LIII

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"Aquel que encuentra la paz en su hogar, ya sea rey o aldeano, es de todos los seres humanos el más feliz".

Goethe.

«Para derrotar al adversario hay que volverlo cercano, casi tornándolo aliado cuando el mayor contrincante al parecer está perdiendo una batalla.

Preciado Duque de Rothesay espero tener una plática amena a mi regreso, con la hermosa Duquesa presente, por supuesto.

Avisare mi retorno llegado el momento.

George Augustus Frederick.

Príncipe de Gales»

...

Angeles

Carlton House.

Septiembre de 1803...

Carlton House era por mucho una de las construcciones más impresionantes y neo clasistas de la época predominando el estilo francés, en especial el Luis XVI, resaltando su majestuosidad.

Pese a ser una mansión se consideraba un palacio por su pomposidad.

Por fuera se percibía de lo más normal, pero cuando se adentraba se caía en cuenta del estilo laberintico, y espacioso que desprendía. Dando ese toque de intriga.

Todas las personas que habían hecho parte de la remodelación fueron traídas directamente de Francia, dando como resultado el aire de haber estado pisando unos de los sitios más emblemáticos de aquel lugar.

En pocas palabras, Ángeles estaba impactaba y fascinada con lo que sus orbes percibían en ese momento, pese a que seguía sin comprender que hacían en ese lugar, y porque eran requeridos lo más pronto posible en la casa del hijo del Rey Jorge III, más conocido como su Majestad, el Príncipe Prini.

—Sigo sin adivinar que hacemos en este lugar— Comentó después de ser ayudada a bajar del carruaje que los llevó hasta la residencia del Príncipe.

Cuando el señor Taffy les había expresado que era una carta de su Majestad, en ningún momento se imaginó que pudiera tratarse del hijo de este, y mucho menos que los citara en un lugar donde la presencia de su padre no se notaba por ningún lugar, pese a que solo había pisado la entrada de aquel palacio.

—Pronto lo descubriremos mi ninfa— trató de tranquilizarle Duncan, que había notado sus nervios, pero eso no despejó sus dudas.

No cuando parecía más taciturno de lo normal pasándose el camino sin siquiera mirarle, cuando aprovechaba la más mínima oportunidad para besarle o tocarle.

El constante contacto era lo primordial para su rubio, y no había ejercido aquel por estar meditabundo.

—¿Qué me estas escondiendo? — achicó los ojos con suspicacia, mientras tomaba el brazo que le ofrecía adentrándose al castillo— ¡Duncan! — Soltó en un tono de advertencia sin dejar la intimidad para que solo escuchasen ellos, al ver que no poseía ánimos de responderle.

—Al parecer el Rey sufrió una recaída, y se está pidiendo que el Príncipe regente cumpla con las funciones de este— comentó con un suspiro que la alarmó un poco—. Para aquello fui solicitado hace un par de meses, pero no te quise mortificar sin razón cuando aún no se ha decidió nada.

UNA OPORTUNIDAD PARA AMAR (LADY ESPERPENTO) © || Saga S.L ||  Amor real IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora