Bad lust - JENLISA g!p

Capítulo 5: Odiar las reglas

POV DE LISA

Lo que más odiaba era que me dijeran qué hacer y que tenía que seguir órdenes. También odiaba cuando la gente interrumpía mi tiempo libre, especialmente cuando estaba concentrada en mi trabajo o leyendo un buen libro antiguo en mi sofá un viernes por la mañana. Pero, aunque podía odiar todas esas pequeñas cosas, no podía decir nada ni siquiera mostrar mi molestia porque ella era mi propia madre.

La una y única, Chitthip Manoban.

"¿Vas a seguir trabajando en tus lecciones e ignorar a tu madre que voló 11 horas directamente desde París para ver a su única hija cómo estaba?" Con las piernas cruzadas, seguía tamborileando con los dedos sobre la mesa de cristal que hacía un ruido insoportable. Mi madre pensó que era la reina con su vestido rojo brillante y tacones negros que probablemente valían mi triple salario. Antes de que muriera su esposo, Marco Bruschweiler, estaba completamente devastada porque yo me sentía triste por ella, excepto que unos días después, la sorprendí contando las cuentas en su habitación. Entonces me di cuenta de que mi querida madre nunca había cambiado.

"Aún te queda algo de dinero que te dejó Marco, después de que te compraras esos tacones", resoplé entre risas.

"¡Lisa Manoban!" se levantó del taburete con el pelo en petardos y los ojos a punto de salirse de su orbe. Tenía talento para volver loca a mi madre. Imagínate su cara cuando los médicos le dijeron que su hija tenía pene en lugar de vagina. 

No, pero en serio, mi madre solía ser alegre y tener un corazón de oro hasta el día en que mi padre nos dejó. Había perdido la cabeza por completo y le tomó un tiempo recuperarse. Pensé que todo iba a estar bien excepto que ya no reconocía a mi madre. Empezó a salir con diferentes hombres ricos de los que se beneficiaba de sus fortunas. ¿Su excusa? Para que podamos tener una buena vida.

¡A la mierda la buena vida! ¡Estaba feliz con mi dinero y no con los demás!

"Lo siento mamá. Mi intención no era lastimarte, lo siento", apagué mi computadora portátil y abracé a mi madre. Al menos ella seguía aceptando mis abrazos.

"Está bien. Es mi culpa, debería haberte dicho que vendría. Probablemente estés muy ocupada, lo siento", me dio un beso en la frente. A veces, tenía un rayo de esperanza de encontrar a la dulce madre que conocí. En sus ojos, pude ver una luz, ciertamente estaba muy lejos, pero estaba allí.

"Dejemos de disculparnos. ¿Sabes qué? Te diré qué. El jueves no tuve clase. Así que pude llegar a la próxima semana y cómo estás aquí y todavía tengo tiempo antes de ir a la universidad. ¿Qué dirías si vamos al restaurante local de sushi a almorzar?" Admito que prefería cocinar yo mismo en casa, pero como una parte de mí me sentía culpable, y no queriendo lastimar a mi madre más que eso, tenía que hacer algo más elegante de lo habitual.

"Si me prometes que el lugar no está demasiado lleno porque tengo algo importante que discutir contigo", la madre arrogante ahora estaba de vuelta. Esperemos que ella no fuera a sugerir conocer a alguien.

"¡¿Qué?!" Grité que los camareros y los clientes se volvieron hacia mí. Por suerte no había escupido mi saké en mis deliciosos rollos de California.

"Manoban, estoy muy orgullosa de que seas una profesora con un doctorado a esta edad, pero creo que es hora de que abras los ojos a tu alrededor. ¡Muchas chicas están listas para decirte que sí! Por supuesto, yo no quiero que te cases con chicas al azar y como sé que no eres muy inteligente en este tipo de cosas, investigué un poco", dijo con orgullo mientras levantaba su taza de té verde.

"Sabes muy bien que no me gustan ese tipo de cosas. Además, no está en mis planes encontrarme a nadie. Tengo demasiado con lo que lidiar y mis alumnos son mi prioridad", empujé los makis furiosamente en mi boca.