temer. Había hecho cosas que jamás había pensado hacer y, con el tiempo necesario, se había dedicado a pensar también, llegando a una sola conclusión... Ella ya no tenía nada que perder, de modo que tampoco debería tener nada que temer.

Believe In Destiny┊JenSoo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora