Chloe
— Has mejorado, Adam.
Estaba absolutamente maravillada por su arte al cantar, le ponía tanto sentimiento a un conjunto de palabras en otra lengua que se me erizaba la piel tan solo de escucharle.
— Gracias, para no hacerlo después de seis años.— rechistó, sarcástico.
— Cantas fenomenal. En serio, date un poco más de crédito, niño rico.— Le guiñé un ojo.
Él negó con la cabeza, sonriendo.
Me encantaban sus sonrisas, no las que hacía con la boca cerrada, sino estas que me dedicaba, con la mirada gris brillante y hoyuelos en las mejillas.
— No te das cuenta de que vas por la vida como una sabelotodo, ¿verdad? "His mejorido, Adam", ¿y a mí qué me importa tu opinión? — Su gesto se tornó frío de repente, helándome en el sitio.
Yo estaba tratando de ser amable, sabía que hoy lo había pasado mal y, aunque me hubiera roto el corazón, no quería verlo así.
Destrozado. Vacío.
Y a pesar de mis buenas intenciones, él no quería enterrar el hacha de guerra.
Al menos no todavía.
— Sigo esperando a que me digas por qué no me has despachado.
Bueno, creo que me está provocando para que le eche de mi casa, ya que sabe que no soporto cuando se meten conmigo.
— Creo que necesitas estar con alguien, y la verdad es que no me molesta tenerte cerca. Te odio, pero no llega a tanto.— Jugué con un mechón de mi pelo, rodeándolo con mi dedo.
Estaba diciendo la verdad, me había herido, más prefería que me dijera cosas desagradables a que volviera a las drogas.
— Claaaro, y yo haré como que te creo.— se burló.
— Adam, —le llamé— sé lo que llevabas en el bolsillo de la chaqueta.
Se le fue el color de la cara.
El chico delante de mí no movía ni un músculo, su tez bronceada increíblemente pálida de sopetón.
— Va a ser mejor que te deje descansar un rato y comas.
Me levanté de la cama en dirección a la puerta, pero, en el trayecto, su mano se envolvió alrededor de mi muñeca, evitando mi huida.
Mierda.
Detestaba el contacto físico.
— Quédate conmigo, Flitcher. — Su semblante se ablandó, de forma inesperada. — Aunque sea solo esta noche.— Me dio caricias alrededor del pulgar, suaves y lentas.
Yo obviamente no me pude resistir a su aterciopelada voz, a su toque hipnotizante, a esos ojos grises que me perseguían tanto en sueños, como en pesadillas. Ese fue el primer error de la temporada.
Nunca permitas que Adam Ryder duerma en tu casa; y menos contigo.
No es necesario que os explique cómo acabó todo, ¿no? Porque realmente fue desastroso...
◊◊◊
Adam
No me sentía especialmente orgulloso después de lo que hice esta mañana, lo sé, soy un capullo de cuidado.
Eso sí, un capullo con un objetivo muy delimitado: Ganar la apuesta.
Ella aceptó, se temía lo que podía resultar de quedarme en su habitación (tras cenar juntos, nos fuimos a su cuarto), en consecuencia, no tiene ningún derecho a echarme en cara lo que ha pasado hoy.

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Dulce odio #1
RomanceChloe siempre ha amado a Adam, hasta que él le rompió el corazón. ¿Podrá el tiempo cambiar sus sentimientos o...seguirán odiándose como hasta ahora? Chloe ¿Por qué tuvo que regresar? Y, lo más importante, ¿por qué parece odiarme cada vez que nos cr...