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—¡Reencuentro Fillie!—gritó Maddie levantando los brazos, cuando Sadie dijo que un reencuentro tendría que er adelantado, la rubia de inmediato se había hecho ilusiones con una de sus parejas favoritas.

—¿Qué?—Milie estaba entrando en u estado de shock, sobre todo luego de escuchar a Maddie y empezar a crear mil posibles escenarios dentro de su mente.

—Maddie, ¿Acaso eres una bruja o algún tipo de vidente?—preguntó la pelirroja—El que llamó fue Finn, me pidió alojamiento porque tuvo problemas con el hotel, llega mañana temprano y el sábado llegarán sus hijos junto a Elsie.

—Espera—pausó Maddie de inmediato—¿Sus hijos? Es un maldito sin vergüenza, ¡Sus hijos no tienen relación alguna con Stranger Things! ¿Por qué los llevará consigo?

—Tu tampoco tienes relación alguna con Stranger things y viajarás conmigo—dijo por fin Millie luego de haber estado en silencio desde que Sadie dio la noticia.

—Si, pero yo no soy tu hija, ni soy un elemento que pueda traer el pasado a su mente y dañarlos, los mocosos de el si, sobre todo el mayor.

—Primero, no eres mi hija pero lo pareces, de hecho eres incluso peor que tener hijos—le reprochó Millie—Y segundo, sus hijos no tienen la culpa de nada, ellos ni siquiera existian cuando sucedió todo entre su padre y yo, solo son niños, Madison, y te he dicho mil veces que los niños no tienen la culpa de las cosas que sus padres hacen.

—Mills, Mateo tiene 16, literalmente es todo el tiempo que ha pasado desde...—Sadie decidió no terminar con su frase, pensando en que esto podría dañar a su amiga, y eso era lo que menos quería en ese momento.

—Espera un momento...¿dijiste Mateo?—preguntó la castaña de manera rápida, ella había prestado atención solo al nombre que había dicho Sadie, ni siquiera escuchó el resto.

—Es el nombre de su hijo, ¿No lo sabias?—le respondió Maddie—Sigo sin entender como es que luego del accidente Elsie tuvo a Mateo de inmediato.

Tras escuchar la respuesta de Maddie respecto a ese nombre, Millie, de manera espontánea llevó su mano hacia el collar que llevaba puesto, aquel collar que habia enviado a hacer cuando supo que tendría un bebé, y que había estado usando luego de todo lo que le sucedio, aquel que tenía un dije con un pequeño niño y a su lado la letra "M".

Ni siquiera tomaba en cuenta las otras cosas que sus amigas estaban diciendo, escuchar aquel nombre la hizo viajar al pasado y traerle recuerdos que ella creía haber olvidado.

—Si no te sientes cómoda, le conseguiré a Finn y su familia otro alojamiento. No los dejaré en la calle pero prefiero que seas tu quien se quede en mi casa.

—¿Acaso yo estoy pintada o que?—reprendió Maddie—No harás eso, Sadie. Millie y Finn son personas adultas, saben comportarse y afrontar sus problemas, no pueden seguir evitándose. Además, no es como que vayan a dormir juntos.

Un pequeño silencio un tanto incómodo se hizo presente entre las tres chicas, nunca había hablado sobre el tema de Finn, Millie y el accidente de esa manera, de hecho nunca habían tenido la oportunidad de hacerlo, y haberlo hecho de manera tan abierta las incómodo un poco.

—Sads, tu solo recibe a Finn, yo no soy nadie para decirte a quienes debes echar de tu propia casa—dijo Millie rompiendo aquel silencio—Y aceptaremos tu invitación a aquella pijamada, Maddie tiene razón, debo afrontar mis problemas de una vez por todas.

Maddie trató de evitar soltar un grito de emoción, pero se le hizo imposible ya que soltó un pequeño chillido extraño.

—¿Estas con tu perro en el taxi?—preguntó Sadie fingiendo estar confundida, la pelirroja sabía perfectamente que ese extraño sonido lo habia hecho Maddie.

Reencuentro || FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora