ㅡPero tú estuviste conmigo, quiero estar contigo también.
ㅡNo, Jennie, por favor, no.
La castaña frunció el ceño con molestia mientras se acercaba a paso demasiado lento. La pelinegra la miraba desde la cama mientras se sentía algo incómoda.
ㅡVete.
ㅡNada malo pasó cuando estuviste conmigo en mi celo.
ㅡEs distinto, Jennie. Vete, por favor.
ㅡNo voy a irme, no voy a permitir que siempre me alejes de ti y que no te comuniques conmigo.
Se cruzó de brazos y se paró al lado de la cama mientras la observaba desde su lugar. Estaba molesta, quería ayudar a Lisa y ella simplemente no se lo permitía. Quería golpearla.
ㅡVoy a quedarme aquí.
ㅡJennie.
ㅡ¿Qué?
ㅡSi te importo en lo más mínimo, vete, por favor.
Para sorpresa de Jennie, cierta súplica de oyó en la voz de la pelinegra, aquella petición salió de forma lastímera y algo dolorosa, como si decir aquello le hubiera dolido, como si estuviera sufriendo por algo.
ㅡPero Jisoo dijo que debía quedarme contigo, ¿no se supone que eres mi Alfa?
ㅡNo, Jennie, no lo soy. Vete de una vez.
La pelinegra se envolvió en las sábanas y se acostó dándole la espalda a la castaña que la observaba desde su lugar entre confundida y decepcionada. No entendía muy bien qué sucedía. No quería irse, no quería dejar a Lisa sola, no quería continuar viéndola de esa forma, Lisa estaba mal y ella solo quería hacerle compañía.
ㅡNo, no voy a irme.
ㅡTerca.
ㅡ¿Para que negarte algo que es verdad? No voy a mentirte en la cara, Lisa.
Rodeó la cama para quedar nuevamente frente a Lisa y corrió la silla del escritorio hasta ahí para poder sentarse y observarla desde su lugar mientras cruzaba las piernas. La pelinegra bufó y se dio la vuelta para quedar boca arriba.
ㅡ¿Por qué no puedes ser un poco más dócil?
ㅡLas cosas serían aburridas de ese modo ¿No lo crees? Además, me gusta hacer lo que quiero mientras no perjudique a nadie.
ㅡ¿Y si te digo que el hecho de que te quedes aquí me perjudica a mí? ¿Qué haces en ese caso?
ㅡQuedarme de todas formas, no voy a dejarte sola, Jisoo fue bastante clara, debo hacerte compañía.
ㅡJennie, no puedo tenerte tan cerca en este estado, no sabiendo que no podré resistir ante la tentación de arrancarte la ropa y arrojarme sobre ti para hacerte de todo lo que pase por mi cabeza.
La castaña en la silla se acomodó mientras observaba a Lisa con mirada algo curiosa.
ㅡYo pude resistir, ¿por qué tú no podrías? Bien, yo quería que me hicieras muchas cosas en esos cuatro días, pero pude resistirme, ¿por qué tú no ibas a poder? ¿Acaso no eres una alfa? ¿No se supone que por naturaleza eres muchísimo más fuerte y mejor que yo.
ㅡEs diferente, pequeña insolente, no lo entenderías.
ㅡEntendería más si me explicaras, supongo.
ㅡNo, hay cosas que simplemente no tienen explicación, cosas para las que las palabras no hacen más que confundirnos en extremo.
ㅡTú me confundes.
ㅡ¿Yo? ¿A ti? Tú eres la que lo hace, Jennie.
ㅡ¿Por qué?
ㅡEres jodidamente ciega, ¿sabías eso? Muy ciega.
Jennie se paró de la silla y se acercó un poco más a la cama para poder sentarse en el suelo al lado de la misma y observar más de cerca a su receptor y poder prestar más atención a lo que decía.
ㅡ¿Por qué dices eso?
ㅡ¿Es que acaso no lo ves, tarada?
Giró la cabeza mirando a Jennie con algo de molestia en su mirada. La castaña se asustó un poco, ¿ahora qué había hecho? Se encogió en su lugar y esperó a que continuara hablando para poder entender a qué se refería.
ㅡSi me hablas en ese extraño idioma que se me dificulta entender en lo absoluto, es obvio que no voy a entender de qué mierda estás hablando, Alfa, sé más específica conmigo, por favor.
ㅡDios, ojalá fueras más inteligente.
Jennie levantó una ceja y la observó molesta mientras se acomodaba en su lugar.
ㅡ¿Acabas de decir que no soy inteligente? ¿En serio?
ㅡNo, no me refería a eso, dios, claro que eres inteligente, pequeña ángel.
La pelinegra la observó y acercó un poco su rostro de la castaña mientras la miraba a los ojos.
ㅡNecesito que te vayas, Jennie, por favor, no sé cuánto más pueda aguantar tenerte tan de cerca, tan aquí.
ㅡNo lo entiendo, pero no quiero irme, Jisoo me dijo que me quede contigo, lo necesitas.
ㅡNo necesito que te quedes conmigo, te necesito a ti.
ㅡEntonces me quedaré aquí, Alfa.
Apoyó su mentón en el colchón de la cama con sus ojos ámbar clavados en los de color chocolate y le dedicó una dulce mirada.
ㅡSí, quédate conmigo, pequeña.
Lisa se acercó y apoyó su frente contra la de la castaña y le sonrió mientras rozaba sus narices con dulzura en su acto. Se sentía demasiado bien, estando ahí con su pequeña, se sentía como en comodidad, se sentía como un hogar.
Minutos después, la omega se encontraba con sus pestañas reposando sobre los pómulos de su rostro, su respiración era regular y tranquila, se veía apacible y demasiado hermosa, Jennie se veía muy tranquila, muy tierna.
ㅡ¿Qué es esto, pequeño ángel? ¿Qué es esto que estás causando en mí? ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Cómo es que lo haces y por qué?
Se mordió el labio inferior mientras comenzaba a observar cada mínimo detalle de su rostro y se lo grababa en su memoria, podría quedarse admirando su preciosidad por siempre, se veía muy bien y quería tenerla toda la vida ahí, apoyada en su colchón, durmiendo tranquilamente y de aquella forma tan pacífica y angelical.
ㅡ¿Por qué mi corazon late de esta forma con tan solo mirarte? ¿Con tal de oírte? ¿Cómo es que tienes tanto dominio y poder sobre mí sin siquiera intentarlo?
Estiró su mano y la pasó lenta y suavemente por su cabello para después rozar con la yema de sus dedos su rostro mientras la contorneaba. Se mordió el labio inferior y besó la punta de su nariz.
ㅡ¿Cómo has hecho para enamorarme?
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