Emilio es un alfa, dueño de una empresa millonaría, con un hijo de 15 años. Su infamcia fué la mejor, su adolescencia no lo fué, pero su adultez mejorará; sólo es cuestión de entrar a una floristería y reencontrarse con su mejor amigo de la infancia...
"No tienes derecho a despedirme, eres sólo un simple secretario" - la Omega camina hasta Emilio, quién sólo se encontraba perdido - "Emilio".
Emilio sólo no podía reaccionar. ¿Joaquín lubrica? Eso es, eso es....
¡Estupendo!.
¡Mi alfa puede darme cachorros! ¡Cada día es más perfecto!. 🐺
No podía moverse, su lobo trataba de salir y dar orden a su cuerpo. Su alfa salió corriendo, llorando.
¡Reacciona imbécil!. 🐺
Emilio vuelve en sí mismo, con sus pensamientos claros. Debe ir por su alfa y calmar su llanto, decirle que es perfecto y lo ama tal cuál es.
"Emilio" - la Omega vuelve a intentar tocando el hombro del alfa, quién la observa con odio.
"Estás despedida, no te quiero ver en mi oficina, ni en mi empresa" - Seidy abre su boca para tratar de decir algo, pero Emilio la detiene - "no me interesa lo que vayas a decirme, eres una Omega cínica. Primero entras y sales de mi oficina cómo si fuera tuya, me traes té y marcas mi territorio con tu horrible olor a limón. Pero trasaste la puta línea cuándo llamaste a MI ALFA enfermo".
"¿T-Tu alfa? " - Seidy frunce su ceño - "e-so eso no puede ser posible, no puedes estar con ese alfa ¡Mírame! Soy mejor que él. Puedo darte todo lo que necesitas".
"Está perra" - Nikolás murmura.
"Necesitas a una Omega, no a un alfa ¡Eso es enfermo!" - Emilio gruñe. Demandante, la Omega tiembla al igual que los 3 alfas que se encontraban de espectador.
Emilio creció de forma impresionante, su alfa haciendo acto de presencia. Sus ojos rojos, el gruñido en su garganta.
"¡Fuera de aquí!" - Seidy salta en su lugar, sus ojos llorosos. Su corazón lleno de rabia hacía Joaquín. La Omega sale de la oficina, Nikolás le saca la lengua cuándo la vé salir.
"Perra" - Nikolás agita su rubio cabello - "Emilio, ¿Qué haces aquí? ¡Vé por tu hombre!" - Emilio corre, con todo lo que puede.
Debe ir por su alfa.
Leidy y Ely sólo chocan sus manos.
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Joaquín llegó a su casa con el corazón destrozado. Hoy iba a tener el valor de hablar con Emilio, contarle su secreto y decirle sus sentimientos.
Ahora ya no puede, Emilio debe de estar odiándolo, sintiendo asco hacía él. Diana se asusta al ver a su nieto tirarse a sus brazos llorando. Renata toma a su cachorro, quién no paraba de preguntar y mirar a su tío.
