Seungcheol no sabe cuántas horas han pasado, sólo sabe que su despedida con Mingyu se ha extendido más de lo que él esperaba.
No está seguro de dónde ha sacado tanta fuerza de voluntad, de lo único de lo que es consciente es de que ha sentido cómo le arrancaban un pedazo de su alma en el momento en que ha tenido que levantarse para irse de ahí y dejar solo a Mingyu.
El contrario no hizo más que abrazarse a sí mismo y llorar, ni siquiera lo miró, simplemente se quedó ahí, sufriendo mientras Seungcheol se iba.
Seungcheol llega a su habitación y lo primero que hace es acurrucarse en su cama, sintiendo el olor del perfume de Mingyu en sus sábanas, con dolor en su pecho y un alivio injusto en su alma, porque sabe que Mingyu y él no estaban destinados a estar juntos, porque saben que no son el uno para el otro, porque sabe que amar a la persona incorrecta duele y él solo quería acabar con el sufrimiento que sabía que Mingyu tenía.
Su pecho y todo su cuerpo duele, casi siente como si Mingyu le hubiera arrancado un pedazo de su ser y ahora se encuentra ahí agonizando porque ya no está seguro de qué duele más, si el rastro del amor de Mingyu o el haber tenido que dejarlo.
Se repite una y otra vez lo injusta que es la vida, se repite también que ha hecho lo correcto aún si ninguna parte de él lo cree, porque no está seguro de que pueda pensar que no amar a Mingyu es lo correcto.
No sabe cómo va a lidiar con ello, no sabe cómo va a superarlo, sólo sabe que estar cerca de Mingyu es más peligroso de lo que alguna vez se imaginó, porque realmente lo ama, porque Mingyu se ha instalado en su pecho y sabe que dolerá por mucho tiempo más, su amor no se ha ido y el dolor nace de ahí: de sus sentimientos por Mingyu.
Eventualmente se aleja de él, eventualmente intenta mirarlo de otra forma, cree que así dejará de amarlo, que sus sentimientos desaparecerán, aunque en alguna parte de su cabeza sabe que no será tan fácil.
Mingyu se vuelve una molestia para él, porque lo ama tanto que no sabe cómo dejar de hacerlo, lo ama tanto que el corazón se le estruja cada vez que lo ve llegar al salón con el cabello despeinado y ojeras debajo de sus ojos, cada vez que lo ve pálido o con los ojos hinchados, su corazón duele y no sabe si es porque aún lo ama o porque está presenciando cómo se cae a pedazos.
Mingyu algunas veces lo intenta, se acerca a él, busca estar con él pero Seungcheol vuelve a alejarlo y siempre tiene alguna excusa para ello, aún así no ha dejado de amar a Mingyu y sabe que no podrá hacerlo tan fácilmente.