Tres meses después.
....
—"El Licenciado Raziel Terán Arteaga es hallado culpable en dos de los cargos que se le imputan: Violencia doméstica y amenazas de muerte; por estos cargos se le concede la libertad condicional por estimarlo conveniente de acuerdo con...
Raziel ya no siguió escuchando...
brincó, gritó con algarabía, levantó a su abogado en volandas, aplaudió al juez en un franco despliegue de soberbia.
...por esto último se le concede llevar el juicio en libertad condicional... y de ser encontrado culpable..." —continuó el juez.
... pero algo no andaba bien. La sonrisa de Raziel se había detenido de manera gradual.
Miró a su némesis y comenzó a incomodarse.
De parte de Paula no hubo protestas, ni llanto, ni exclamaciones de indignación; tampoco los tradicionales improperios que coronaban toda sentencia.
Su esposa, Rovira, y Ritz estaban en una actitud indolente, incluso se les miraba radiantes, se atrevería a decir que hasta divertidas.
Algo se traían entre manos, y para su situación actual, no era poca cosa.
Con evidente sospecha observó a su alrededor con los ojos entornados.
El juez dijo unas palabras de despedida y comenzó a organizar documentos en su portafolios.
Un policía se acercó al juez y le entregó unos documentos que el hombre leyó, al parecer los encontró muy interesantes... porque pasaba de un documento a otro con ansiedad, sin hacer pausas... mirándolo a él de reojo; y a su exesposa con franco despecho.
Como en cámara lenta, miró al hombre de la toga dar una orden a su asistente, y éste llamó a un policía.
El policía se acercó al que le tenía en custodia, y le dijo algo al oído.
—¿Qué está pasando? —preguntó Raziel a los policía— ...espera —masculló cuando el policía le acercó las esposas.
—No. No puedes ponerme las esposas... ¿no escuchaste a Drako? Me otorgó la libertad condicional—murmuró Raziel cuando el guardia le colocó las manos hacia atrás y enseguida las esposas.
—Una disculpa, licenciado Terán... ahora está a resguardo de la fiscalía y estamos esperando nueva orden.
—Quiero hablar con Drako.
—Esto es independiente del juez.
—¡Exijo hablar con usted, señor juez! —dijo Raziel, pero el juez lo estaba ignorando a propósito.
La desesperación hizo presa de él, no sabía lo que estaba pasando, pero era algo demasiado gordo.
Buscó a su exesposa y la encontró junto a Carol, no había esperado mucho para ir en su búsqueda, parecía que no podía pasar unos minutos sin estar con ella. Observó a Paula, un mechón de cabello se le había soltado del pasador, notó que ahora le gustaba llevar el pelo suelto. Carol se lo acomodó en actitud íntima.
Unas sonrisas, unas miradas que delataban el tipo de relación que llevaban. El asunto ya era del conocimiento público. Las revistas jurídicas de estilo amarillistas ya estaban hablando de ello.
Se mordió los labios para no gritarle a Carol, ¡cómo deseaba exigirle que no tocara a su mujer! Porque ella era suya, era su sumisa... no se iba a librar de él así de fácil como ella pensaba.
Carol lo atrapó mirando a Paula, y en actitud desafiante colocó su brazo en la espalda de ella; ésta le correspondió con un beso en la barbilla.
—Señor juez... dígale que me quite las esposas. Esto se terminó.
ESTÁS LEYENDO
EL PÚRPURA EN TUS OJOS (fanfic Paurol)
FanfictionPaula es una mujer casada con un brillante abogado en ascenso; sin embargo, no todo lo que brilla es oro. En un punto de su vida conoce a Carol, la jefa de su marido; queda prendada de su belleza y de otros aspectos de su personalidad de los que no...