15

104 18 2
                                    

-Promete que cerrarás la boca.

-Lo prometó -Ally afirmó-

-Estuve viendo a un chico...él es genial, y cuando estamos solos es muy bueno, pero hoy dije algo que no debí decir y se enojó conmigo, y ahora él no quiere hablarme, y no se que hacer -dijo y sus ojos se comenzaron a cristalizar- yo comenzaba a apegarme, él es muy lindo.

La menor lo abrazó y Reggie rompió en llanto.

-Siempre arruino todo.

-No es cierto, Reg.

-Si es, dije una estupidez, Riff se enojó conmigo, y ahora no puedo jugar fútbol por mucho tiempo.

-¿Riff? ¿El de cuarto?

- No le digas a nadie.

-Reggie, es una serpiente, es peligroso.

- No lo es, él no.

-¡Todos lo son!

El pelinegro acarició su cabello y la miró.

-¿Qué pasa?

-Yo ya vi la chaqueta en tu closet. ¿Vas a unirte?

- Ni en sueños.

-Por favor, no lo hagas.

- No lo haré.

Ally lo abrazó de nuevo y se acostó en la cama.

-¿Por qué no me contaste?

- No quería que estés pendiente de mi.

- Lo estaría igual.

- Ya, no importa.

Él besó su mejilla y cerró los ojos.

Cayó dormido, y despertó la mañana siguiente, con una llamada.

Suspiró y atendió.

-¿Qué? -dijo con la voz ronca-

-Reg, lo siento se que es temprano. ¿Te puedo buscar para ir a la escuela? Necesito que hablemos.

-No, Riff, no puedes.

-¿Por qué?

- No iré.

-¿Pasó algo?

-Me esguincé el tobillo.

- Lo siento ¿Necesitas algo?

- Es tu culpa.

-¿Qué?

-Sí, es tu culpa. Sabes que no lo decía en serio cuando hable de las serpientes.

-¿Qué tiene que ver?

-¿Sabes qué? No importa. Adiós, Riff.

-Pero--

Reggie cortó la llamada y volvió a cerrar los ojos. Su padre entró a la habitación y suspiró.

-Reg -murmuró- ya me voy.

-Ok.

-Si necesitas algo llámame.

- Lo haré.

-Adiós.

-Adiós.

Él se fue y Reggie se levantó y caminó a la habitación de su hermana, en donde ella se ataba una coleta alta, vestida con su uniforme azul y amarillo.

-¿Vas a ir?

-Papá no quiere que falte.

-¿No puedes hacerlo igual? -dijo acostándose en la cama-

-No, Reg.

-Bien -suspiró-

Ella se acercó y lo abrazó.

-Por favor, si alguno de los chicos te dice algo, en especial Blake, dime.

-Si, lo haré.

-Cuídate.

- No tengo cinco.

-No, tienes quince, es peor.

-Adiós-dijo y besó su mejilla- descansa.

-Adiós enana.

SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora