14. Waves

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Volkov recorre los pasillos de los calabozos de vuelta al palacio. Greco va delante, iluminando los estrechos pasadizos que recorren la mazmorra, mientras él solo puede dar vueltas a todo lo que ha ocurrido, solo puede pensar en los ojos de Horacio inundados de miedo.

Él también lo tiene, porque teme que su plan no funcione. Es una idea arriesgada, pero es hora de poner todas las cartas sobre la mesa, y dejar que la suerte tire los dados. Se despide de su amigo cuando vuelve a las puertas de su habitación, allí, en soledad y silencio de nuevo, se mira al espejo una vez más. Los meses que ha vivido con Horacio han sido un oasis de paz en mitad de su vida.

Sabe que muchos desearían su posición, su poder y su riqueza. Sabe que no ha tenido que pasar penas nunca, pero una cárcel es una cárcel aunque sea de oro. Si aquel día el barco no se hubiera hundido, él habría vuelto al palacio, habría atendido a los bailes y fiestas de los nobles, habría tenido que casarse con alguna chica escogida por su padre, una chica que encontraría soledad y desdicha en esa relación, del mismo modo que él. Habría tenido hijos, y se habría visto obligado a encadenarlos como su padre hizo con él.

Pero la mariposa batió las alas en el instante preciso, y entre la espuma del mar y los arrecifes encontró lo que era la felicidad. Ahora se escapa entre sus dedos, como el agua del manantial que busca su vuelta al océano, como el viento de los días en la isla. Volkov ahora sabe qué es lo que quiere, aunque también sabe qué es lo que debe a la gente de su país. Sabe también que está solo en su descabellado plan, pero una vez lo ponga en marcha no está dispuesto a detenerse.

La mañana siguiente llega con un suspiro del sol, aunque Volkov no ha podido pegar ojo, trazando todas las posibilidades del desenlace en su cabeza. Muchas son negativas, en las que termina enjaulado para siempre, pero hay una, tan solo una posibilidad, de volver a los brazos de Horacio, y eso es más que suficiente para intentarlo. Sigue la rutina que durante tantos años ha seguido, dos hombres del servicio le traen ropa y le ayudan a vestirse, se coloca la corona, con suerte, piensa, no faltará mucho para abandonarla, y sale de sus aposentos.

Desayuna lo que el nudo en el estómago le permite, y una vez ha terminado, se levanta decidido. Camina por el lugar con paso firme, con el alba despuntando a través de las grandes ventanas del largo pasillo de la segunda planta. Al final de este hay una puerta custodiada por dos guardas, que se apartan cuando lo ven llegar, y uno de ellos le abre la puerta, como si hubieran estado esperando su llegada.

El lugar está en penumbra, las cortinas no dejan pasar toda la luz, y solo un color dorado difuso colorea algunas zonas de la estancia. Siente náuseas por los recuerdos que lo embargan cuando cruza la puerta, la habitación del rey se siente algo más pequeña de lo que recordaba. Tan solo entró cuando su madre aún vivía, cuando tenía alguna pesadilla y ella, que antes de reina era madre, lo calmaba para que se quedara dormido. La puerta se cierra tras él, y avanza en silencio hasta un lado de la gran cama, que ocupa casi el centro de la estancia.

Encuentra allí, sumido en un profundo sueño, al rey. Le gustaría llamarlo padre, pero se ve incapaz de ello, no lo siente como tal.

-Alteza.- Lo llama en un susurro, sintiendo, por primera vez, compasión por el hombre que se encuentra frente a él.- He venido a verte como habías pedido.

El rey abre los ojos poco a poco, encontrándose así las dos miradas.

-Viktor... Has vuelto por fin.- Levanta la mano con debilidad, rozando con las yemas de los dedos el rostro de Volkov.- Creía que no vendrías a verme...

Habla con dificultad, en un tono bajo. Es la primera vez que Volkov lo escucha tan vulnerable y tan cercano. Supone que la muerte asusta hasta al más firme de los hombres. Se deja acariciar la cara, es la primera muestra de afecto que su padre ha tenido con él, y con ello sabe que el tiempo se escapa de su cuerpo con cada suspiro.

Walking the wireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora