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(...)

— ¿Y si no quisiera ser tu pareja?

Este te miro, una mirada que intentada cubrir el dolor que habían causado tus palabras, una mirada que solo fingía ser sería.

— supongo que te podrías ir.

Murmuró y ante eso sentiste espereranza, irte de aquí sonaba tan bien, una vida como la que habías vivido antes de estos meses, te sería devuelta lo sé te quito, lo que se te arrebato con justicia.

Estabas tan facinada con la idea que nisiquiera notaste como tord desvío su mirada con dolor ante tu alegría de irte, el realmente pensó que ya ibas a intentar aceptarlo.

— ¿Por qué no me puedo ir ya? ¡Dijiste que me ibas a dejar ir!

Ante tu arrebato este se movió incómodo en su lugar, intento esconderse en sus hombros pero no sirvió de mucho, todavía se sentía demasiado expuesto.

— No quiero.

Murmurro sin mirarte pero ante el grito que soltaste solo cerro los ojos de golpe y esperando que cerrando los ojos dolieran menos las palabras que salieron de ti.

— ¿No quieres? ¿¡Estoy aquí solo por qué eres un egoísta?! ¿Siquiera sabes que es amar? De verdad sabes siquiera ¿que es el amor?

El sabe, de verdad lo hace, ¿Por qué no sabría? Con un nudo en su garganta alzo la mirada, ignorando la punzada en su corazón.

— se que es, lo hago pero ¿Si quiera pensarías hablarme si no estuvieras obligada a convivir conmigo? Me vez como un mounstro. No le vez como alguien normal, _____.

Ante lo dicho, ella solo lo miro con enojo.

— ¿Sabes? Estás en toda la razón, te veo como uno, ¿Y que? Admitiste haberme visto como uno cuando eras pequeño.

— ¡Y lo supure, ____! Estoy aquí, en el presente, llevas meses conviviendo conmigo, jamás te trate menos que a un humano, solo e tenido tratos de un animal, desprecio y por si fuera poco como un desconocido cada que hablas conmigo.

Se sentía mal, sentia que todo lo que intento avanzar se caía solo por unas pocas palabras y que no podía repararlo pero se sentía tan herido, tan traicionado.

— yo no te trate como un animal. Parece que no entiendes que a mis ojos eres un asesino, ¿Cómo quieres que te mire? ¿Con que ojos miro a la persona que se comió a mis amigos en mi cara?

Siseaste con enojo, tu ceño estaba fruncido, sentías que apretabas tu mandíbula pero ignoraste eso, ignoraste las lágrimas que querían acumularse en tus ojos, no por tristeza si no por el enojo que sentías.

Jamás se había sentido mal por su comida, jamás lo hizo pero desde que te conoció siente su estómago rebolverse cuando mencionas a quienes fueron tus amigos.

Sus hombros calleron dejando que su intento de esconderse se fuera, dejándose más expuesto de lo que se sentía.

El había cambiado, había cambiado significa mente pero lo había echo, te trajo comida, carne de animal que rompe total mente su moral pero tú no cambiaste, ¿Por qué tú no podías solo cambiar la forma en que lo vez, solo intentar entenderlo como el aprendió hace mucho? Su tribu jamás lo tacho de humanos, no dejaban que los niños creyeran que los que estaban fuera de la tribu eran mountros, salvajes o algo porque decían que no lo eran.

Era idea no rondo mucho tiempo su cabeza, le explicaron, le enseñaron que no todos eran malos pero todos los que están fuera de la tribu no los dejaban de ver cómo eso, unos simples mountros, unos animales, unos salvajes.

— ¿sabes que?

Cuando se enderezó y dió un pasó hacia ti, sentiste el enojo irse de golpe siendo sustituido rápidamente por simple miedo.

Alzaste apenas tus manos, sentiste tu expresión cambiar, nisiquiera uso un tono que justifique tu reacción pero no lo controlaste.

Viste como su postura cayó apenas te diste un pasó hacia atrás.

Dió dos pasos hacia atrás el chico incrédulo de lo que acababa de pasar, ella...

— ¿Me tienes miedo?

Su tono vaciló, casi un susurró para si mismo.

— Me tienes miedo.

Ahora fue una afirmación, ella desvío la mirada, dió un pasó más hacia atrás.

El chico solo sintió que su mandíbula se apretaba con enojo, sintió la tristeza ser cambiada por enojo.

— Yo jamás te e tocado, nunca te hice realmente tener una razón para tenerme y DEJA de meter a tus malditos amigos muertos en esto, fuera de eso te trate bien, lo hice lo mejor que se me permitió por no tener el mismo avance y aún así, ¿Me temes?

No quería escuchar la respuesta, no quería saber la respuesta obvia, solo no quería escucharla salir de ti, no lo soportaria.

— Bien.

Fue lo único que dijo para empezar a caminar a su cuarto sientiendo el enojo calmarse, ser calmado por la abundante tristeza y desesperación.

Cuando entro a su cuarto y cerro la puerta tras el, apoyo su espalda en la puerta dejando salir las lágrimas que había estado evitando que salieran desde hace rato.

Poco a poco se resbaló en la puerta hasta llegar al piso dejando salir sollozos que no podía callar.

No sabe que hizo mal, el lo estaba intentando, realmente lo hacía ¿Por qué no podías dejar de verlo como un mounstro?...como un asesino.

El no puede cambiar como tú quieres, no puede de dejar de comer lo que come y aunque lo hiciera, sabe que eso no cambiará la forma en que lo vez, sabe que no.

El no te pide que cambies lo que comes, que cambies totalmente solo quiere que intentes entdner, solo eso, el lo hace, si tan solo lo intentaras, si tan solo intentaras entender.

¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora