Capítulo 29, El inicio del amor

81 1 0
                                    

Adam

Fumar cachimba con mi tío y mi padre se sintió desestresante. En una hora llegarían las dos británicas al hotel de los Rousseau.

⎯ Tenías que enamorarte de esa zagala.⎯ rió mi primo Eren, con sorna. Tensé la mandíbula.

⎯ Ya, oye es muy guapa. No me culpes.⎯ Exhalé el humo por la boca, relajando los hombros.

⎯ Eso ya lo juzgaré con mis propios ojos.

⎯ Acompáñale a recibirla, hijo.⎯ propuso su papá querido.⎯ Así luego puedes opinar de su belleza con pruebas.

⎯ Off.


❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥


Chloe

⎯ Ve más lento, please.⎯ rogué a la chica tímida que no paraba de correr por los pasillos de su pedazo habitación gigante, bueno, de nuestra suite.

⎯ He invitado a Ryder y su primo.⎯ Respiró.⎯ Vienen en cinco minutos, te espero abajo.⎯ Me dio una palmadita en el hombro, mofándose de la situación.

Hoy mataba a alguien, de eso estaba segura.

Ni siquiera había podido cambiarme de ropa, llevaba el mismo vestido de ayer y el maquillaje de fiesta. Menudas pintas, por Dios.

Bajé las siete plantas en el ascensor, rezando porque todo fuera bien cuando las puertas se abrieron revelando dos rostros simétricos de tez bronceada.

¿Quién era más atractivo, Jesús?

Se me iba a caer la baba como siguiera analizando su parecido físicamente de este modo. Qué inapropiado, uff.

⎯ Y esta es una de mis mejores amigas, Chloe Flitcher.⎯ Me presentó Mimi, con una sonrisa espléndida en los labios, pintados de carmín.

⎯ Es bellísima.⎯ Espera, ¿acaso estaba soñando?

⎯ Hola, ¿tú eres...?⎯ Mi tono de voz sonó confuso.

⎯ El amor de tu vida.⎯ Tiró de mí hacia su pecho, acercando mi mano a su boca para besarla.

Wow, de repente me encantan los Ryder. Que alguien me pellizque, no me creo que un chico se comporte como un caballero conmigo nada más conocerme.

Oí el carraspeo ronco de Adam antes de notar cómo colaba sus brazos asquerosos para colocarme a su lado.

⎯ Eren, ya has apreciado que no mentía, ¿verdad?⎯ Traté de volver a recuperar mi espacio personal, sin éxito.

⎯ Verdad, primito. Si te casas con ella, tendréis unos hijos preciosos.⎯ Casi se me salió el desayuno disparado hacia arriba. Qué. Cómo. Cuándo.

⎯ Eh, ejem, Eren, yo a Adam le repudio. De hecho no lo puedo ni escuchar hablar, me produce dolor de cabeza.⎯ Le señalé, tachando una cruz en el aire.

⎯ Claro. Por la forma en que le miras pienso otra cosa.⎯ Mimi soltó una risa tonta.

⎯ Qué bien me cae este turco.⎯ añadió ella, tocándole el brazo despacio. 

Uuuuuy, ese sonrojo en las mejillas del moreno prometían barbaridades en la cama.

⎯ Niño rico, déjame compensarte un detalle.

Sonrió de lado, agachándose para susurrarme cerca del oído seis palabras:

⎯ ¿Es lo que creo que es?

Dulce odio #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora