01. Lost

652 31 4
                                    

El sol despunta brillante en el horizonte, creando reflejos dorados sobre el agua cristalina del océano, que se mece al compás del viento, saludándolo creando suaves olas.

Desde la ventana de su habitación, Viktor Volkov observa la escena en la distancia, viendo como el puerto empieza a tener actividad, a pesar de que desde esa distancia, las personas no parecen más que pequeñas hormigas.

Estira sus músculos que se contraen bajo su camisa ancha de seda blanca. Sus pies aún descalzos caminan por el suelo de madera de la habitación, dirigiéndose a la cama para terminar de preparar su bolsa. No tiene muchas pertenencias, solo algunas predas de ropa, algunos pocos libros y lo más importante, el collar que una vez perteneció a su hermana.

Toma la joya entre sus manos, es una fina cadena de oro, de la que cuelga un jade en una forma similar a una gota. Es simple para lo que suele ostentar la nobleza como su familia, aunque el título de nobleza se quedaría corto.

Escucha cómo llaman a la puerta y cierra el puño escondiendo el collar.

-Adelante.- Habla con un tono de voz firme, pero no se gira a ver quién es.

-Alteza, su carruaje le está esperando.- Por la voz sabe que es alguien de servicio, pero no recuerda quién.

-Enseguida bajaré.- Contesta sin más, y el contrario se retira.

Deja ir un suspiro cansado y se sienta en el colchón, observando una vez más la habitación. Ha pasado casi dos años estudiando en otro país, en una de las academias más prestigiosas, todo para formalizar su instrucción antes de ser rey. Desde que tiene uso de razón, Volkov solo recuerda haber sido preparado para asumir ese puesto, y la figura de su padre ha supuesto algo temido, no tienen una relación cercana, ni siquiera buena. Al fin y al cabo, durante toda su vida ha pasado más tiempo con las institutrices y la gente del servicio que le ha cuidado. La única excepción a eso era Alexandra, su hermana mayor, pero como muchas personas de su país, falleció a causa de una enfermedad que asoló a la población.

Volkov sabe que tiene una situación privilegiada, y más cuando el mundo en el que vive se rige en una desigualdad tan abismal. Pero parece que nadie pretende cambiarlo, y cada vez que él, desde su posición de príncipe ha intentado aportar algún cambio, ha sido totalmente rechazado.

Un rey no es más que un títere, una cara a la que la gente puede amar u odiar. El poder habita en las sombras, y estas no pueden ser controladas a voluntad.

Se coloca las botas de cuero negras, altas hasta casi las rodillas, recogiendo así sus pantalones negros también. En palacio nunca puede vestir así, pero con la excusa del viaje puede darse esta libertidad, de las pocas que tiene a su alcance.

Toma la bolsa y sale de la habitación, encontrando frente a esta un par de personas aguardando. En cuanto emprende el camino fuera de la habitación, los dos guardias lo escoltan, Volkov se siente incómodo al tener la presencia de ambos tras él, en completo silencio, sin a penas emitir sonido. Camina por la academia, siendo objeto de miradas de quienes han sido sus compañeros, aunque con ninguno ha llegado a establecer una relación. Son hijos e hijas de nobles, las pocas veces que ha tenido que hablar con ellos, solo ha recibido sonrisas forzadas y halagos de todo tipo, todo para conseguirse el favor de la casa real de alguna forma.

Camina por los pasillos decorados de forma exquisita con influencias europeas, aunque a Volkov ya hace tiempo que estas cosas le han dejado de sorprender.

En cuanto por fin llega al vestíbulo del enorme edificio, el director y algunos profesores le esperan allí para despedirse. Así lo hace, plantando la sonrisa que tiene estudiada ante este tipo de eventos. Al salir esa sonrisa desaparece, a la vez que siente el aire acariciarle el cabello gris.

Walking the wireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora