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Una música celestial, las luces apagadas y un foco encendido, el cual alumbraba a la estrella de la actuación, el cisne negro, la música cada vez era más intensa, y los focos empezaron a alumbrar el resto del escenario, mostrando el resto de cisnes blancos bailar, al terminar la danza, todos se pusieron en pie, aplaudiendo y vitoreando a las fantásticas bailarinas de ballet, las cuales habían hecho un baile perfecto, sin fallos. Mientras los adultos aplaudían y vitorean, mis ojos brillaban de la emoción de ver algo tan perfecto y a la vez tan bonito, mis ojos se fijaban en el cisne negro, tan esbelta y perfecta como una muñeca de porcelana.

Las luces del teatro se apagaron, dando final al baile, se volvieron a encender y la gente se empezó a levantar para irse, mi madre y yo también salimos, nos dirijamos a casa,  la melodía del lago de los cisnes no se iba de mi cabeza, ni la perfecta danza, en ese momento decidí decirle a mi madre mi gran sueño desde el momento en el que la melodía y el baile no dejaban mi cabeza, miré a mi madre con los ojos brillando.

-¡Mami quiero ser bailarina de ballet! -exclamé feliz de mi sueño, esta me miró sonriente y asintió.
-Claro mi niña -hizo una breve pausa para continuar seguidamente- te puedo apuntar a una academia de ballet y podrás cumplir tu sueño -me miró sonriente mientras que yo al escuchar sus palabras empecé a saltar de alegría.
-Eres la mejor mamá -me lancé a abrazarla y está me alzó cogiéndome en brazos, mi mamá siempre sonríe.

Cuando llegamos a casa mi mamá me bajó de sus brazos y abrió la puerta, entré corriendo llena de alegría, en casa nos esperaba mi papá, el cual me miró extrañado de mi gran alegría.

-¿Por qué tan feliz Estrella? -me preguntó mientras seguía mis pasos hasta sentarme a su lado en el sofá.
-Mamá me va a apuntar a una academia de ballet -comenté sonriente y llena de alegría.

En ese momento era la niña más feliz de todo el mundo, las palabras de mi madre, diciendo que me ayudaría a cumplir mi sueño, resonaban en mi cabeza sin parar. Al día siguiente mi mamá me despertó anunciándome que tenía una plaza en una de las mejores escuelas de ballet de toda Valencia, y que ya había pagado la matrícula, creo que mi cara fue en ese momento un poema de la misma alegría que sentía por dentro.

-Estrella empezarás la semana que viene -anuncio- ya que es cuando empieza el curso de ballet -explicó con ilusión.
-¡Gracias mami! -exclamé llena de alegría, mi mamá solo sonrió agradecida por mi acción.

Durante la semana de antes, nos fuimos a una tienda exclusiva de ballet, mi madre me dijo que no repararía en gastos, ya que para su pequeña bailarina lo mejor,  me compró todo lo necesario, primero un mini-costurero del tamaño de una tarjeta en la que lleva hilo, aguja de color blanco o rosa claro y tienen unas tijeritas mini, protectores y tiritas para los pies y los dedos, bandas para estirar y resina, eso de la parte de la bolsa que llevaré para las clases, y yendo a por la ropa, cogimos medias, zapatillas de media punta, que son las típicas zapatillas de ballet, también me compró el maillot de ballet o body, elegí el color rosa, ya que es mi favorito y por último el tutú, y así terminamos la compra de mis artículos de ballet.
Estaba emocionada, esperaba con impaciencia mi primer día e ballet, yo sabía que no iba a ser fácil, ya que en casa, intentaba hacer algún paso, y no podía, pensé en negarme, pero mi sueño es ser bailarina y si no voy a clases, no podré serlo, con solo pensar en el fracaso me entristecía, ya que mi madre se ha gastado mucho dinero en mi sueño y no quiero defraudar a mi mamá.

El primer día de clase de ballet fue muy "sencillo" la profesora Geraldine Moreau, que es nacida en Francia, nos enseñó lo básico, estaba en primer curso y la sorpresa fue cuando nos dijo que en tres meses tendríamos que aprendernos el baile del Cascanueces, por la película de dibujos animados, la banda sonora es mágica y preciosa.

De zapatillas de ballet a Converse [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora