Me niego a ser tu alma gemela

8 ¿Quién es Evangeline?

...

-¿Tienes planes para hoy?

...

No -canceló la cena con sus compañeros de trabajo en ese mismo instante- ¿Hacemos algo?

...

¿Que dices si cocino la cena,
y vemos una peli?
Planes tranquis hoy.

...

Claro, mí última cirugía es a las
17hs luego de esa hora, soy toda
tuya

...

¿Toda mía?

...

Sí

Cansada fue rumbo a su casa, estaba saliéndose de bañar cuando sonó el timbre entonces envuelta aún en la toalla abrió. No hacía falta verificar quien era, ella sabe que es Theia ¿cómo? Ni ella misma se lo explica, pero lo sabe y eso es suficiente.

   —Hola ojitos café, pasa.

   —¿Acostumbras a atender así la puerta? —sin quitarle los ojos de encima deseando ser las gotas que recorren su cuerpo.

   —Solo contigo —Theia tragó con dificultad— me visto y vuelvo, ponte cómoda.

   Se acercó besándola en la mejilla tan cerca que Theia pudo absorber el aroma del jabón que usa y el shampoo, tan cerca que gotas de su cabello mojado cayeron en su ropa y a punto estuvo de perder la cordura, sacándole la toalla en la que estaba envuelta para hacerla suya.

   Cuando salió de la parálisis caminó hasta la cocina, sacando de las bolsas en modo automático las cosas. Acababa de decidir mentalmente que ya no podía ser amiga de quien ama, aunque necesita conocerla más y aunque llevan unos meses conociéndose, el tema de la familiaridad no ha sido algo de lo hayan hablado. Tiene que contarle a Eva quien es y que son.

   Hizo la cena, luego unas palomitas y después de comer se mudaron al sillón acomodándose muy cerca la una de la otra, a medida que la película transcurre la rubia fue acomodandose hasta quedar encastrada de forma natural entre los brazos de la pelinegra, siente que es el lugar al que siempre ha pertenecido.

   Eva primero con algo de miedo, coloca su mano sobre el brazo de Theia y luego comienza a acariciarlo, la rubia se da vuelta para acomodarse apoyando el rostro en su pecho.

   —¿Puedo hacerte una pregunta, personal?

   —Dime.

   —¿Desde cuándo supiste que te...?

   —¿Gustaban las mujeres? —larga un enorme suspiro— lo sospeché mucho tiempo, pero en un bar hace más de 6 años lo confirmé.

   —¿Cómo?

   —Quizas te parezca una locura, aunque juro que es verdad —Theia está lista para escuchar la versión de la historia desde la perspectiva de Eva— desde los 12 años un día me levanté sintiéndome incompleta —tiempo en el que la marca de Theia apareció— es una sensación rara e indescriptible, también un imán interior me llevaba o propulsaba a una búsqueda constante de algo. No sabía que ese algo era en realidad alguien, hasta que la vi en ese bar. Me había sentido tan sola durante tanto tiempo, tan incompleta, pero al verla al conectar con ella, lo supe, era quien me faltaba.

   —¿Que pasó con ella?

   —Huyó, huyo de mí —lagrimas comenzaron a caer pos su rostro— no sé porque y quizás jamás lo sepa. Nos encontramos por casualidades de la vida en diferentes lugares, ya que yo con mi trabajo viajo mucho, pero jamás me ha dado la posibilidad de hablar las cosas —el llanto ocupo el lugar de la calma, entonces Theia la abrazó y cambiaron de posición, ahora es Eva quien se recarga en su pecho entre sus brazos— cuando enfrenté a mis padres... ellos me quitaron el apoyo financiero, amenazado que sino volvía a lo que era correcto no seguirían pagando mí carrera, así que me las apañe para pagarla, mis hermanos mayores me ayudaron sin que ellos supieran y alejaron de mí a mi hermana más chica. Ellos tienen mucho dinero, pero a mi nunca me ha importado eso y yo prefiero personas que amen por quién soy, no importa a quién yo decida amar.

   —La abrazó fuerte hasta que el llanto desapareció— ¿Al menos sabes cómo es ella?

   —No, solo me guía mi sentir, si la hubiera encontrado...

   —¿Qué, no la habrías dejado ir? —preguntó temerosa de saber la respuesta.

   —No, jamás la obligaría a estar conmigo. Pero si me hubiese sentado a hablar con ella y tratar de entender porqué lo hace, porqué huye.

   —Quizas tiene miedo también de eso que siente.

   —Colocó sus manos atrás en su espalda, recargada aún en su pecho— Se siente tan bien estar cerca de ti.

   Mientras la rubia acariciaba su cabello, sabía que todo ese tiempo su alma gemela había sufrido tanto o más que ella, ya que por lo menos Theia sabía que era realmente lo que significaba, quien era ella y que es eso que las une. También entendió que no era perseguida, sino que el destino entrelazaba sus caminos, algo de lo que no podría huir.

   —Eva, si ella apareciera y quisiera estar contigo...

   —Dejaría todo por ella, todo —dijo sim dudarlo— De hecho en uno de nuestros encuentros en Hawaii lo hice, dejé a mi novia en el hotel para ir trás ella, luego al volver rompí con mi novia... Jamás he podido amar a alguien entregándome completamente sabiendo que ella existe, jamás podría, ya la mitad de mi todo le pertenece —su buscador sonó.

   —¿Trabajo?

   —Suspiró— y justo ahora que pensé que iba a poder descansar. Debo irme, perdón.

   —Está bien, sé que tu profesión es así.

   —Puedes quedarte si quieres, quizás vuelva en la madrugada.

   —Entonces me quedo.

   Evangeline se marchó luego de darle un tierno y largo beso en la mejilla ¿Hasta cuándo iban a seguir aguantandose la tentación de no caer en sus bocas?

   Volvió de madrugada y lo primero que hizo fue ir a ver Theia a la habitación, se agachó frente a ella, acercándose despacio para recorrer bajo sus manos el contorno de su rostro, se relamio sus labios que ansiaban con hambre los de la rubia acostada en esa cama.

   —Se paró para marcharse y Theia la tomó de la mano— No te vayas, tengo frío.

   —¿Quieres una colcha?

   —Quiero que te acuestes conmigo —Eva tragó dificultad— por favor.

   ¿Como decirle que no? Cuando no quería negarse. Se quitó los zapatos, buscó un pantaloncito y se metió a la cama junto a ella, despacio se acostó a su lado. Theia giró levemente tomando uno de sus brazos para que la abrazara por la espalda, Eva se acomodó encajando su cuerpo de manera perfecta, absorbiendo el aroma y el perfume de la rubia. Le costó conciliar el sueño, ya que estar de esa manera junto a Theia es un sueño en si mismo, le pidió a la luna que siguiera en el cielo el mayor tiempo posible, ya que la llegada de la mañana anunciaría que ellas dos debían levantarse y por ende separarse.

   Theia por su lado durmió plácidamente, sientiendose protegida, definitivamente correría el riesgo y estaría con Eva la pregunta es ¿Cuando le dirá, quién es?