LA SENTENCIA CELESTIAL

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El ruido de las espadas al caer era lo que resonaba en el salón del Círculo. Uno a uno los soldados Hellbound iban cayendo, frente a Emily. Era imparable. Ella no luchaba con alguna arma, simplemente utilizaba su mano desnuda, para rebanar a sus enemigos.

El rey y los demás del Círculo, luchaban contra ella ferozmente, ninguno de ellos había caído, salvo el anciano recién iniciado. El chocar del mandoble de Hawkeye con la mano de Emily era como el chocar de dos espadas, la piel de la niña era tan dura como el acero.

- Vaya, no lo hace tan mal. – Dijo Emily mientras se separaba de el rey – Eres un anciano muy resistente.

La armadura de Hawkeye estaba deformada por los golpes del demonio mayor. El Hellbound más fuerte, sangraba contra un demonio.

La tensión en el salón era notable, casi visible. Hawkeye se preparó para un siguiente ataque de Emily, pero fue él el que atacó primero. El rey fue en carrera, directo hacía Emily. Blandió su espada horizontalmente, con la suficiente determinación como para cortar a todos los Hellbound restantes en el salón.

Emily se deslizó por entre las piernas de Hawkeye, e intentó cortarle desde abajo. Hawkeye se retiró con suficiente velocidad para tener un raspón en la armadura, por la espalda.

- No moriré hasta que tú hayas caído, Demonio. – Dijo Hawkeye a lo que anteriormente había dicho Emily –

-  Eres muy despectivo con tu sobrina, tío. – Bromeó Emily –

Hawkeye empezaba a sentir la fatiga de los años cayéndole encima. No había sostenido un combate tan largo en muchos años. No hubo necesidad.

-  Pídele ayuda. – Dijo Emily –

Hawkeye se sobresaltó. ¿Conocía ella a su compañero espiritual?

Él, que estaba con una rodilla en el suelo, apoyando su espada. Se levantó.

- Sabes de qué estoy hablando, tío. – Dijo Emily – Ya no tienes fuerzas para continuar por ti mismo.

Mientras se levantaba, Hawkeye cayó nuevamente de rodillas. Era cierto lo que decía Emily.

- No lo haré. – Respondió Hawkeye – No es necesario…

En el rostro de Emily se pudo ver una mueca furiosa. Y sus ojos perdieron la calma de siempre.

- Como quieras. – Dijo ella – Morirás como un perro.

Emily se lanzó al ataque. De su mano surgieron garras oxidadas, parecidas al metal. El rugido de Emily, dulce y a la vez amenazador, se escuchó por todo el salón. Golpeó fuertemente.

- Divinum clypeo. – Una voz que resonó más fuerte que el grito de Emily –

Después de esas palabras el escudo de los Hellbound, apareció en frente de Hawkeye, cubriéndolo del ataque de Emily.

La niña volteó furiosa, para encontrar a aquel ser que se interpuso entre su presa y ella. Victoria estaba al frente de los miembros del Círculo, con mucha energía brotando de su cuerpo.

<<Así que fue ella>>, pensó Emily. Miró a todos los seres que se mostraban ante ella. De forma altanera, sonrió.

- Vaya, no recordaba que todavía la basura estaba aquí. – Dijo ella –

- Estas basuras te encerrarán eternamente, Emily. – Dijo Victoria –

La niña, que empezaba a prestarles atención, tocó el suelo con sus manos.

Cada uno del Círculo, se puso en guardia, todos con armas diferentes. Había arcos, dagas, mazos, espadas, lanzas, hechizos, escudos, chakrams. Todas las armas tenían a Emily como su objetivo.

Hellbound: El infierno en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora