Durante cinco años han trabajado en el mismo lugar, pero solo unas cuantas palabras han intercambiado.
Un rumor es el detonante para que una relación más allá de lo laboral se forme entre ellos dos y de paso tanto recientes como viejas heridas sanen.
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Definitivamente quedarse mirando el techo de su habitación por un lapso de tiempo tan largo era una malísima idea. Su mente ya le estaba haciendo una mala jugada haciéndole creer que una inexistente mancha negra viviente lo observaba desde ahí arriba. Dejó soltar un discreto suspiro para luego armarse de valor y cambiar la posición en la que se encontraba echado.
Hace una semana se había mudado a su nuevo departamento y aún estaba tratando de acostumbrarse a este gran cambio, aunque algunas veces le parecía realmente imposible, se sentía muy fuera de lugar. Una parte de sí mismo mantenía cierta esperanza de volver a la casa que había considerado su hogar durante casi veinte años, a pesar de que sabía que aquello no pasaría ni hoy ni mañana. Ya no podía regresar a su vida de antes, todo ello debía quedar solo como un recuerdo. Ahora tenía que concentrarse en otras cosas de mayor importancia, como el hecho de que todavía le faltaba abrir algunas cajas de la mudanza.
—Quizás...
Oh, no, mal momento para ponerse a pensar.
Tanto su mente como su cuerpo estaban al límite, así que nada más deseaba con todas sus fuerzas descansar como era debido. Cerró sus cuencas y trató de contar ovejas, quizás le funcionaría o quizás no, mas no perdía nada probando.
Obviamente falló, pero al menos hizo el intento.
Harto de su insomnio, apartó las sábanas que lo tapaban para proceder a tomar asiento en el borde su cama. Frotó con sus manos su desgastado rostro y se tomó unos segundos antes levantarse, no tenía muchas ansias de besar el suelo en la madrugada. Una vez despejó la somnolencia de sus sentidos, arrastrando los pies se dirigió hacia la cocina, no sin antes agarrar su celular de la mesita de noche. La opción de tomar pastillas no la veía viable, así que optaría por buscar en internet qué planta sirve como somnífero.
Mientras esperaba que el agua que puso en la tetera hirviera, desvió su atención un rato para fijarse la hora. Eran las tres y media de la mañana. Debería estar durmiendo en estos instantes, pero no, ahí se encontraba aún despierto, maldecía su dificultad para conciliar el sueño. Tenía que trabajar al día siguiente y no deseaba recurrir al café para mantenerse despierto en la mañana, la cafeína fácilmente podría convertirse en una adicción y eso es lo que menos necesitaba ahora.
Estaba seguro que sería capaz de lidiar con esta situación, nunca tuvo un horario de sueño normal, así que estar despierto a estas horas de la madrugada no era nada inusual para él.
Todo estaría bien mañana.
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