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Chan caminaba mirando al cielo, mientras pateaba una que otra piedra en el camino.

¿Por qué sufría así por amor? Sabía que Jeonghan nunca lo amo y  solo lo veía como un amigo, pero Chan desde la primera vez que lo vio cayó profundamente enamorado de él y se sorprendió  de sobremanera cuando el mayor se confesó, aunque también lloro como un niño cuándo se  enteró que todo era por una apuesta. Por esa razón había fingido estar con Seokmin, para tratar de que el mayor tuviera una mínima de celos, aunque nada funciono.

Se sintió como la mierda cuando vio la mirada de Wonwoo, estaba tan molesto e irritado esa mañana que y se había desquitado con alguien que no tenía nada que ver, era un idiota, un completo idiota. Claro que todo lo que dijo era mentira, debía disculparse con él.

Hoshi había conversado con él, y le había dicho que era un pendejo por haberse comportado así la primera vez que vio a Jeonghan por tanto tiempo, y si que tenía razón.

Suspiró , arreglando sus morados cabellos. Sin embargo, estaba tan distraído en sus pensamientos que chocó contra alguien, causando que se cayera.

- L-lo siento...

Levantó la mirada y casi se desmaya, su blanquecina piel fue lo primero que le llamó la atención y lo segundo su cabello color café castaño, sus regordetas gemillas hermosas y esas perforaciones en las orejas.

- ¿Estás bien? ¡Hasta su voz era hermosa! No era muy grave y tenía un tono dulce.

Chan se sonrojo con fuerza al caer en cuenta que  llevaba un rato mirándolo sin decir nada, por lo que se incorporó con rápidez.


- ¡S-si, gracias! - se acomodó la ropa con torpeza.

El más alto, solo por unos centímetros, se le quedó mirando para asegurarse de que no se haya lastimado.

- Bien, ten más cuidado , adiós - y se despidió con  la mano izquierda, mientras con la otra, rebotaba un balón.

- Si... - murmuró el pelimorado, admirando la espada del extraño, leyendo las palabras escritas.

¡Era Boo Seungkwan! ¡Él capitán de voleibol de su escuela! Además  de compañero de Jeonghan, oh dios. De verdad que los rumores de que Seungkwan era jodidamente perfecto no eran falsos.

Un poco aturdido, continuó caminando hacía su casa.

¡Hannie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora