CUANDO EL INFIERNO LLAMA

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En el sueño de Near Bakewell, se oye a lo lejos el sonar de una campana, el recuerdo de una vida pasada quizá, o simplemente algo que vio antes de dormir. 

- ¡Near! ¡Despierta! ¡Es hora de irse al instituto! – La hermanita de Near, Emily Bakewell, al escuchar el despertador del hermano va a por él.

- ¡Eh! ¿Qué pasa Emily? Ya estoy despierto. – Dijo Near, somnoliento. Normalmente él se despertaba solo, la alarma sonaba lo suficientemente fuerte como para despertarlo a la primera campanada. Near, mirando el despertador. – Oh, ¡joder! ¡Llegaré tarde al instituto! ¡¿Por qué no me despertaste antes?!

Near, un chico de 17 años, de 180 cm de altura, una peculiar cabellera blanca que le caía hasta el cuello y ojos grises, vestido y sin desayunar, se despide de su madre para correr al instituto. En el camino, se encuentra con una pequeña niña, vestida de blanco y con el cabello largo, lloraba por algún motivo, por lo que Near se acerca para saber si está bien.

- Oye pequeña, ¿te encuentras bien?- Dijo él con timidez -. Este es un lugar muy solo, no deberías andar por aquí. – La pequeña volteó, él ya sabía que no se trataba de un humano, después de todo, Near podía ver espíritus desde pequeño, incluso hablar con ellos y sentirlos a muy corta edad.

– Deberías irte.- Dijo él con tono seco -. Me creerán loco si me ven hablando contigo. Descansa en paz, ya has llorado suficiente. – La pequeña desapareció tras darle una pequeña sonrisa, fue como si él le hubiese leído el pensamiento a la chica.

Llegando al instituto Near pensó en su curiosa habilidad, él podía ver espíritus desde que tenía memoria, y nunca le dieron miedo, aunque al principio era extraño y sus padres no le creían, él sabía que lo que estaba viendo era real. Tan real que en ocasiones dolía, cuando se encontraba con Errantes, así llamaba a los espíritus vagabundos y tristes, él fácilmente encontraba la razón de sus pesares y podía hacerlos descansar en paz, sin embargo, le dolía el saber la razón de sus pesares, como si fuesen propios de él.

Ya en el instituto, se topó con sus amigos, Sebastian Swansea, Bow Blackwater y Clarity Churchbale, habían sido amigos desde pequeños y conocían todos los detalles de su amistad, excepto un solo punto, la habilidad de Near para interactuar con los espíritus. Él no quería contarles sobre eso ya que no sabía cómo iban a reaccionar, después de todo, lo más probable es que no le creyeran.

- Hola Near. – Dijo Clarity -. ¿Qué tal estuvieron tus vacaciones? – Clarity Chuchbale era una chica hermosa, de piel blanca como la nieve, ojos azules intensos que parecía que penetraban en lo más profundo de Near, su cabello, recogido, de un color rojo claro. La presencia de ella le hizo recordar a Near que hasta hacía poco no se había fijado que era tan hermosa.

-   ¡Hey! – Respondió Near con dejadez - Pues, no hice mucho, ayudar a mi madre, dormir. No me puedo quejar de nada ya que estuvieron regulares. – La verdad, es que en esas vacaciones sus avistamientos con espíritus habían sido más frecuentes de lo normal, hasta en la montaña, cuando andaba con su familia, había visto a un Errante, era un adulto joven de unos 25 años. Near se preguntaba si los avistamientos frecuentes tenían que ver con el sueño de esta mañana.

- Bow, ¿Cómo te fue a ti? – Preguntó Near sin esperar a que Clarity le respondiese

- Aburridas como siempre tío, ¡mi padre no puede enterarse que ando de vacaciones porque quiere que sea su carpintero privado! Es un pesado. – Bow Blackwater, un joven de la misma edad que Near, Alto, probablemente de  185 cm, tenía el cabello negro como el ébano y ojos marrones claro. El mejor amigo de Near.

  – ¡Ah vale! Seguramente necesitaba ayuda tío. – Respondió Near -. Seguramente te necesitaba en serio, no es normal que te llame.

- Si pero de igual forma, no es divertido pasar las vacaciones haciendo su trabajo. - El rostro de Bow tenía una silueta siniestra cada vez que hablaba de su padre, como si lo odiara por pedirle ayuda.

- ¿Qué tal si vamos al salón y hablamos más tarde? ¡Llegaremos más tarde de lo que ya estamos! - Sebastian Swansea, era el mayor de ellos, tenía 18 años de edad y le gustaba Clarity en secreto. Medía 180 cm, musculoso y con cabello castaño claro, además de ojos verdes claro que lo hacían parecer mayor de lo que era.

- ¡Muy bien! Tú ganas, vamos a salir de este infierno de una vez por todas. - La voz de Near resonó por todo el pasillo del instituto, rieron por lo bajo y corrieron al salón.

Durante la clase de historia, Near estaba a punto de dormirse, ya de por sí, la clase de Historia era aburrida así que no era extraño lo que le pasaba a Near. Sin embargo, no era pesadez lo que sentía, sino una extraña sensación de que alguien o algo lo llamaba en su mente. No pudo soportarlo y cayó rendido por la presión; estaba en el mismo sueño que no lo había dejado despertar en la mañana, solo que ya sabía de donde provenían los sonidos de campanas. Una iglesia. Near se acercó lentamente, como si temiera que algo le asaltara. Era un lugar siniestro, a pesar de que era una iglesia, nevaba, y alrededor de todo había árboles muertos o caídos. La vida no tenía espacio ahí. Fue entonces cuando escucho, un llamado en la lejanía, exclamaba su nombre.

- Joven Bakewell, joven ¡Bakewell! ¡Despierte! ¡¡Ahora!! - Era la profesora Stirlingshire, enojada con Near por haberse quedado dormido. - Joven Bakewell, estas no son horas para dormir, tal vez le gustará dormir en detención esta tarde.

- Como usted quiera profesora. - Respondió Near, estaba de mal humor y no sabía el por qué. Ya lo habían puesto en detención por dormirse en clase, así que no le importaba. Había algo en el sueño que le preocupaba, pero no sabía qué.  Tal vez en detención podría pensar más sobre eso -

Ya pasado el día de clase, solo en el salón, estaba Near, había pensado que el estar allí, solo con su mente, por alrededor de tres horas lo habría ayudado a encontrar la respuesta del porqué soñaba lo que soñaba. No pudo encontrar respuestas en dos horas y media que pasó sentado. Cuando ya sus piernas no soportaban estar más tiempo sentado, se levantó a mirar por la ventana, fue entonces cuando lo vio. ¿Un Errante tal vez? No, este espíritu era oscuro, Near sentía desesperación y odio emanando de aquel espíritu, y sus ojos, no eran los de un errante, rojos como las propias llamas del infierno, le provocó a Near por primera vez miedo, jamás había sentido miedo hacia un espíritu pero este le provocaba un profundo vacío.  El Errante comenzó a caminar hacia Near, desde lejos se podía observar lo deforme y repugnante que era, su caminar era retorcido, las piernas se arrastraban por el suelo de tal forma, que a un humano se le hubiesen fracturado los huesos. No cabía duda que Near sabía que tenía que salir de ahí pero no sabía qué era peor, enfrentarse a su profesora o esperar a que el espíritu llegara. No hubo tiempo para pensar, en cuanto Near miró de nuevo hacia la ventana el espíritu se retorció por un momento, seguido de eso, ya estaba en la ventana mirando a Near, sonrió de una forma bizarra. Near sabía que no podía ser peor, ya su corazón estaba a mil por hora y la adrenalina corría por su cuerpo. Se había equivocado, el bizarro ser comenzó a gritar, aturdiendo a Near, en medio de los gritos, se podían oír palabras.

- ¡! El amo ha regresado ¡! ¡! Ha regresado ¡! – Sus palabras eran como taladros clavándose en los oídos de Near. – ¡Vendrá por ti pequeño, y cuando lo haga te destrozará y nos dará de comer con tu carne! – Una vez dicho eso, desapareció, jamás en su vida Near había estado tan confundido.

- ¡Vaya! Hasta que por fin hace su aparición. – Una voz conocida detrás de Near, muy familiar – Y pensar que se tardó tanto para activar esa parte de tu percepción. – Al voltear, Near se da cuenta que quien estaba hablando no era otro que Sebastian, uno de sus mejores amigos. La mirada de Near no podía reflejar más que desconcierto, ¿Cómo podía Sebastian haber visto a aquel espíritu y estar tan tranquilo? Por lo que decía parecía que ya había visto muchos así. Pero lo más importante, ¿Cómo sabía él que Near lo había visto? Tenía que preguntárselo.

- Sebastian… – La voz de Near no tenía ni un poco de la tranquilidad que el otro joven emanaba - ¿De qué estas hablando? ¿Qué era eso? ¡¿Cómo puedes verlo?! – Near perdió el control de sus propias emociones, jamás había estado tan alterado.

- Tsk. Haces demasiadas preguntas. – Sebastian se encogió de hombros, no estaba molesto, sonreía – Sin embargo, las responderé todas. Estoy hablando de tu habilidad como Hellbound. Eso, era un Oscuro, un espíritu en pena controlado por demonios de gran poder y por último, puedo verlo porque soy un Hellbound. Al igual que tú.

Hellbound: El infierno en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora