LO QUE PERMANECE PERDIDO

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El tiempo para la reconstrucción de la ciudad llegaría, primero había que acabar con los demonios renegados, cerrar el abismo, y asegurarse de que las familias estaban a salvo.

El abismo logró cerrarse gracias al cuerno que Near había cortado al toro de Asmodeo. Los especialistas arcanos realizaron un hechizo de sellado a raíz del poder del cuerno de un demonio mayor, fue suficiente para lograrlo. Sin embargo, el vacío en el Salón del Círculo permanecía.

Se habían perdido tantas vidas, tanto humandas como angelicales, pero el fin justifica los medios, ¿no es así?

Todos, tanto ángeles como Hellbound se reunieron en el trono del rey, donde Hawkeye dio unas palabras.

-          Hoy, ya han pasado doce horas desde que la batalla contras los demonios fue ganada, hemos perdido mucho, y no sabemos si en verdad esto cuenta como victoria. Sin embargo, puedo nombrar algunas cosas de las que hemos ganado. Como seres de luz y materia, ganamos resistencia. Como humanos y ángeles, ganamos respeto. En cada rincón de este mundo, se correrá la voz de esta lucha, y de cómo resistimos frente a un ataque tan masivo de demonios. Así que, compañeros, las caras largas las dejaremos para cuando estemos muertos, porque ahora, nos toca un camino largo para recuperar la gloria de nuestra ciudad.

Todos y cada uno de los presentes llevaban caras largas, insatisfechos, deprimidos. Otros lloraban. En el sitio destruido no se oía ni el murmullo de voces, ni el cantar de las aves. Parecía estar vacío. Al final, en las últimas filas, se encontraban los recipientes de los jinetes del apocalipsis, Near, Sebastian, Bow y Clarity. Escuchando atentamente las palabras de su rey. Jasyel, que pertenecía al grupo de los ángeles, estaba con ellos, humanos a los que les había agarrado cariño.

-          Hay mucho trabajo que hacer. — Continuaba el rey — Lo principal es completar el Círculo nuevamente, pues su poder es el que nos brinda la protección contra los demonios. Necesitaremos la ayuda de los ángeles para ello.

La última frase la escogió prudentemente, mirando al ejército de ángeles restantes.

-          Tienen en nosotros, un aliado.

Se veía entre sus filas reacciones variadas, ninguna que asemejara reacciones humanas. Salvo Jasyel.

-          Mi Padre dijo que esto sucedería. — Comentó ella a los cuatro, mientras el rey continuaba su discurso — Estoy contenta de que haya salido todo bien. Entre lo que se puede.

Ellos asintieron. Near iba a hacer una acotación, pero sus ideas se vieron desvanecidas por la voz de Hawkeye.

-          Antes de retiraros a limpiar vuestra ciudad, aquí frente a los ángeles y los humanos, se ha de realizar un nuevo Consejo, pues el tiempo ha llegado para que los recipientes de los Jinetes del apocalipsis, vuelvan a formar el punto de equilibrio entre los reinos. Acérquense, jinetes.

Los presentes voltearon y posaron sus miradas en ellos. Nerviosos, se abrieron paso entre la multitud, hasta llegar a un lugar reservado, donde solo ellos estaban, y por el cual tanto el cielo y el infierno se conectaban.

El espacio donde se encontraban poseía un pentagrama, lleno de inscripciones tanto divinas como demoníacas, y además estaba el Futhark, las runas nórdicas, que crearon los Hellbound en un inicio. Se acercó Victoria, que antes se encontraba al lado del rey, y Jasyel. Ambos como representantes de los reinos, Humano y Cielo, respectivamente.

-          Pero, Majestad. — Dijo Jasyel — Falta un representante del Infierno para que el Consejo pueda fundarse nuevamente.

-          No es necesario, mi querida Jasyel.

Hellbound: El infierno en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora