No sabe cómo ni cuándo sucede pero está seguro de que si hubiera sido consciente de que estaba sucediendo lo hubiera parado.
La idea de soltar a Mingyu y dejarlo ir nunca fue su favorita y nunca estuvo en sus planes, aún si sabía que era lo correcto, prefería seguir torturándose con su recuerdo, con su olor, con todo de él, era mucho más fácil eso que el verdadero proceso de sanar y todo lo que conllevaba.
Claramente la vida tiene otros planes para él y el primero que lleva a cabo es el de poner a cierto chico en su camino.
Desde el momento en que lo ve busca evitarlo, no está seguro de por qué pero siente que debe hacerlo, Jeonghan es extrañamente molesto para él, aún si no hace nada, aún si tiene la sonrisa más brillante y hermosa que haya visto, no es Mingyu.
Jeonghan es alguien tranquilo, alguien a quien le gusta hablar, no demasiado, aún así habla. Jeonghan suele observar, Seungcheol nota eso cuando se da cuenta de que es el único que ha estado hablando por al menos una hora y Jeonghan simplemente lo observa con una sonrisa tirando de sus labios.
Seungcheol lo quiere lejos, Jeonghan representa una amenaza y esa amenaza es que podría soltar a Mingyu, que éste podría pasar a segundo plano, que él podría sanar y no es algo que esté preparado para hacer, no quiere dejar ir a Mingyu, siente que lo está traicionando así que ignora cualquier tipo de pensamiento que tenga sobre Jeonghan.
Aunque eventualmente Jeonghan le sonríe y su corazón late con fuerza, eventualmente Jeonghan llama su nombre y un escalofrío le recorre de pies a cabeza, Jeonghan roza su piel y ésta se le eriza instantáneamente, Jeonghan se va metiendo en su corazón y en su cabeza y él no puede evitarlo de ninguna forma o eso quiere creer.
Jeonghan es para Seungcheol lo que Mingyu nunca estuvo destinado a ser.