07

474 50 2
                                    

 (...)

Las gotas caían, el viento soplaba de forma agresiva, los truenos y relampagos a lo lejado que de vez en cuando se escucharíancerca, fuertes, que te asustarían de golpe, que te harían tropesar de con tus pies o las ramas en el piso.

No sabes por qué corres, no sabes que haces en el bosque, tampoco por qué están tan asustada, simplemente tus pies no dejan de correr, no dejan de correr, aunque el barro en el piso de vez en cuando te haga tropesar, tampoco si tus pies descansos duelen contra el piso, ahora que miras está oscuro, apenas puedes ver y sabes que estás buscando algo. Lo último que recuerdas haber visto fue a tord leyendo su libro, recuerdas habérselo dado.

¿Por qué esa versión que tanto adora a tord parece haber huido de su casa? ¿Por qué cobraste sentido cuando entraste al bosque? ¿Por qué no paras de correr?

— ¿____?

Te detuviste en seco cuando escuchaste su voz. Una pregunta, incrédula, casi un susurro. no contestaste, solo lo miraste, sentiste que tus ojos se llenaban de lágrimas pero no entendías por qué.

— ..._____.

Ya no fue una pregunta. Solo una afirmación.

— tord.

Fue lo único que salió, tenías dudas, tenías preguntas pero jamás salió nada, ni una pregunta de las tantas que tenías y de las tantas nuevas que se formaban con el pasar de los segundos.

¿Cuánto corriste? Te sentías muy cansada, los pies te dolía, ¿Por qué estabas descalza?

— ¿Que haces aquí?

Pregunto mientras caminaba hacia ti, no estaba molesto, ¿Por qué no lo estaba? Te habías escapado.

(...)

— debes descansar.

Hablaste con preocupación, este te miro unos segundos y suspiro.

— tengo que salir a buscar tu comida.

Negaste ante lo pedido. No querías que tord se esforzarse de más, sabes que ya casi no tienes comida, también que solo puedes comer verduras y frutas, de vez en cuando comías carne pero eran muy pocas las veces.

— está bien, puedo ir yo.

Dijiste mientras caninabas a el, no dijo nada y acepto tu ayuda cuando estuviste lo suficientemente cerca como  para ofrecerle tu mano para ayudarlo a sentarse.

— nunca has salido, no quiero que te pase nada.

Murmurro mientras se sentaba, le sonreiste levemente ante lo dicho, siempre se preocupaba tanto por ti.

— estaré bien, de verdad puedo ir yo.

Este nego, te sentaste a su lado. Miraste sus vendas, al manos ya no se tiene manchas de sangre.

— le pediré a un amigo que vaya, te puedes perder.

Era común ver a una mujer o un hombre que no sea parte de la tribu fuera, caminando y sabiendo que eran la pareja de alguien, si escapaban simplemente los atraparían y serían devueltos a sus parejas pero hay algunas tiendas que no cree que a ____ le guste ver, también ellos tienen tiendas que venden carne.

¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora