7 //Loren Blasco\\

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"Soy un desgraciado" me decía a mí mismo decepcionado por mis actos, no tengo la valentía suficiente de enfrentarme a mis padres, soy un gallina, en verdad no merezco nada de Estrella, ella siempre ha estado hay, ha intentado reconciliarse conmigo, aún no estando enfadado con ella, pero no he sido bueno con ella, he conseguido que me odiara y que no quisiera saber nada de mí.

-¿Qué ha pasado con la jamba? -dijo Diego un amigo gitano de mi antiguo barrio.
-Hemos roto por mi culpa -suspiré- no tengo narices a enfrentarme a mis padres y quedarme con Estrella -confesé, Diego es muy buen amigo mío, solo que él va a un instituto privado.
-Tienes que camelar otra vez -dijo con seriedad- has sido un desgraciado con ella -confesó.
-¿Y cómo hago eso? -estaba asustado de poder cagarla aún más.
-Eso es cosa tuya payo -dijo con confianza, él y yo somos mejores amigos desde hace tiempo.

Suspiré aún sin saber que iba a hacer, pasé el resto del día en mi habitación, tumbado, recordando las veces que le fallé... Recordando cuando la hice llorar.

***

[Primer encuentro]

Aún la recuerdo sonreír al ver a la gente pasarlo bien, como añoraba el juntarse con gente, se le reflejaba en la mirada, no sé porque me fijé en ella, bueno tal vez, por su pelo rizado tan bien cuidado, por sus ojos tan azules y sus labios gruesos, ese día iba algo ebrio, íbamos a participar en un concurso de hiphop.

-¡Preciosa baja! -le grité con fuerza y está me miró.
-Loren déjala -me dijo en voz baja Dani, el cual él no bebe.
-La he visto observar la calle cada noche, nunca baja -contesté molesto por su reacción- quiero que salga y se divierta -la miré fijamente a los ojos con una sonrisa- te estás amargando siendo la doña perfecta -sus ojos se abrieron como platos al decir la verdad.
-No te importa lo que me pase -contestó áspera, su tono era serio y rígido, pero sabía que lo que decía era verdad- vete de mi vista Loren -me ordenó, a lo que desobedecí, no me gusta que me den órdenes.
-Venga no te mientas a ti misma -le sonreía con ternura, intentando convencerla.
-No puedo salir -confesó sorprendiéndome- si mi madre me pilla me mata y además tengo la puerta de la habitación cerrada con llave -concluyó con tristeza, eso no es bueno.
-Eso se arregla enseguida -sonreí con picardía, Dani me miraba con sorpresa al igual que el resto del grupo.

Me acerqué al árbol más cercano de la ventana de Estrella, de un salto me enganché al árbol y empecé a trepar, un pie en un saliente y otro en la rama más cercana, cuando llegué a la segunda rama estaba enfrente de su ventana, no había mucho espacio, salté a su ventana y me acerqué poco a poco a ella acorralándola, quise saber a qué olía esta bailarina de ballet, sé que es bailarina, sus posters lo dicen todo, acerqué mi rastro a su cuello sin tocarla y empiece a susurrarle cosas.

-Se que estás mal -empezé susurrando- se lo que le ha pasado a tu padre -admití con tristeza, sabiendo el dolor de la perdida del padre de Estrella- se que desde eso tú has cambiado -continué y noté como sus ojos se cristalizan, estaba llegando a su corazón- déjame ser quien te dé la libertad -propuse susurrando en su cuello, sus lágrimas cayeron sin ella evitarlo, ya había aguantado mucho.
-Parece que soy un libro abierto -dijo entre sollozos, pero yo negué levemente- soy una puta máquina, no sé hacer otra cosa que sumergirme en los estudios y el ballet para olvidar todos los problemas, pero el ballet no me hace olvidar ya -confesó, ella no podía parar de llorar.
-No Estrella no llores -susurré, sentí la necesidad de abrazarla para que esté bien, no quiero verla llorar- yo estaré contigo para siempre -susurré cerca de su oído.

Esta aún tenía lágrimas, me miraba, pero no sabía bien que hacer, me acerqué a su oído "venga vístete que nos vamos" me alejé y me senté en la ventana de espaldas a ella, estuve un buen rato de espaldas quería darle privacidad, cuando terminó tocó mi espalda, estaba preciosa, nunca la he visto tan bien y tan bonita; ni en la escuela.
Tal vez no me fijara en ella lo suficiente, pero si la miraba muchas veces, cuando la miraba y ella me miraba yo mantenía su mirada y la sonreía, en ese momento ella apartaba la mirada.
Salté a la rama que había enfrente de la ventana y la ayudé a saltar, cuando ya estaba en mi misma rama bajé del árbol arrastrándome, Estrella izo casi lo mismo, cuando llegó abajo la miré sonriente y orgulloso.

De zapatillas de ballet a Converse [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora