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Un reencuentro para muchos suele ser un hecho memorable y hermoso, para otros puede incluso llegar a ser una tortura y este era el caso de Millie.

Reencontrarse con su ex no era algo que estaba dentro de sus planes en ese día, ella esperaba estar más preparada para ese momento ya que se suponía sería en el restaurante junto a todos sus amigos para evitar incomodidades.

Sin embargo, el destino les hizo una mala jugada y los reunió antes de lo pensado, donde claramente no hubo una buena reacción.

Millie y Maddie decidieron dejar a ambos chicos solos en aquel aeropuerto, dirigiéndose a casa de su pelirroja amiga en un taxi para llegar antes que ellos y así poder evitar otro tipo de choques incómodos.

—¡Oh vaya! Solo mirense, estan espléndidas—exclamó Sadie en cuanto les abrió la puerta a sus amigas dándoles un abrazo, más de 10 años sin verlas lo ameritaban.

Maddie, como respuesta solo dio un gran grito y pequeños saltos sin soltar a Sadie del abrazo, mientras Millie solo sonreia tratando de que Maddie no le tirase el cabello.

—Siempre has sido literalmente el sinónimo de Diosa—le dijo Millie a Sadie, Maddie dejó de saltar y permitió que Millie pudiese seguir hablando—Pero ahora estas sobrepasando lo que significa esa palabra.

—Oh vamos, no es para tanto—se avergonzó un poco la pelirroja, no solía aceptar mucho los cumplidos hacia ella.

Aquel reencuentro era uno de los que Millie esperaba con ansias, uno para el cual tampoco estaba preparada pero que sabía no sería incómodo en lo absoluto.

Para no interrumpirlas, la rubia amiga de Millie entró las maletas a la casa de Sadie lo más rápido que pudo e hizo que ambas también entraran, cerrando la puerta de inmediato como si se estuviera escondiendo de alguien, yendo las tres al living de la casa.

Sadie claramente notó esta pequeña desesperación por tratar de "esconderse" de ciertas personas, y decidió hablar.

—Por cierto, lamento que tengas que quedarte en la misma casa que Finn y tener que verlo antes de tiempo, pero no podía dejarlos en la calle—Se disculpó Sadie, la pelirroja no tenía ni la más mínima idea de lo que había sucedido en el aeropuerto.

—Eso de verlo antes de tiempo ya sucedió—comentó Maddie poniéndose al lado de Millie, mejor dicho al lado de quien parecía su mamá.

Al escucharla, la pelirroja abrió los ojos sorprendida, no entendía como eso pudo haber sucedido, pero luego de estar analizando un poco, supuso que aquello que mencionaba Maddie había sucedido en el aeropuerto.

—¿Y que fue lo que sucedió? ¿Hubo golpes? ¿Llanto? ¿Risa?—pregunto de inmediato.

—Nada más allá que el haciéndose la victima, cosa que era algo que sabíamos que iba a suceder.

Millie trataba de no darle importancia a ese tema, quería parecer despreocupada, pero el hecho de haber recordado viejos asuntos era como si le hubiese esta echando sal a la herida.

—¿y Caleb? ¿Estaba con Finn?

Sadie trató de ayudar a su amiga desviando el tema por uno que también era de importancia para ella. Y es que la situación no ameritaba menos en lo absoluto, personas que se alejaron durante 16 años estaban volviendo a reunirse, por supuesto que habrían todo tipo de problemas.

—Tu novio si estaba con el, y déjame decirte que por más idiotas que sean, ambos están más que guapos—contestó Maddie.

Millie rodó los ojos y le dio un golpe en la cabeza a Maddie, odiaba cuando la rubia tenía su etapa de hija adolescente hormonal.

Reencuentro || FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora