SEBASTIAN

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Era la tarde del día de partida, Sebastian cabalgaba a toda prisa a través del bosque, llevaba buen ritmo. No se había topado con ninguna criatura, así que estaba feliz. Mientras cabalgaba, pasaban por su mente muchas ideas. “Tengo que decirle a Clarity lo que siento” decía en su mente, “Se lo diré la próxima vez que la vuelta a ver”. Él, a pesar de verse tan seguro en cualquier pelea, era todo lo contrario en lo referente al amor, se sentía desesperado cada vez que estaba solo con Clarity, y más al darse cuenta como ella miraba a Near. Era la misma forma en que él la miraba a ella. Eso le dolía.

- Tal vez… – Pensó Sebastian – Tal vez yo quería pelear con Near, para probar que era mejor que él. Tal vez… tenía ira acumulada.

- ¿En serio cree eso, señor? – Era Crawler, materializándose, volando – ¿Quiere saber mi opinión?

- Oh vamos Crawler, no me llames así, somos iguales, ¿recuerdas? No somos ni superiores ni inferiores.

Crawler no respondió.

- ¿Me vas a decir qué es lo que piensas? – Preguntó Sebastian – Puedes hacerlo con total confianza.

El espíritu pensó por un momento, luego respiró, aunque no lo necesitaba, simplemente era costumbre.

- Lo que pienso, es que no te puedes ganar mi confianza así, sin más. – Dijo Crawler – Hace falta mucho más que eso.

- Bueno, eso es un inicio. Deberías hablarme más seguido así. – Contestó Sebastian –

- Aun tienes mucho que conocer de mí, Sebastian. Quería decirte esto desde perdiste contra Near, él tenía razón, nunca le hubieses podido ganar. No de la forma en que estas luchando.

- En verdad quiero disculparme, por la manera en que te traté, por todo. Quiero enmendarlo. – Preguntó Sebastian, obviamente dolido – ¿Qué puedo hacer para ganar tu confianza?

- Lucha conmigo. – Contestó Crawler –

- ¿Qué? Si siempre hemos luchamos juntos.

- No me refiero a luchar junto a ti, Sebastian, me refiero a luchar contra mí.

Sebastian detuvo el caballo en ese instante.

- ¿Es en serio? – Preguntó él, sorprendido –

- Por supuesto. – Respondió Crawler – No hay mejor forma de establecer confianza, que luchar contra tu espíritu acompañante.

- No lo sé, Crawler…

- Concédeme eso. Y haremos las pases, seremos iguales.

Sebastian bajó del caballo. Estaban en el medio del bosque, en la nada, pero no sentía ningún peligro, así no tuvo problemas.

- Muy bien. – Respondió, luego de un momento – Así lo haremos.

- Te estaré esperando.

Crawler desapareció luego de que Sebastian aceptara la invitación a luchar.

Sebastian se acomodó en un lugar del bosque, lejos del camino hacia Las Runas de la Agonía, amarró el caballo, prendió una fogata e hizo un refugio precario, en caso de que la lucha contra Crawler tomara más tiempo del previsto. Una vez listo todo, se sentó cerca del fuego, y se concentró, utilizando una antigua pose budista. Pudo hacer la conexión en poco tiempo, ya lo había hecho antes.

- Bienvenido, Sebastian. – Dijo Crawler – No has venido aquí en mucho tiempo.

El joven Hellbound, miró, se encontraba en un claro, de día, todo estaba perfecto. En el claro no había una planta, algo que estuviese mal en el lugar, rodeado de árboles frondosos de color naranja. La primera vez que había ido a ese lugar, estaba totalmente diferente, había huesos en el suelo del claro, era de noche, y Crawler había intentado tomar su cuerpo. Ésta vez, era simplemente una lucha amistosa.

Hellbound: El infierno en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora