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Día del accidente || Pasado.

En la ciudad de Los Ángeles, el glamour y perfección jamás puede faltar. Es una ciudad conocida por ser el lugar de los famosos, ¿alguna vez han escuchado sobre el paseo de la fama?

Puede llegar incluso a ser ridículo el hecho de que en cualquier momento puedes chocarte con Angelina Jolie, y para las personas que viven allí no sería algo tan sorprendente.

Los Ángeles tiene bastante que decir sobre sus habitantes, y la perfección que la mayoría representa, sobre todo si hablamos de personas de clase alta, por decirlo de una forma.

Las familias deben ser perfectas, y los hijos tienen toda esa presión encima, estudiar, conseguir trabajo con buenas ganancias y tener hijos en la edad adecuada.

Millie había logrado lo segundo desde pequeña, su vida laboral había empezado en el mundo del cine, siendo llevada al éxito gracias a Stranger Things, en donde conoció a quien era su actual pareja, Finn Wolfhard.

Dos adolescentes disfrutando de su vida y la fama que tenían junto a sus amigos, los padres de ambos jamás habían aprobado su relación, pero eso a ellos jamás les importó, eran quienes prácticamente mantenían a su familia y sus papás no podrían reclamarles nada.

Su secreta relación jamás salió a la luz, siempre se mantuvieron en secreto y eso era lo que más les gustaba, disfrutar en ser ellos mismos sin necesidad de exponerse al público.

De no ser por aquella alocada y descuidada noche de fiesta, en donde celebraban el termino de la serie en que se conocieron y que les dejó una pequeña sorpresa que quedaría junto a ellos durante el resto de su vida, o al menos eso pensaban, nada de esto habría sucedido.

Ambos tuvieron que hablar con sus padres, prometiendo que ellos solucionarían aquel problema con sus agentes y que a partir de ese momento, ellos serían responsables de cualquier cosa que suceda.

Los padres de Finn lo aceptaron, ¿Qué más podrían hacer? Las cosas estaban hechas y los regaños no cambiarían nada, el pensar en ser abuelos se suponía que debía ser dentro de unos años, pero eso debió adelantarse.

En cambio, los padres de Millie, quienes eran los más liberales, no lo aceptaron en lo absoluto, jamás permitirían que su reputación se viera manchada por un embarazo adolescente, su hija no podría estar en boca de todos debido a ese tema, odiaban la idea de ser abuelos y que lo perfecta que era su vida se viese arruinada por un bebé.

Ellos quisieron convencer a su hija de hacerse un aborto, después de todo era la primera opción que ella tenía, si es que así lo quería.

Sin embargo, Millie quería a aquel bebé, no había sido planeado y sabía que ella era quien debía decidir sobre su futuro, pero quería hacerse cargo, sobre todo cuando ya se habia hecho la idea de formar una familia junto a Finn.

Convencer a sus padres de querer a su hijo no sería algo sencillo, pero Millie tenía la confianza en que ellos lo querrían tanto como a ella.

Algunos meses pasaron, jamás se hizo pública la relación de Millie y Finn, lo que implica jamás haber expuesto su embarazo y con ello todas las sospechas y rumores del público.

Horas antes de que todo cambiara en su vida, la pareja de jóvenes se encontraba en la residencia de su pelirroja amiga, haciendo algunos planes para pasar las vacaciones en un par de meses, junto al bebé que ya estaba a unas semanas de nacer.

—¿Han pensado en su nombre? Debería llamarse Sadie en honor a su tía favorita—exclamó la chica con algo de emoción.

Millie y Finn la observaron algo extraño, todos sabían que el bebé sería un varón, y el nombre que su amiga les proponía solía usarse más en las mujeres.

Reencuentro || FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora